7 de diciembre de 2015

Cuando la ira te inunda. Cuento

Cuentan que un hombre sufría a menudo ataques de ira y cólera, así que un día decidió solucionar este problema. Para ello, le pidió ayuda a un viejo sabio que tenía fama de conocer la naturaleza humana. Cuando llegó, le dijo:

- Señor, quiero que me ayudes, tengo fuertes arranques de ira que están arruinando mi vida. Sé que soy así, pero también sé que puedo mejorar.

- Lo que me cuentas es muy interesante - dijo el anciano. De todas formas, para poder tratar tu problema, necesito que me muestres tu ira. Solo así podré descubrir su naturaleza.

- Pero ahora no estoy enfadado - argumentó el hombre.

- Bien - contestó en anciano. - En ese caso, la próxima vez que la ira te invada, ven lo más rápido que puedas a enseñármela.

El hombre estuvo de acuerdo y regresó a su casa. A los pocos días sufrió un ataque de cólera y marchó rápidamente a ver al anciano. Sin embargo, el sabio vivía en lo más alto de una colina muy alejada, así que cuando alcanzó la cima y se presentó al sabio…

- Señor, estoy aquí de nuevo.

-Estupendo, muéstrame tu ira.

Pero al pobre hombre se le había pasado el enojo durante el camino.

- Es posible que no hayas venido lo suficientemente rápido - dijo el anciano. - La próxima vez corre más deprisa y así llegarás todavía enfadado.

Pasados unos días, al hombre le asaltó otro fuerte ataque de cólera y, recordando la recomendación del sabio, comenzó a correr cuesta arriba. Cuando media hora después llegó completamente agotado a casa del viejo, este le reprendió:

- Esto no puede continuar así, otra vez llegas sin ira. Creo que debes esforzarte más y subir la cuesta mucho más rápido. De otro modo no voy a poder ayudarte.

El hombre se fue entristecido, jurándose a sí mismo que la próxima vez correría con todas sus fuerzas para llegar a tiempo de mostrar su ira.

Pero no ocurrió así. Una y otra vez subía la cuesta, y cada vez llegaba más fatigado y sin rastro de ira.

Un día que llegó especialmente extenuado, el maestro, por fin le dijo:

- Creo que me has engañado. Si la ira formara parte de ti, podrías enseñármela. Has subido veinte veces y nunca has sido capaz de mostrarla. Esa ira no te pertenece. No es tuya. Te atrapa en cualquier lugar y con cualquier motivo, pero luego te abandona. Por tanto, la solución es fácil: la próxima vez que quiera llegar a ti, no la recojas.
(Anónimo)
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La ira es un mecanismo de defensa que, básicamente, se activa cuando la percibimos en otra persona en medio de una discusión, un desencuentro, etc...
Pero también es una emoción (como todas) que nos invade, o sea, no nos pertenece.



15 de noviembre de 2015

Conocer y aprender del pasado. Salir del círculo

El abatimiento y la pena que me generó los ataques del pasado Viernes 13 en París, hoy me lleva a reflexionar sobre lo poco que aprenden del pasado los gobernantes del "mundo civilizado", o sea, de occidente.

Los que planearon tal masacre y enviaron a tales asesinos/suicidas, se excusan diciendo que lo hicieron como venganza a la presencia de Francia y sus misiles en el conflicto de Siria. Por lo que, aplicaron la "fórmula" ancestral del; "ojo por ojo, diente por diente".
Se justifican aplicando esa "fórmula" que ya se utilizaba en los conflictos internos (entre tribus rivales) hace miles de años... cuando en el ser humano abundaba el pelo por todo su cuerpo.

Una frase en la que creo, tanto a nivel interno como externo, es la siguiente; "Quién no conoce su pasado, está condenado a repetirlo" o, "Aquel que no aprende de su historia, está condenado a repetir sus errores".
Es decir, si se continúa en ese círculo de; tu me atacas, yo te ataco. Lamentablemente se continuará en esa "pescadilla que se muerde la cola".

