29 de enero de 2015

¿Con qué te quedas?

Normalmente vamos por la vida "sumergidos" en nuestra mente, es entonces cuando somos conducidos por nuestra mente.

Si piensas que no hay separación de tu mente con lo que eres o podrías ser, ¡enhorabuena! porque eres una persona racional que encaja perfectamente en la mayoría de los sistemas establecidos.
Si por contra, crees o tienes la certeza de que tu puedes ser más que tu mente, habrás notado ciertas resistencias (por llamarlo de alguna manera) por parte del entorno que te rodea.

Sean como sean nuestras experiencias y creencias, creo que todos somos necesarios en este "juego de la dualidad" llamado vida... Y que si en nuestra vida impera la honestidad, el respeto y el amor, primero hacia uno mismo, luego hacia los demás, nos daremos cuenta de lo que realmente importa y también de los beneficios que nos aporta. Y claro, cuanto antes nos demos cuenta, mejor, porque esa sabiduría darlo por seguro que llegará... Si no me creéis, preguntad a cualquier anciano con qué se queda de su largo caminar.

Yo de momento me quedo con esta frase que me ha "llevado" a escribir este post:
"Si puedes apreciar el milagro que encierra una sola flor, tu vida entera cambiará."
                (Dicho tibetano)    

18 de enero de 2015

Respiración coherente

Los beneficios de respirar conscientemente son conocidos por la capacidad de calmar las emociones.
A todos en alguna ocasión, al vernos como mínimo estresados, nos han recomendado eso de; "cuenta hasta diez antes de decir lo que vas a decir" o, "respira profundamente poniendo atención a tu respiración, y así te calmarás".

Pues bién. Hace unos días escuché en una conferencia, que existe una técnica muy sencilla y poderosa para lograr cambiar o gestionar nuestras emociones.
Esta herramienta se llama respiración coherente. Se trata de lograr una coherencia entre la respiración y el corazón, es decir, llegar a sincronizar esa respiración consciente con los latidos del corazón.

Más o menos es así:
Lleva los dedos de tu mano hacia la carótida (una de las dos arterias que encontraremos a ambos lados del cuello).
Toma la referencia del tiempo entre un pulso y el siguiente... así hasta cuatro o cinco: tam.., tam.., tam..,tam...
Una vez tomado el tiempo entre cada latido, acostado o sentado con las piernas en el suelo, o sea en postura relajada... nada de tensión. Comienza a inspirar llenando los pulmones y el vientre al ritmo que marcaban los latidos. De igual forma al soltar el aire... Lo normal son 4 o 5 inspiraciones, con sus 4 o 5 exhalaciones para una respiración completa, y siempre al ritmo de la referencia antes tomada.
Así continuaremos respirando entre dos y tres minutos.

Todos nuestros sistemas internos están interconectados, asi que notarás beneficios inmediatos, y ya que la paz mundial está más cerca de la utopía que de la realidad, al menos con esta y otras herramientas lograremos la paz en nuestro mundo interior.


6 de enero de 2015

Conscientes o inconscientes decisiones

A lo largo del día vamos tomando decisiones. Desde el desayuno que nos vamos a apretar p`al cuerpo, hasta la hora que decidimos ir a dormir. Cuando los pensamientos dejan de circular por la mente y nos dormimos, el cerebro sigue trabajando incluso con mayor actividad (existen estudios que así lo confirman).

Cientos de decisiones conscientes o inconscientes van pasando por nuestro cerebro para después ser ejecutadas por el resto del cuerpo.
Normalmente las tomamos para un beneficio propio... Es fundamental primero estar bien con uno mismo, para después estar bien con los demás.

A veces, tomamos decisiones alejadas del bien propio, o sea, que en un principio sabemos que no nos aportará beneficio alguno, pero si a una segunda, tercera o demás personas.
Estas fueron tomadas lejos del egoísmo, por tanto más cerca del altruismo.
Las consecuencias de esta decisión puede que un día llegue a generar alguna que otra batalla mental... arrepentimiento por lo decidido. No porque a partir de esa decisión tomada en un momento determinado se halla hecho algún mal a otro, sino porque ese "mal" nos da la sensación de que se ha hecho a uno mismo.

Esto ocurre porque con el paso del tiempo olvidamos las causas que nos llevaron a tomar esa decisión altruista.
"Echar la mirada atrás" hasta el momento en el que decidimos actuar en consecuencia para el bien de otro u otros, nos dará la respuesta del por qué nos comprometimos a partir de aquella decisión. De esta manera, las "batallas mentales" dejarán de dar "guerra" y volveremos a ser conscientes de que aunque no ganemos nada, habremos contribuido a hacer más llevadero y llano el camino de otra persona.

Que la otra persona olvide ese día en el que tu decisión le benefició, es normal en esta sociedad.

Lo bueno es que esa voz interior se calmará, al volver a llegarle el mensaje original que la mente consciente le envió. O se habrá creado cierta paz entre lo consciente y lo subconsciente.