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5 de febrero de 2014

Realidad

Somos actualmente alrededor de 7 mil millones de personas distribuidas por los 5 continentes. Cada cual con su realidad (y otra impuesta por los gobernantes... pero esta no viene al caso) compartida en grupos, creando así la afinidad y comprensión entre sus miembros.

Creamos discusiones, conflictos, o simplemente no escuchamos al otro, normalmente por falta de afinidad.
Con afinidad entre dos o más personas me refiero a compartir gustos, ideas, carácter...
Esto implica que cada uno viva su particular realidad, una realidad creada sobre todo en base a nuestras creencias y experiencias pasadas. Muchas veces inculcadas por nuestros padres y familiares en nuestra infancia.

Vamos creciendo y seguimos aferrados a "viejas" ideas tan metidas en nuestra mente, que nos resulta complicado "remover" para dejar espacio a otras.

Complicado...difícil de cambiar, pero solo se trata de no cerrarse a la novedad, como cuando fuimos niños y estábamos abiertos a cualquier opinión sin juzgarla... solo escuchábamos y nuestra mente absorbía todo como una esponja.

No se trata de ser sumisos o tontos y estar de acuerdo con todos. Se trata solo de saber escuchar la realidad del otro y luego, surgirá la afinidad o no.
Tu realidad no es más ni menos real que la mía. Solo es otra más de las muchas que existen y de nosotros depende el amoldarla o cambiarla si encontramos otra con la que nos sintamos mejor.


27 de enero de 2014

Utopía

El concepto utopía se refiere a la representación de un mundo idealizado que se presenta como alternativo al mundo realmente existente, mediante una crítica de este. El término fue concebido por Thomas More en su obra "Dē Optimo Rēpūblicae Statu dēque Nova Insula Ūtopia", donde Utopía es el nombre dado a una isla y a la comunidad ficticia que la habita cuya organización política, económica y cultural contrasta en numerosos aspectos con las sociedades humanas de su época.

Thomas More bautizó con este término una isla perdida en medio del océano cuyos habitantes habían logrado el Estado perfecto: un Estado caracterizado por la convivencia pacífica, el bienestar físico y moral de sus habitantes, y el disfrute común de los bienes.
-Fuente: Wikipedia

El autor imaginó un lugar, o mejor dicho, un "no lugar" más justo y solidario. Por ello, por ser un lugar imaginario no solemos creer que sea posible y por tanto, la mayoría de nosotros asemejamos la utopía con los sueños... Y como a los sueños, le prestamos muy poca atención. La justa si llegamos a recordarlos.

Ser utópico y soñador en este mundo que vivimos, es más habitual de lo que pensamos. Y no es nada malo siempre que no perdamos la noción del tiempo y del espacio en el que habitamos, es decir, sin apartarnos demasiado de la realidad.

Recuerdo una manera bastante inteligente de utilizar la utopía, que citó el escritor y periodista Eduardo Galeano:
"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar".

5 de diciembre de 2013

Tal y como somos

Se dice que existen personas con pocos sentimientos, frías, como si nada les afectara.
Pero estas personas, como todas, tienen emociones y sentimientos. Más que nada, porque por su cabeza también corretean los pensamientos, que son los "encargados" de generar emociones y los posteriores sentimientos.

Lo que nos lleva a la confusión de creer que carecen de sentimientos, es porque no los demuestran. Y no lo demuestran debido a la gran "coraza" que se ha formado en su corazón, y normalmente esta "coraza" se fué formando capa a capa por las vivencias y lecciones de su particular vida.

Otro caso y este más grave, son las que no son capaces de aguantarse a sí mismos y recurren al alcohol o a otra clase de drogas.
No me refiero al que bebe en una quedada o fiesta puntual, sino al que inconscientemente bebe cada día para "sentirse mejor", ¡y claro! llega un momento en ya lo necesitan... en su cuerpo y mente se ha creado una adicción.

En cualquier caso, es responsabilidad de ellos el querer salir de una u otra situación, aunque nos empeñemos en que el responsable es el exterior... una equivocación en mi opinión.

Lo complicado y valiente es mostrar sentimientos de compasión, respeto, humildad, etc. Sencillamente, mostrarnos al mundo tal y como somos.
¿Quién no se ha conmovido e incluso llorado con alguna película que por su argumento nos ha llevado a sacar nuestros más verdaderos sentimientos?.



20 de noviembre de 2013

El regalo de la ofensa

"Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que ahora se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que aún era capaz de derrotar a cualquier adversario.
Cierta tarde, un guerrero, conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para captar los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.

El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Conociendo la reputación del samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar así su fama.
Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.

Fueron todos hasta la plaza de la ciudad, y el joven comenzó a insultar al viejo maestro. Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió a la cara, gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus antepasados.. Durante horas hizo todo lo posible para provocarlo, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
– ¿Cómo ha podido usted soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aún sabiendo que podía perder la lucha, en vez de mostrarse cobarde ante todos nosotros?
– Si alguien se acerca a tí con un regalo, y tú no lo aceptas, ¿a quien pertenece el regalo? preguntó el samurai.
– A quien intentó entregarlo – respondió uno de los discípulos.
– Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos – dijo el maestro. – Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los carga consigo."