Ignorante que es uno, me pregunto si no habrá otras vías para deshacer el nudo o quitarle la cola de la boca a la pescadilla, para salir de estos ciclos que cada cierto tiempo se repiten.

De juegos de guerra y de reuniones o de consejos de gobernantes mundiales no entiendo, ni quiero entender.
Lo que si recuerdo es que la humanidad ya ha pasado una primera y una segunda guerra mundial. Y entiendo las terribles consecuencias y los daños colaterales que sufrieron nuestros, no tan lejanos, antepasados.


8 de noviembre de 2015

Tal armero, tal arma. Cuento

"El sable es el alma del samurai", nos dice una de las más antiguas máximas del Bushidô, la vía del guerrero. Símbolo de virilidad, lealtad y coraje, el sable es el arma favorita del samurai.
El sable, en la tradición japonesa, es algo más que un instrumento temible, algo mas que un símbolo filosófico. Es un arma mágica, que puede ser benéfica o maléfica, según la personalidad del forjador y del propietario.

El sable es la prolongación de los que lo manipulan, y se impregna misteriosamente de las vibraciones que emanan de sus seres.

Los antiguos japoneses, inspirados por la religión shinto, conciben la fabricación de un sable como un trabajo de alquimia en el que la armonía interior del forjador es mas importante que sus capacidades técnicas. Antes de forjar una hoja, el maestro armero pasaba varios días meditando y después se purificaba practicando abluciones en agua fría. después, vestido con hábitos blancos, ponía manos a la obra en las mejores condiciones interiores para crear un arma de gran calidad.

Masamune y Murasama eran dos hábiles armeros que vivieron a principios del siglo XIV. Los dos fabricaron unos sables de gran calidad. Murasama, de carácter violento, era un personaje taciturno e inquieto. Tenia la siniestra reputación de fabricar hojas temibles que empujaban a sus propietarios a entablar combates sangrientos o que, a veces, herían a quienes las manipulaban. Por el contrario, Masamune era un forjador de una gran serenidad que practicaba el ritual de la purificación para forjar sus hojas. Aún hoy en día, son consideradas como las mejores del País.

Un hombre que quería averiguar la diferencia de calidad que existía entre ambas formas de fabricación, introdujo un sable de Murasama en el cauce de un río, con el filo orientado contra la corriente. Todas las hojas que pasaban flotando y tocaba el sable se cortaban en dos. A continuación introdujo el sable fabricado por Masamune. Las hojas se deslizaban intactas bordeando el filo del sable como si este no quisiera hacerles daño. Ninguna de ellas fue cortada.

El hombre dio entonces su veredicto; "La Murasama es terrible, la Masamune es humana".
(cuento zen)
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Según nos dice (de manera metafórica) el relato; El sable es el alma del guerrero.
Y yo digo; El forjador del "sable" es tu mente, por lo que, así como la utilicemos y la "alimentemos", así serán nuestras acciones.

Entrada relacionada: Forjando el carácter



27 de octubre de 2015

Esas maneras de ser que no aceptas...

La “Teoría de los Yos” explica que nuestra personalidad está compuesta por una multiplicidad de yos que toman el mando según sea necesario, para protegernos de los peligros, garantizar nuestra supervivencia y lograr que seamos menos vulnerables.

Básicamente, somos una mezcla de patrones energéticos o “yos”. Algunas de esas energías nos resultan familiares y nos sentimos cómodos con ellas pero otras pueden ser extrañas o incluso francamente desagradables. En ese caso, se hace referencia a los “yos repudiados”.

Haz una pausa y piensa en alguien que te resulta muy desagradable. ¿Cuáles son los rasgos que más te desagradan? ¿Por qué desprecias a esa persona? Determina cuáles son las cualidades que te repelen.

Acabas de descubrir tu primer yo repudiado. Esos rasgos que tanto te irritan reflejan un patrón energético que se encuentra dentro de ti y que, bajo ninguna circunstancia quieres integrar en tu vida.

