28 de abril de 2014

Haciéndome cargo...

Estás ilusionado/a, llevas días esperando ese día señalado en el que junto a personas especiales para ti, se planeó pasar un día en un entorno natural, el que gracias a su pradera bien cuidada, sus árboles centenarios y un río con su agua cristalina os espera para disfrutar, para desconectar o para conectar (según se mire)...
Llega ese día señalado y te encuentras eufórico/a, deseando llegar para "plantarte" en ese lugar escogido.

Por fín llegas a tu destino programado, ese estado de euforia se convierte en alegría y bienestar, o sea felicidad...
Estáis descargando las cosas del coche para depositarlas en la frondosa y cuidada pradera cuando de pronto comienzas a sentir un aire frío, poco común en época de Primavera. Miras hacia arriba y observas una gran nube negra que abarca todo el horizonte observable.

Piensas, -¡Se fastidió el día!-. Ese anterior estado de bienestar se evapora, dejando lugar a un estado de rabia e impotencia. Te sientes decepcionado/a con la naturaleza por no cumplir tus expectativas, e incluso miras a alguno de tus acompañantes y le dices (o te dice, depende del nivel de cada uno) -¡Te lo dije!... esta es mala época para venir, pero como nunca me haces caso, así nos va-.

En dichas circunstancias se culpó a la naturaleza y a quién se tiene al lado por no cumplir nuestras expectativas o planes de futuro.
Es una típica tendencia a dramatizar una situación y a culpabilizar al exterior lo que en realidad se encuentra en nuestro interior, es decir, hacer responsable a los demás de nuestros sentimientos.

Cuando en ocasiones soy consciente de hacerme cargo de lo que hago, pienso y siento... de que la responsabilidad recae única y exclusivamente en mí, todo a mi alrededor cambia.

No eres más que nadie cuando asumes las consecuencias de lo que te ocurre, pero sí podrás ver todo desde otra perspectiva. Una perspectiva que no se puede explicar, solo sentir.
Y sí, lo sé... es complicado, por eso dije que "en ocasiones". La verdad es que es más fácil echar la culpa a los demás.



3 comentarios:

  1. No eres más que nadie cuando asumes las consecuencias de lo que te ocurre, pero sí eres más maduro e íntegro...Quizá sea el momento de retomar las riendas Manuel...
    Gracias!

    Un abrazo.

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  2. Es complicado pero te hace más libre y cuando lo sientes así y te responsabilizas de tí mismo todo comienza a cambiar mejor para nosotros. Creo que todos seríamos más felices y nuestras relaciones serían más "naturales" si hiciésemos esto. Buen post!!!
    Un Abrazo Manu

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