Aunque pueda parecer una actitud sumisa y cobarde por parte del viejo samurai, sobre todo desde el punto de vista desde la sociedad competitiva que hemos creado, lo cierto es que este cuento o relato (del que desconozco a su autor) nos puede llevar a una reflexión, y esta a una enseñanza... Y es que cuando intentamos ofender a otro normalmente es porque tenemos un problema interno, el cual intentamos traspasarlo al que tenemos enfrente. Así damos la satisfacción que necesita  nuestro ego, al encontrar a otro ego igual.
Al retar al samurai, el joven guerrero no pudo satisfacer a su "pesado" ego, marchándose del "campo de batalla" con todavía más carga de la que había traído.

4 de noviembre de 2013

La "lacra" del individualismo

"Una cultura basada sólo en los derechos individuales no lleva a la armonía personal ni colectiva, porque quien es educado en la convicción de que tiene derecho a todo siempre encuentra motivos para la queja."
"La cultura de la queja ha llevado a occidente a la decadencia". 
"Eso genera una creencia profunda de que la razón de nuestras insatisfacciones está afuera de uno mismo, en el hecho de que no nos dan nuestros derechos, y en ese momento estás vendido, ya no tienes el control de tu propia existencia, eres como un niño pequeño mimado y dependiente que por mucho que se le dé todo, siempre le falta algo.
Y los "culpables" siempre son los demás: el Estado, el empresario, tu familia, los políticos, el municipio. ( Swami Parthasarathy ) 

Al echar la mirada atrás en la historia sabemos que las antiguas sociedades o culturas no se caracterizaban precisamente por el individualismo que se dice en la cita, hasta la segunda mitad del S.XVIII periodo conocido como "la revolución industrial", en el que se produjo una gran transformación en la forma de vida de nuestros ancestros y que hoy continúa con los avances tecnológicos.

Si, esto provocó que seamos más cultos, más inteligentes y que disfrutemos de una vida más duradera...
Pero por contra, nos ha conducido al individualismo y este al egoísmo, manteniéndonos por lo general, en una situación de confort que en nada ayuda a cambiar al sistema institucional que tanta falta hace...
Quizá, con los "listos" que somos hoy en día, y abandonando la idea de que la culpa de nuestras desgracias es de los demás, podríamos ir avanzando en el cambio tan deseado por muchos (por no decir todos).




20 de octubre de 2013

Los beneficios de la interacción con la naturaleza

Al encontrarnos en un parque o mejor aún, en un entorno natural, quien más y quien menos siente cierto nivel de paz o bienestar y prueba de ello es que normalmente elegimos como destino de nuestro periodo vacacional (quien se lo pueda permitir), sitios ubicados en entornos naturales, ya sean de montaña, campo, playa, bosques, ríos... Ya! ya sé que por problemas respiratorios algunos dirán _Já!! yo a la naturaleza ni "olerla"_ Lamentablemente estos problemas respiratorios son originados por el aire que respiramos en las grandes y no tan grandes ciudades, o sea en entornos no naturales.

¿A quién no le sienta bien observar esta imagen?

Os dejo con un estudio y reflexión de los beneficios que aporta la naturaleza a nuestro cerebro y por lo tanto, a nuestro cuerpo:

Investigadores de la Universidad de Michigan realizaron diversos estudios para comprobar los efectos beneficiosos de interactuar con la naturaleza (Berman, Jonides & Kaplan, 2008; PDF). Los resultados mostraron que la gente mejoraba mucho en los tests de memoria, casi un 20 por ciento, después de dar un paseo por un entorno natural, mientras que las personas que paseaban por calles y edificios, no mejoraron nada … también comprobaron que mirar imágenes de paisajes naturales también mejoraba nuestra memoria, aunque en menor medida que dando un paseo por la naturaleza.

El contacto con la naturaleza nos lleva a la calma, a la armonía, también se relaciona con el bienestar, porque los espacios naturales aumentan nuestro potencial de salud y de buen carácter, así mismo nuestra capacidad de aprendizaje aumenta considerablemente mejorando el funcionamiento cognitivo, además de potenciar más la auto-disciplina y el control de los impulsos. Por el contrario, aquellas personas que no conviven con la naturaleza tienden a sufrir déficit de atención y síntomas de hiperactividad, trastornos de ansiedad y depresión. 

Pero en el mundo actual nos encontramos en continuo estado de vigilancia, si caminamos por la calle tenemos que ir atentos constantemente para que ningún coche nos atropelle, evitando miles de peligros, si estamos realizando un negocio tenemos que estar vigilantes, la situación es tal que finalmente cuando se llega al hogar, vemos la en la TV una película de acción, de violencia, de tensión lo cual se añade a la tensión ya acumulada. El resultado final es una explosión de estrés y ansiedad acumulada, que ni siquiera el sueño puede apaciguar porque incluso para muchos cada noche se convierte en una terrorífica pesadilla por no poder dormir bien. 