De hecho, podemos detectar fácilmente los yos repudiados debido a la intensa reacción emocional que tenemos cuando apreciamos esas características en los demás. Por ejemplo, una persona profundamente espiritual puede llegar a sentir un profundo desprecio por alguien exitoso que ha acumulado riquezas a lo largo de su vida. Una persona que ha tenido que labrarse a sí misma, trabajando duro, puede sentir una profunda repulsión por la “gente débil” y quejica.

Estos ejemplos transmiten de forma muy clara las intensas reacciones que provoca el yo repudiado cuando lo descubrimos en otra persona. Esas reacciones no son más que el resultado de un patrón energético que escondemos, y de la energía que utilizamos para mantenerlo oculto a nuestra conciencia.



"Abrazar" los yos repudiados


El primer paso es reconocer cuándo un yo repudiado está operando. Para lograrlo suele ser suficiente con que te mantengas atento a tus reacciones emocionales. Cuando los comportamientos de una persona te resulten realmente desagradables, hasta el punto de ser casi insoportables, es porque son un reflejo de un yo repudiado.

En este punto te darás cuenta de que no necesitas “enderezar” o “corregir” a esa persona, sino mirar dentro de ti. 

El segundo paso consiste en descubrir esas cualidades con las que te sobreidentificas, esas de las que te sientes particularmente orgulloso, como ser muy exigente o mostrarse siempre amable. Esas cualidades te hacen sentir especial y es probable que no quieras perderlas. Sin embargo, debes pensar que también te están limitando, a pesar de que consideres que son positivas.

Las cualidades con las que te has sobreidentificado te pueden convertir en una persona intolerante e inflexible, que no se puede relajar ni acepta que existan otras facetas en su personalidad. Esas cualidades te llevan a juzgar a los demás con tu propia vara y harán que siempre te mantengas en tu zona de confort, sin descubrir todo el potencial que llevas dentro de ti.

El tercer y último paso es el más divertido. Una vez que te hayas formado la idea de cómo es ese yo repudiado, intenta ponerte en su lugar y hablar con él. Imagina cómo dirigiría y asumiría diferentes situaciones si tuviera el mando de tu vida. 

Muy pronto sentirás que te recorre una energía diferente. Puedes aprovecharla para ver el mundo y tus problemas bajo una nueva perspectiva. Esos yos repudiados suelen ser una increíble fuente de nuevas ideas, soluciones e inspiraciones.

Por supuesto, no se trata de que le des el mando, no tienes que convertirte en ese yo repudiado, se trata simplemente de que aceptes esa parte que hay en ti y, de vez en cuando, escuches lo que tiene que decir.

"No nos molestan aquellos defectos que nosotros no tenemos" (Miguel de Unamuno)

Fuentes: Jennifer Delgado Y Stone, H. & Stone, S. L. (2014) Manual del Diálogo de Voces. 

20 de octubre de 2015

Redescubrirte. Jeff Foster

Me he "sentido obligado" a compartir el siguiente texto, por lo bien que expresa su autor esos conceptos de; enfrentarse a uno mismo y hacer frente a las sombras:


A veces, incluso con la mejor de las intenciones y el gran esfuerzo, tu vida no resulta como habías esperado, planeado o soñado.

Tu corazón está roto. Lloras de decepción. Hay un crudo e inquietante sentimiento en la barriga. Un viejo sentimiento de temor llega de visita, un sentido familiar de abandono cósmico.

En medio de tu dolor, te sientes tentado a volverte contra el mundo. Culpar a alguien. Atacar a alguien. Buscar represalia, venganza, o atacarte a ti mismo con algún comportamiento adictivo. Rápido, adormecer el dolor. Beber algo, comer algo, comprar algo, hacer el intento de no sentir nada.

Te etiquetas a ti mismo como "malo" o "equivocado" o "estropeado." Te llamas a ti mismo "fracaso," un desperdicio de espacio, palabras que aprendiste cuando eras joven. Y después tu mente empieza a darle vueltas al futuro. No sólo un día de fracaso, hoy, sino años de fracaso por venir. Toda una vida de fracaso, terminando en la muerte.

