17 de julio de 2013

El corazón como emperador.

Dice la antigua medicina China, que el corazón es el emperador de un reino y sus súbditos, son nuestros órganos y nuestras emociones, como emperador rige la conciencia y como buen emperador se entera de todo lo que sucede en su reino.
Los sentimientos que le son propios son la alegría y el amor, pero el corazón también se altera con cualquier otra emoción: el miedo, la tristeza, la ansiedad, la ira, etc., todas afectan al emperador; la vida agitada, los sobresaltos, el estrés, la alimentación, los estimulantes... también hacen que el fuego del corazón aumente.

Hoy día está demostrado que ante cualquier alteración emocional nuestro corazón sufre, e incluso podría llegar a consecuencias trágicas si pertenece a una persona de edad avanzada.

El caso o la cuestión, es que normalmente no le prestamos la atención que merece un "emperador", (no lo asemejéis a los gobernantes actuales, estos más bien merecen poca) ya no por su alto estatus, sino por la capacidad que tiene de influir en los órganos y en las emociones.

Asi que nunca está demás intentar hacer que nuestro "fuego del corazón" disminuya, templando el exceso de fuego o agitación, es decir calmar nuestras emociones.
Al igual que intentamos calmar la mente, también podemos calmar al corazón... con el paso del tiempo y según indicaciones del médico, se podría prescindir de los estimulantes y/o relajantes.



2 comentarios:

  1. Cuenta Daniel Goleman en Inteligencia Emocional, que una forma de saber si estamos entrando en el descontrol de nuestras emociones de ira (secuestro de la amígdala), es contar las pulsaciones que tenemos. Cuando empezamos a enfacadarnos, por ejemplo, suben 10 pulsaciones/minuto por encima de lo habitual...
    ¡Lo que no sepan los chinos..!
    un abrazo

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