No es de extrañar que Grandes maestros desde Platón a Aristóteles aprovecharan los beneficios del contacto con la naturaleza para enseñar a sus alumnos e inducirlos en contacto con la naturaleza y la frecuencia Schumman de esta que se relaciona con la frecuencia de la ondas Alfa de la mente humana en el rango de 7.5 a 13 herz. En esta frecuencia el ser humano se encuentra en un estado de relajación y tranquilidad y su aptitud hacia el aprendizaje y su capacidad para asimilar conceptos aumenta enormemente... y es que el cerebro es la más potente de las computadoras y puede ser estimulada por diferentes medios, y llevada a ondas alfa, beta, theta, y delta.


15 de octubre de 2013

Gestionar las emociones II

Hoy más que nunca creo que estamos dormidos y necesitamos despertar. Nos hemos acostumbrado a tener muchas de las necesidades impuestas cubiertas y hoy, parece que nuestros únicos intentos han de ir encaminados a recuperarlas.

La realidad que se nos presenta nos muestra algo mucho más profundo: una necesidad de mirar alrededor y ver que es lo que realmente nos hace felices. Redescubrir cuales son nuestras necesidades y, por ende, las necesidades de nuestra sociedad, nos hará salir del automatismo impuesto tras años y años de bombardeo televisivo, de marketing, de leyes inadecuadas y del propio estilo educativo en el que se ha desenvuelto nuestro país. Necesitamos descubrir otros modelos de alimentación, de sociedad, de educación.

Muchas situaciones dolorosas y conflictivas, podrían evitarse si nos conociéramos mejor, si supiéramos gestionar nuestra tristeza, nuestra alegría, nuestra sensación de merecimiento de la felicidad, el respeto por nosotros mismos y la puesta en marcha de límites y contornos sanos en la relación con los demás.



Aprender a manejar nuestras emociones es aprender a manejar nuestra vida. Ojalá reconociéramos y recordáramos el nombre de gran parte de los árboles cuando salimos a la sierra. Ojalá reconociéramos el canto, el plumaje y el vuelo de los pájaros, el nombre de los ríos, de los pueblos y de las cordilleras que conforman nuestro terreno, por no hablar de las integrales, los logaritmos, las hipérboles y el hipérbaton que nos enseñaron en el colegio. Pero aún sabiendo esto tal vez no seríamos tan felices como si estuviéramos lo suficientemente preparados para reconocer si estamos satisfechos con nuestro trabajo o no, si nos enfada que nuestro compañero nos pida algo que no nos corresponde o si nos alegra ser capaces de superar una nueva fase en nuestra vida. Y después de reconocerlo, dar los pasos adecuados: responsabilizarnos por los sentimientos ante nuestra dedicación, canalizar el enfado de una forma adecuada y permitirnos disfrutar de nuestros logros con apertura y serenidad, transformando así nuestras emociones en energía natural y sana. Sí, saber gestionar nuestras emociones es lo que verdaderamente puede hacernos felices y aportarnos la sabiduría y la calma necesarias para saborear y disfrutar la vida.

Nuestras emociones son naturales, no son buenas ni malas, simplemente nos muestran que hay una necesidad que nuestro organismo necesita cubrir. Estar atentos a ellas forma parte de nuestra salud y saber gestionarlas y canalizarlas después, también. Pocas cosas hay que proporcionen tanto alivio como escuchar lo que sentimos, darle valor a lo que quiera que sea y encontrar la manera de expresarlo y canalizarlo de forma sana.

Los niños suelen ser muy sabios y puros en esto. Si bien en ocasiones necesitan un poco de contención desde el mundo adulto, su propia gestión emocional se acerca bastante a lo natural. Ellos son capaces de pasar del enfado al juego divertido en pocos minutos. Y lo hacen porque han sabido primero expresar su rabia y transformarla. Después ya pueden continuar con su vida, construyendo un eterno presente.

Los adultos no solemos ser tan raudos. A veces el dolor y el miedo que nos produce contactar con ciertas emociones, nos impide tomar conciencia de ellas, expresarlas y transformarlas, postergando algo que podría haberse solucionado en unos pocos minutos. Y es que tenemos mucho que aprender de los niños, de su inocencia y de la esencia que permanece siempre intacta dentro de nosotros. Pero la inocencia no sólo es propia de los niños. Un adulto con toda su trayectoria de vida puede conservar su inocencia, que mezclada con su experiencia, lo harán un ser humano cargado de sabiduría y equilibrio. Un ser humano autorregulado, que se conoce a sí mismo, que ha aprendido de sus errores, que conoce los terrenos sutiles en los que se mueve la vida, alguien que se perdona a sí mismo por los intentos que dañaron a otros y a él mismo, que sigue creciendo y creyendo en sí mismo, alguien que sabe relacionarse sanamente con su pasado para poder construir su presente, alguien con valores, que sabe poner límites y es capaz de ser humilde; alguien que conoce sus dones y sabe lo que tiene que aportar a la humanidad, sin pretender cambiarla sino a través del cambio de sí mismo.

Autora: Dra. Lucía Díaz Uceda


10 de octubre de 2013

El movimiento, una constante

"Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra". 