Abandonaste el momento presente y te sentiste atraído por una narrativa dualista de pasado y futuro, éxito y fracaso, correcto y equivocado, bien y mal.

Pero las palabras no son la cosa. Así es que aquí hay una invitación. Baja tu ritmo. Sé curioso.

Invita a la abierta y curiosa atención a caer en el momento presente. ¿Podrías permitirte sentirte fascinado con el sentimiento presente de fracaso? ¿Cómo sabes que esto es fracaso? ¿En qué parte del cuerpo lo sientes? Regresa al inquieto crudo sentimiento, al dolor visceral que está vivo en este momento. Regresa a la nausea, a la pesadez, a la presión, a la penetrante sensación en la barriga. Sólo por un momento, no huyas o trates de adormecerte ante estos movimientos. Siéntete curioso por las sensaciones que hay aquí. Dales espacio; permíteles danzar, moverse. No te distraigas de esta preciosa parte de ti. Ella simplemente anhela una amorosa atención en este momento.

Estás abandonando la pesada historia de "yo y mi fracaso." Te estás exponiendo a la vida; conectándote contigo mismo en un momento en el que necesitas tu propia ternura, más que nunca.

Y de entre los escombros y las expectativas destrozadas, una vida nueva y diferente puede crecer. Podrías sentirte inquieto, destrozado; tu corazón podría estar sensible y en carne viva; tus certezas puede que se hayan convertido en polvo, pero estás vivo, y dispuesto a sentir lo que necesita ser sentido. Y tu mayor fracaso podría llegar a ser tu mejor comienzo, el momento en el que aprendiste más sobre ti, la escena de la película donde descubriste la humildad, el coraje, y el amor propio más radical. 

(Jeff Foster)





11 de octubre de 2015

La justa importancia

He escuchado a varias personas decir algo así como que; "los problemas que uno tiene, siempre son los más importantes". Y claro, al decirlo actúas, vives en consecuencia y te lo crees... Te creas una "nube negra" que no te deja ver más allá de esta.
Sobre como eliminar un problema, en su día publiqué una fábula aquí

Este vídeo nos muestra nuestro lugar físico. Y si tras verlo nos paramos a pensar, la importancia (valor, interés o influencia de una cosa) que normalmente nos damos, dejará de ser tán importante.


5 de octubre de 2015

La Nasa observando al Sol durante 5 años. Vídeo

El Sol, ese astro que a simple vista no se deja ver. La estrella que nos aporta luz y calor.

La NASA durante los últimos cinco años, lo ha filmado y fotografiado. El resultado es el siguiente alucinante vídeo.

2 de octubre de 2015

Sobre el "Despertar"

Si ya has despertado y ves como duermen los demás a tu alrededor, entonces camina de puntillas, respeta su sueño y descubre la perfección de sus propios tiempos, así como fueron perfectos los tuyos. Cuando ellos abran sus ojos, el fulgor de tu brillo les ayudará a despertar sin necesidad de que hagas nada. Si aún duermes, relájate y disfruta tu sueño, estás siendo mecido y cuidado.



Despertar no es un acto de magia, aunque llena de magia tu vida.

Despertar no tiene nada que ver con el mundo externo, aunque todo lo que te rodea parece tener un nuevo brillo.

Despertar no cambia tu vida, si bien sientes que todo ha cambiado.

Despertar no borra tu pasado, pero al mirar atrás lo percibes como la historia de alguien muy querido que aprendió muchas cosas, pero sientes que ese alguien ya no eres tú.

Despertar no despierta a tus seres queridos, pero ellos se ven más divinos ante tus ojos.

Despertar no sana todas tus heridas, pero ellas dejan de gobernarte.

Despertar no te hace más popular, pero ya no volverás a sentirte solo. Despertar no te embellece ante los demás, pero te hace perfecto ante tu propia mirada.

