25 de diciembre de 2014

El árbol triste

El siguiente cuento me ha sorprendido porque de manera simple aclara varios conceptos, que por su poca difusión en esta sociedad consumista, no se llegan a entender ni mucho menos a comprender, ni a integrar en nuestra vida... Ya que, lo que no entendemos ni comprendemos, normalmente tendemos a huir de ello o simplemente, no le prestamos la más mínima atención.

Ya sabéis: Los cuentos relajan y llegan a dormir a los niños. A los adultos les "despierta".

Había una vez un jardín esplendoroso con árboles de todo tipo: Manzanos, Perales, Naranjos, grandes Rosales…
Todo era alegría en el jardín y todos estaban muy satisfechos y felices, excepto un árbol que se sentía profundamente triste. Tenía un problema: no daba frutos.
 _No sirvo para nada_ se lamentaba el triste árbol.

Entonces se acercó el Manzano y le dijo: _Tu problema es que te falta concentración. Si realmente lo intentas podrás dar unas manzanas buenísimas… ¿Ves qué fácil es? ¡Mira mis ramas!
En ese mismo instante, saltó el Rosal: _No le escuches. Es mucho más fácil dar rosas. ¡¡Mira qué bonitas son!!”_

Desesperado, el árbol intentaba todo lo que le sugerían. Pero como no conseguía ser como los demás, cada vez se sentía más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín un búho, la más sabia de las aves. Al ver la desesperación del árbol exclamó: _No te preocupes. Tu problema no es tan grave… Tu problema es el mismo que el de muchísimos seres sobre la Tierra.  No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas. Sé tú mismo. Conócete a ti mismo tal como eres. Para conseguir esto, escucha tu voz interior”_

_¿Mi voz interior?… ¿Ser yo mismo?… ¿Conocerme?…_ se preguntaba el árbol angustiado y desesperado.
Después de un tiempo de desconcierto y confusión se tranquilizó y se puso a meditar sobre estos conceptos. Cerró los ojos y los oídos, abrió el corazón, y pudo escuchar su voz interior susurrándole: _“Tú nunca en la vida darás manzanas porque no eres un manzano. Tampoco florecerás cada primavera porque no eres un Rosal. Tú eres un Roble. Tu destino es crecer grande y majestuoso, dar nido a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje. Esto es quien eres. ¡Sé quién eres!, ¡sé quién eres!…”_

Poco a poco el árbol se fue sintiendo cada vez más fuerte y seguro de sí mismo. Se dispuso a ser lo que en el fondo era. Así pronto ocupó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Solo entonces el jardín fue completamente féliz. Cada cual celebrándose a sí mismo.

(Cuento Oriental)

2 comentarios:

  1. Un cuento muy "despierto" Manu; realmente en la vida como el roble, debemos ir aprendiendo quienes somos y cuando más cerca creemos estar de la Verdad, más nos damos cuenta de que nos queda aún mucho por aprender de nosotros.
    Bueno, pronto tendremos un año nuevo por delante para seguir yendo hacia nosotros mismos.
    Un Abrazo muy fuerte y Felices Fiestas!!!

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    1. Felices fiestas y fuerte abrazo para ti también, Angélica!!

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