Así es como dice uno de los siete principios herméticos. También lo señalan con el famoso "fluir" todas las corrientes filosóficas orientales, que a la mayoría nos llegó a través del "Be water, my friend" pronunciadas por el maestro en artes marciales, Bruce Lee.
Estos son algunos de los pensamientos que hace miles de años tenían algunas personas o grupos, a los que hoy, en el siglo XXI. la ciencia ha confirmado.

Visto y demostrado está, que los sistemas planetarios conocidos están en constante movimiento, e incluso todo el universo en sí, continúa expandiéndose.
A nivel microscópico se ha observado que las partículas subatómicas que componen cualquier átomo (partícula de lo que se compone toda materia y gas) se comportan o mueven al igual que los sistemas planetarios alrededor de su estrella o Sol, de forma elíptica alrededor de su núcleo.

Modelo de un átomo

De manera muy esquemática he intentado exponer, que todo lo que podemos ver con nuestros ojos o con ayuda de alguna máquina, está en constante movimiento, incluso una sólida piedra también se compone de átomos.

Metiéndome en la "laguna interior" de nuestros pensamientos y emociones. Creo que mejor nos iría si nos aplicamos este principio y nos adaptamos a la corriente natural e inevitable de que todo se mueve y fluye, ya sea para "bien" o para "mal"... aceptando que todo cambia y que si seguimos "fluyendo", estaremos evolucionando.
Por contra, si la atención se la prestamos a emociones pasadas nos quedaremos atascados o anclados y por tanto, iremos contra natura... o sea, involucionamos.

25 de septiembre de 2013

"La intuición es tan válida o más que la razón"

La intuición es una capacidad que normalmente está bastante infravalorada por muchos. Pero en estos tiempos en los que se están removiendo muchas ideas y creencias, en los que las diversas ramas de la ciencia y gracias a sus descubrimientos (o re-descubrimientos), sabemos que el concepto llamado intuición, "habita" en uno de los dos hemisferios de nuestro cerebro, en el derecho, que es el encargado de procesar la información de manera global, partiendo del todo para entender las distintas partes que componen ese todo.
El hemisferio izquierdo es el que procesa la información analítica y secuenciálmente, paso a paso, de forma lógica y lineal.



Podríamos decir, que cada uno de nosotros tiene dos mentes conectadas e integradas por el cable de fibras nerviosas que une ambos hemisferios. Ningún hemisferio es más importante que el otro, se complementan entre si. Para poder realizar cualquier tarea necesitamos usar los dos hemisferios, especialmente si es una tarea complicada.
Como en todo, lo que se busca siempre es el equilibrio, y que por cierto, el equilibrio se da como resultado de conciliar polaridades, y no tratando de eliminar una de ellas.

En una reciente entrevista, el divulgador científico Eduard Punset afirma que; 
"La intuición es tan válida o más que la razón. El instinto, según la neurociencia, nos muestra lo que debemos hacer mucho antes de que nuestra mente consciente reaccione. La intuición es un tipo de conocimiento que se basa en la capacidad para percibir pistas, señales y patrones asociados con experiencias previas, y dista mucho de ser, como se había creído hasta ahora, un poder místico.
Cita a Albert Einstein cuando afirma que [la mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo]. La intuición nos sirve para tomar mejores decisiones que la razón."

Parece o me da la sensación, que desde hace algunos miles de años vivimos "sometidos" por una generalizada mente colectiva, en la que el hemisferio dominante es el izquierdo... Quizá, si comenzásemos a desarrollar el hemisferio derecho de nuestro cerebro, otra realidad algo más equilibrada sería posible.

13 de septiembre de 2013

Personajes transitorios

"Podemos detectar cambios sutiles en nuestra forma de hablar, nuestra actitud y nuestro comportamiento, dependiendo de la persona a quien tengamos al frente. Al principio puede ser más fácil observar estos cambios en otras personas, pero posteriormente podremos detectarlos en nosotros mismos.
La forma como nos dirigimos al presidente de una compañía puede tener diferencias con la forma en como hablamos con el portero. Podemos hablar de manera diferente con un adulto que con un niño.
¿Por qué? por que representamos distintos personajes. No somos nosotros mismos ni cuando nos dirigimos al presidente, al portero o al niño.

Cuando entramos en un almacén para comprar algo, cuando salimos a un restaurante, al banco, a la oficina de correos, representamos unos papeles sociales predeterminados. Nos convertimos en clientes, y hablamos y actuamos como tales. Y recibimos tratamiento de clientes por parte del vendedor o del camarero, quien también estará representando su personaje. Hay una serie de patrones de comportamiento condicionado que entran en juego entre dos seres humanos y determinan la naturaleza de su interacción. En lugar de que la interacción ocurra entre dos personas, ocurre entre dos imágenes conceptuales. Mientras más identificadas estén las personas con sus personajes respectivos, más falsa es su relación".
(Eckhart Tolle)


En mayor o menor medida, todos los que vivimos y hemos sido educados en sociedades occidentales, actuamos conforme mejor nos convenga en cada momento y conforme la educación recibida, es decir como dice la anterior cita, representamos distintos personajes.
Pero como se dice; " Para toda regla existe al menos una excepción". Creo que la excepción es cuando interactuámos o dialogamos con familiares y amigos... En este caso, si que nos mostramos tal como somos.
Nos desprendemos de máscaras y armaduras, las cuales normalmente nos ponemos al salir de casa.