Despertar no te da más poder, pero descubres el poder que tienes.

Despertar puede que no disuelva los barrotes de tus cárceles, pero te da la libertad de ser tú mismo.

Despertar no cambiará el mundo, al menos de repente, pero te cambiará a ti.

Despertar no te quita responsabilidad, muy por el contrario, te da conciencia de las consecuencias de tus actos y elecciones.

Despertar no te hace tener siempre la razón, más bien ya no sientes la necesidad de tenerla.

Despertar es amarte a ti mismo, con tus límites y con tus experiencias, es amar al otro como parte de tu ser y es amar a la existencia.

Permítete disfrutar de la experiencia de ser ese Ser maravilloso que ya eres.

Fuente: Mindalia.com 

19 de septiembre de 2015

Arte: "El niño interior"

"Burning Man" es un festival anual que tiene lugar en el desierto de Nevada. El evento reúne a una serie de personas de varios países a quienes les une, el arte, la libre expresión, la autosuficiencia, el intercambio...

Una de las más llamativas piezas de arte en este año, es la escultura realizada por el artista ucraniano, Alexandr Milov, en la que dos adultos, sentados y cabizbajos, se dan la espalda entre sí... sin embargo, un niño en el interior de cada uno de ellos, parece como si quisieran conectar y comunicarse.







Cuando llega la noche, los niños comienzan a brillar, lo que representa un símbolo de pureza y sinceridad que une a la gente... incluso en los momentos más oscuros.













Fuente: http://www.collective-evolution.com/

12 de septiembre de 2015

10 minutos de conciencia

"No podemos cambiar lo que nos sucede en la vida, pero podemos cambiar la forma en como lo experimentamos". En el siguiente vídeo, Andi puddicombe nos cuenta de manera divertida y didáctica, una sana técnica para destensar la tensión que vamos acumulando a lo largo de día... Esa tensión que muchas veces se aloja en uno, y de la que uno mismo no es consciente.


18 de agosto de 2015

La naturaleza como ejemplo. El ritmo

La naturaleza, lo natural, siempre ha sido y se ha tomado como ejemplo para el desarrollo y el avance humano.
El vuelo y el batir de las alas de las libélulas sirvió de inspiración para la fabricación de helicópteros.
En la manera en como las aves hacen sus nidos combinando barro y ramas, también se fijó el ser humano para la construcción de sus hogares. Son solo dos ejemplos que me han venido a la cabeza, los que si se busca información, seguro que nos encontraremos con cientos de ellos.

El mundo natural nos ha ayudado, nos ayuda y nos seguirá ayudando a evolucionar como especie, sin embargo en muchas ocasiones se nos pasa por alto o no somos conscientes de lo básico... Su ritmo.
El reino vegetal necesita su tiempo para desarrollarse y crecer. Si se fuerza a una planta para que desarrolle su flor antes de tiempo, probablemente morirá. Claro, si se utiliza elementos químicos vivirá, pero se habrá alterado su ritmo.

El ser humano, nosotros, tenemos un ritmo natural que nos marca, entre otros, el corazón. El que a lo largo del día alteramos por diferentes circunstancias.
Los que hacen deporte, sobre todo cardiovascular, alteran sus pulsaciones, pero saben que luego deben de ir bajando su ritmo poco a poco hasta llegar a su estado natural.
La persona que tiene que preparar un informe con fecha y hora de entrega, altera su ritmo para terminar de redactarlo... sobre todo si le avisan con escaso margen de tiempo, o peor aún, si le toca corregir o volver a redactar dicho informe.

Es inevitable, el ritmo de vida impuesto y en otras, autoimpuesto, nos "obliga" a subir y bajar nuestro ritmo natural, pero siendo conscientes de volver a recuperarlo cuando sea posible, nos ahorrará muchos conflictos (discusiones, enfados...) y muchos problemas de salud física y psíquica.

Y es que en demasiadas ocasiones, va más rápida nuestra mente que nuestro cuerpo.