En estos tiempos tan austeros que estamos viviendo y buscándole el lado positivo, se están desprendiendo muchas "máscaras y armaduras", las que han permanecido ancladas tanto tiempo, que algunos creíamos que eran parte innata e intrínseca nuestra. Para así, poder mostrar el lado más humano y que creíamos perdido, olvidado e incluso destrozado... Pero siempre ha estado aquí, en nuestro interior, debajo de tan pesada "armadura".

8 de julio de 2013

Solo es una elección... entre el miedo o el amor

Bill Hicks fue un comediante, crítico social, humorista y músico americano. Sus temas favoritos eran la sociedad, la religión, la política, la filosofía y las cuestiones personales, y su estilo fue controvertido y rebosante de humor negro. Tanto en sus actuaciones en directo como durante las entrevistas, criticaba a menudo el consumismo, la superficialidad, la mediocridad y la banalidad de los medios y de la cultura popular, describiéndolos como instrumentos de opresión de la clase dominante, con la intención de ‘mantener a la gente estúpida y apática’.

En este vídeo asegura que para tener una vida mejor no es necesario mucho esfuerzo, ni trabajar duro, ni tener dinero. Simplemente, hay que tomar una decisión.


Whatonline

26 de junio de 2013

Las estrellas de mar y el niño

A veces sentimos como la desesperanza y el desasosiego se apodera de nosotros, al creer que cualquier acto que realicemos de manera altruista o sin esperar nada a cambio, no sirve para nada... o si, para desgaste propio... Ahí  va un cuentito, para que al menos sirva de motivación:



Cuenta una historia que un niño de siete años se encontraba en una playa solitaria a primera hora de la mañana. Recogía estrellas de mar que habían quedado en la playa y las devolvía al mar.
De pronto, se le acercó un señor mayor y le preguntó:
-¿Qué estás haciendo?
El niño respondió:
-Estoy cogiendo las estrellas de mar que se han quedado atrapadas en la playa, y las devuelvo al mar, antes de que el sol de la mañana las queme y se mueran.
El señor mayor le dijo:
-¿Pero no ves lo enorme que es esta playa? Hay miles de estrellas de mar en la arena, y en todas las playas del mundo ¡millones! ¿No ves que lo que estás haciendo no sirve para nada?
El niño cogió otra estrella, la devolvió al mar, se paró, miró fijamente a los ojos del hombre y contestó:
-Ahora pregúntale a esta estrella de mar si lo que estoy haciendo no sirve de nada.
Desde aquel día, el hombre regresó a la playa cada mañana para ayudar al niño a salvar estrellas de mar.
Otras personas que estaban observando y escuchando lo que sucedía, tomaron la misma actitud. En un momento eran cientos. Se podía escuchar desde lejos como un coro decía: Y esta… y esta...

Realizar actos de ternura y solidaridad es complicado en este mundo materialista, pero un solo
ser que comience, podría ser el ejemplo de muchos.
Como llevo escuchando desde niño; "La unión hace la fuerza".

8 de junio de 2013

La humildad... y me escondo entre colores.

La humildad no permite hacer alardes de lo que se sabe o se tiene. Quien presume de su sabiduría no es más que un necio. Quien hace ostentación de su abundancia es porque nada le pertenece.

La humildad reconoce sus errores y yerra en ellos.

Dice lo siento si considera haber ofendido. Acepta bien las críticas cuando se refieren a ella.

No juzga a nadie en su presencia ni en su ausencia, no busca defecto alguno más que los suyos propios.

La humildad se llena la despensa antes que el armario.

No antepone sus ideas o creencias a las de nadie, no busca comparaciones ni envidia a lo que no posee.

Busca la discreción y evita ser el centro de atención. Muestra modestia ante el orgullo.

No hace lamentaciones de sus desventuras ni se vanagloria de sus triunfos.

Es moderada en palabras y habla cuando sabe lo que dice.

(Extraido de; y me escondo entre colores.)



He elegido el anterior texto o al leerlo ha resonado en mí, quizá por la carencia de esta virtud en nosotros, en general, o quizá, el texto me ha elegido a mi...

“…y me escondo entre colores” es el nuevo libro de Adelaida Artigado, un trabajo que podéis gratuitamente leer online o descargar en vuestro equipo. Se trata de una serie de imágenes y las reflexiones que las mismas suscitan en la autora, reflexiones sobre los valores de la sociedad.

“A veces la realidad se camufla tras la belleza de una imagen, se esconde entre sus colores, queda desenfocada tras la abrumadora y seductora imposición de las apariencias".

Me escondo entre colores es una búsqueda sincera y honesta de la realidad profunda de las cosas, trayendo a la luz lo que a primera vista pasa desapercibido, rasgando el papel de colores para mostrarnos el auténtico regalo de la existencia, que al fin y al cabo no es otra cosa que la oportunidad de ser más humanos y más justos.

8 de mayo de 2013

Equilibrio

Qué es el equilibrio si no un estado natural y que por circunstancias en ocasiones perdemos, o sea nos desequilibramos.
Como estado natural, la naturaleza nos lo enseña a través de por ejemplo, el reino vegetal desarrollándose de manera fractal.



A nivel interior, mantenernos en un estado equilibrado, o lo que es lo mismo, tener la capacidad de no dejarnos influenciar alocadamente por las propias ideas o pensamientos, es una tarea cuanto menos complicada... pero con constancia y perseverancia, es posible.
Es posible aunque solo sea a ratos y si estos ratos o momentos se van alargando poco a poco, mejor para uno mismo.

Si imaginamos una línea recta y horizontal, pondremos al equilibrio en el centro de esta linea.
En uno de los extremos pondremos a los sentimientos que nos conducen a la euforia y alegría.
En el otro extremo colocaremos a los que nos conducen al cabreo o enfado, y a la tristeza.

Al encontrarnos en un estado eufórico y alegre, pensamos que este es un estado ideal o de bienestar... entonces, ¿para qué buscar al equilibrio?
Pues por que normalmente a estos estados los mezclamos con sentimientos de orgullo y soberbia, y además no duran para siempre.
Por lo tanto la caída será brusca, nos hará daño y nos iremos al otro lado de la línea... al cabreo y al enfado ¡como poco!

3 de abril de 2013

Atención presente

El estilo de vida que promueven las grandes corporaciones y los programas de TV. construye la idea de que la felicidad está relacionada con el dinero, la fama o la belleza, pero uno de los estudios más extensos sobre el tema muestra que la acumulación de bienes materiales no tiene una fuerte correlación con la felicidad.

La iniciativa Track Your Happiness, encabezada por Matt Killingsworth, encontró que la atención en el presente es el factor que mayor relación tiene con la felicidad. Utilizando una aplicación móvil, Killingsworth registró los estados de ánimo de cientos de personas en diferentes países correlacionándolo con una serie de respuestas a preguntas como ¿qué estás haciendo ahora? La divagación mental fue igualmente una de las actividades que mayor relación tiene con la infelicidad.

“La felicidad tiene mucho que ver con el contenido de cada momento”, dice Killinsworth. Y este contenido generalmente es mejor recibido cuando es directamente resultado de la actividad inmediata, de lo que esterotípicamente se llama “el aquí y el ahora”.

El estudio muestra que estar enfocados en el presente nos hace aún más felices que divagar mentalmente en cosas placenteras. Concentrarnos en acciones que generalmente son poco placenteras es también más benéfico para nuestro estado de ánimo que divagar durante estas acciones (por ejemplo, concentrarse en conducir un coche en el tráfico nos produce mayor bienestar, que divagar mientras conducimos en el tráfico). Existe una especie de conspiración benéfica en el funcionamiento de nuestro cerebro para que nos adentremos en el instante presente.

Por si eso fuera poco, Killinsgworth concluye que la divagación mental no es una consecuencia de la infelicidad, pero que la atención presente sí puede considerarse una causa de la felicidad.



Los felices beneficios de la atención presente parecen tener que ver con la relajación de la mente. Pensar en cosas que no están en donde estamos, que no sucederán hasta después o que ya han sucedido nos genera comúnmente estrés, en parte porque no podemos hacer nada en ese instante para modificarlas. No estar concentrado en el presente es una forma de invitar fantasmas a nuestra vida. Por otro lado, no estar atentos al presente es una forma poco eficiente de operar en nuestra vida cotidiana, lo cual seguramente –cuando nos damos cuenta de que no hemos hecho nuestro trabajo o de que han pasado horas y ya no fuimos a correr al parque, como nos habíamos repetido– contribuye a generar estrés, una angustia de la procrastinación (según Killingsworth pasamos en promedio 47% del tiempo divagando). En cambio, la atención en el presente no sólo nos permite una mayor proficiencia, refuerza hábitos positivos que se traducen también en mejor aprendizaje y funcionamiento cerebral.

Un estudio de la Universidad de Santa Barbara mostró que un grupo de personas que recibieron un curso de apenas dos semanas de lo que se conoce en inglés como mindfullness (atención mental total) lograron mejores resultados en pruebas cognitivas. El curso consistió en técnicas de meditación y de concentración, entre ellas comer una fruta sin pensar en otra cosa más que comer una fruta. 

Acostumbrarse a enfocarse en el presente evidentemente nos permite concentrarnos con mayor facilidad cuando nos enfrentamos a cualquier tarea, lo cual es la mejor forma de potencializar nuestro desempeño. Mantener la atención en el presente se revela como un estado de meditación o una meditación en movimiento, según la actividad que se realice. La meditación genera hormonas y neurotransmisores que mantienen a punto el sistema inmune –como la oxitocina o la serotonina.

3 de febrero de 2013

El vendedor de bocadillos

Un hombre  vivía cerca de un importante cruce de caminos. Todos los días a primera hora de la mañana llegaba hasta allí donde instalaba un puesto en el cual vendía bocadillos que él mismo horneaba.

Como padecía sordera y su vista no era muy buena, no leía la prensa ni veía la televisión pero eso si… vendía exquisitos bocadillos.

Meses después alquiló un terreno, levantó un gran letrero de colores y personalmente seguía pregonando su mercancía, gritando a todo pulmón: ¡Compre deliciosos bocadillos calientes! Y la gente compraba cada día más y más.

Aumentó la compra de materia prima, alquiló un terreno más grande y mejor ubicado y sus ventas se incrementaron día a día. Su fama aumentaba y su trabajo era tanto que decidió llamar a su hijo, un importante empresario de una gran ciudad, para que lo ayudara a llevar el negocio.

A la llamada del padre su hijo respondió: ¿Pero papá, no escuchas la radio, ni lees los periódicos, ni ves la televisión? Este país está atravesando una gran crisis, la situación es muy mala, no podría ser peor.

El padre pensó: ¡Mi hijo trabaja en una gran ciudad lee los periódicos y escucha la radio, tiene contactos importantes… debe saber de lo que habla!

Así que revisó sus costos, compró menos pan y disminuyó la compra de cada uno de los ingredientes, dejando de promocionar su producto.
Su fama y sus ventas comenzaron a caer semana a semana.

Tiempo después desmontó el letrero y devolvió el terreno.
Aquella mañana llamó a su hijo y le dijo:
-¡Tenías mucha razón, verdaderamente estamos atravesando una gran crisis!
                             .........................................................................
Hoy no añadiré ninguna moraleja. Mejor unas palabras del periodista Miguel Blanco:

"...Tratemos de huir de lo que se nos cuenta en los informativos, para no caer en la desazón, que parecen querer inculcarnos, con tanto drama y tanta crisis. Las cosas están complicadas, lo sabemos, cada día tenemos compañeros que se nos acercan para pedir ayuda.
Y quizás sea esa la oportunidad. Ayudar a los que tenemos alrededor, que se han visto golpeados por esta maniobra de miedo que quieren seguir manteniendo los poderosos. 
No nos dejemos angustiar. Es, al parecer lo que pretenden, lo hacen duro y sin pausa. Miremos un poco mas allá de nuestro ombligo..."

8 de enero de 2013

Cuando tu cambias, el entorno está obligado a cambiar.

Christián Carles Tolra, un ser que habla con coherencia y lucidez.
Tras escucharle, no tengo nada más que añadir... si acaso una de sus reflexivas frases, además de la plasmada en el título de este post.

"La libertad no es tanto en qué vives, sinó en como lo vives"

10 de diciembre de 2012

Héroes cotidianos

Tu puedes ser un héroe o una heroína, no hace falta tener poderes sobrenaturales, tan solo la voluntad de iniciar y continuar por un camino en ocasiones nada agradable, y más o menos duro según lo dependientes que seamos del sistema establecido en general. Aún así, merece la pena realizar este viaje, al que C. G. Jung llamó el viaje del héroe, "al proceso de individuación que ha de hacer un ser humano para alcanzar su totalidad."



A continuación os dejo este texto con el que me he topado, escrito por Pilar Jericó y extraido de su obra; "Héroes cotidianos":


Un héroe anónimo es alguien capaz de superar las dificultades de su vida y de dejar una huella que sirva de influencia positiva para los demás.

El héroe sigue adelante a pesar de los problemas, sin sentirse víctima ni echarle la culpa a otros.
Todos tenemos a un héroe en nuestro interior pero pocos se dan cuenta de ello.

Los seres humanos han sobrevivido como especie por su gran capacidad de adaptación. Como individuos, millones han tenido que adaptarse a situaciones difíciles, como guerras, terremotos, catástrofes, accidentes, despidos o pérdidas tanto afectivas como económicas. Sin embargo, un ser humano siempre encuentra la fuerza necesaria para superar hasta lo que parece imposible.
El héroe es el que puede amarse a si mismo y también a los demás; no se queja, se hace responsable de su vida y de sus actos y pone todo su empeño en seguir adelante a pesar de la adversidad.

Un héroe tiene motivos para vivir porque su vida tiene el significado que él le ha dado.

Para ser un héroe, no es necesario lograr una epopeya colectiva ni el reconocimiento de los otros, sino tener la fortaleza para hacer de la propia vida un éxito e influenciar positívamente a los demás.

Un héroe es un buscador interno y externo, tiene plena confianza en sí mismo y en su capacidad para recuperarse de los fracasos, puede ser auténtico porque acepta la vida como es sin alardear ni preocuparse por las modas y puede ver más allá de las apariencias.

Los héroes son personas que se transforman en guías, porque son sabios, pueden comprender que todo lo que pasa es para aprender, para conocerse mejor y poder cuestionarse sus propias convicciones para tener la posibilidad de cambiar positívamente para seguir creciendo.

Un héroe no trata de ser mejor que los demás sino simplemente ser quien es con humildad. La humildad permite derribar las barreras del ego y descubrir el mundo interior.

El crecimiento personal es lo que hace sentir al héroe, pleno y feliz, porque no tiene miedo y puede dar lo mejor de si mismo.

El héroe está disponible y atento en su vida cotidiana, pero también se toma tiempo para él, es honesto y sabe escuchar, tiene seguidores pero no súbditos, no obliga sino persuade, es fuerte y justo.
Reconoce que tiene defectos pero está seguro que es una persona única e insustituible que merece ser amado.
El héroe anónimo es el que no teme a la incertidumbre porque cree que el porvenir es otra oportunidad, otra etapa del proceso de vivir; y solamente no aferrándose al pasado puede abrirse plenamente a lo nuevo.

El héroe no tiene todas las respuestas pero sin embargo sigue adelante aunque no siempre logre una total comprensión de todo.
El amor es la fuerza del héroe y en ello reside su grandeza, no niega su dolor ni su miedo, puede mirar su sombra de frente sin excusas, ponerse en el lugar de otro y sentir compasión.

El héroe es capaz de estar solo y aprender de ello, sin tener necesidad de ocultarse detrás de sus ocupaciones ni evadirse con distracciones.

Y sobre todo, un héroe no nace, se hace.

5 de diciembre de 2012

Causa y efecto

¿Recordáis la ley física, causa y efecto? la que afirma que toda causa tiene su efecto y viceversa, todo efecto tiene su causa.
Pues esta ley la podemos aplicar a nivel micro-cósmico y cósmico.
La mayoría de las teorías del origen del Universo, atribuyen la disposición de los astros y planetas a un cierto desorden provocado a partir de una gran explosión primigenia (la más aceptada; teoría del Big - Bang) y que por cierto, estas afirman que todo en el Universo continua hoy en expansión a raíz de dicha explosión.

Decir que todo lo que nos rodea arriba y abajo, es por causa de un cierto desorden o caos, es como atribuírselo al simple azar... claro, como no se puede demostrar lo contrario, pues eso, la ciencia se queda solo con evidencias científicas.

Me estoy metiendo en "aguas densas"... mejor me salgo, no vaya a ser que me ahogue.

Dejando que de lo anterior se ocupen los científicos, continuaré con la manera en como nos afecta a nosotros la ley causa - efecto.

La línea central es la persona, el resto de líneas las causas.


Lo que todos/as creo comprendemos, es que si nos dedicamos a dar patadas a los demás, (causa) estas volverán a nosotros por los demás (efecto).
Pero a mi me gusta ir más allá de lo físico, porque somos algo más ¿o nó?... A partir de aquí, cada cual en base a su educación, creencias y experiencias, que saque sus propias conclusiones.

Personalmente, puedo afirmar en base a lo dicho, que cuando vibro en el amor (con mayúsculas), más tarde, este vuelve a mí de diversas formas.
Cuando vibro o vibraba (ahora intento no hacerlo) en el rencor, la ira, o el odio, igualmente estos volvían a mí.

No pretendo dictar mis creencias, ni mucho menos que os las creáis.
Solo puedo expresar que tanto a nivel físico como espiritual, lo que he dado he recibido, o lo que sembré en el pasado, estoy cosechando en el presente.


1 de diciembre de 2012

Alcanzar objetivos

Hay días en los que navegamos por aguas tranquilas, con el Sol iluminando y templando la temperatura de nuestro cuerpo y por lo tanto, nuestros ciclos vitales.
Pero lamentablemente no todos son así. Vinieron y vendrán días tormentosos que harán peligrar la embarcación.

Es ley de vida, está en la naturaleza y esta nos lo muestra a través de sus ciclos estacionales... Poco o nada podemos hacer para cambiar lo que Es.



Lo que si podemos, es utilizar herramientas para sobrellevar los días tormentosos.
Es sabido por muchos, que practicar meditación o introspección a través de diversas técnicas, es una excelente herramienta para encontrar armonía en dichos días. Esto lo confirma y avala la ciencia, además de diversas culturas.
Sobre esto publiqué varias entradas en su día.

Hoy me centraré sobre los objetivos y metas, para ello volveré al símil de la embarcación navegando por mares y/u océanos.

Nada que decir si nos toca una racha como la de las primeras líneas de este post... simplemente disfrutar y aprovechar de esa jornada tranquila y soleada, que con suerte o sin ella, nos acompañarán algunos maravillosos delfines con sus entradas y salidas en el agua, armonizando todavía más el día a día.

En días grises y tormentosos, los qué harán a nuestra nave zozobrar, lo mejor y más sensato será que marquemos un objetivo hacia tierra firme, poniendo rumbo hacia esa Isla o meta, a la que más tarde o más temprano llegaremos...Porque lo dicho, es ley de vida, no podemos luchar contra lo que Es. Mucho menos vencer.

Una vez alcanzado el objetivo, nuestro estado interior se equilibra. Aprovecharemos esa Isla para descansar y secar nuestras ropas.
En esta meta alcanzada y fijada anteriormente, encontraremos a personas que nos ayudarán, nos proveerán de nuevas provisiones para nuestra particular nave.
Otras gentes por el contrario, intentarán desanimarnos e incluso intentarán hurtar las pocas provisiones existentes en la nave.

En esta parada y en las que han de venir, lo mejor es estar alerta para elegir bien a las personas con quién nos relacionamos y así continuar el viaje lo más plenos o seguros, en esta aventura que es la vida.

Buen y tranquilo viaje para todos/as.