Escultura de Olga Ziemska; Su obra se inspira en el ritmo y la simetría de la naturaleza, intenta crear orden a partir del caos.

14 de agosto de 2015

Transcender al síndrome de Solomon y a la envidia

Se dice que padecemos el síndrome de Solomon cuando tomamos decisiones o adoptamos comportamientos para evitar sobresalir, destacar o brillar en un grupo social determinado. Y también cuando nos boicoteamos para no salir del camino trillado por el que transita la mayoría.
De forma inconsciente, muchos tememos llamar la atención en exceso, e incluso triunfar, por miedo a que nuestras virtudes y nuestros logros ofendan a los demás. Esta es la razón por la que en general sentimos un pánico atroz a hablar en público. No en vano, por unos instantes nos convertimos en el centro de atención. Y al exponernos abiertamente, quedamos a merced de lo que la gente pueda pensar de nosotros, dejándonos en una posición de vulnerabilidad.

El síndrome de Solomon pone de manifiesto el lado oscuro de nuestra condición humana. Por una parte, revela nuestra falta de autoestima y de confianza en nosotros mismos, creyendo que nuestro valor como personas depende de lo mucho o lo poco que la gente nos valore. Y por otra, constata una verdad incómoda: que seguimos formando parte de una sociedad en la que se tiende a condenar el talento y el éxito ajenos. Aunque nadie hable de ello, en un plano más profundo está mal visto que nos vayan bien las cosas. Y más ahora, en plena crisis económica, con la precaria situación que padecen millones de ciudadanos.

Detrás de este tipo de conductas se esconde un virus tan escurridizo como letal, que no solo nos enferma, sino que paraliza el progreso de la sociedad: la envidia. La Real Academia Española define esta emoción como "deseo de algo que no se posee", lo que provoca "tristeza o desdicha al observar el bien ajeno". La envidia surge cuando nos comparamos con otra persona y concluimos que tiene algo que nosotros anhelamos. Es decir, que nos lleva a poner el foco en nuestras carencias, las cuales se acentúan en la medida en que pensamos en ellas. Así es como se crea el complejo de inferioridad; de pronto sentimos que somos menos porque otros tienen más.

Bajo el embrujo de la envidia somos incapaces de alegrarnos de las alegrías ajenas. De forma casi inevitable, estas actúan como un espejo donde solemos ver reflejadas nuestras propias frustraciones. Sin embargo, reconocer nuestro complejo de inferioridad es tan doloroso, que necesitamos canalizar nuestra insatisfacción juzgando a la persona que ha conseguido eso que envidiamos. Solo hace falta un poco de imaginación para encontrar motivos para criticar a alguien.

El primer paso para superar el complejo de Solomon consiste en comprender la futilidad de perturbarnos por lo que opine la gente de nosotros. Si lo pensamos detenidamente, tememos destacar por miedo a lo que ciertas personas –movidas por la desazón que les genera su complejo de inferioridad– puedan decir de nosotros para compensar sus carencias y sentirse mejor consigo mismas.

¿Y qué hay de la envidia? ¿Cómo se trasciende? Muy simple: dejando de demonizar el éxito ajeno para comenzar a admirar y aprender de las cualidades y las fortalezas que han permitido a otros alcanzar sus sueños. Si bien lo que codiciamos nos destruye, lo que admiramos nos construye. Esencialmente porque aquello que admiramos en los demás empezamos a cultivarlo en nuestro interior. Por ello, la envidia es un maestro que nos revela los dones y talentos innatos que todavía tenemos por desarrollar. En vez de luchar contra lo externo, utilicémosla para construirnos por dentro. Y en el momento en que superemos colectivamente el complejo de Solomon, posibilitaremos que cada uno aporte (de forma individual) lo mejor de sí mismo a la sociedad.

Autor: Borja villaseca

12 de agosto de 2015

Frases de un despierto

En momentos de confusión y pérdida de referentes. Esos que cuando nos ocurre algo "malo" no tenemos donde agarrarnos y por tanto, alargamos nuestro malestar. En mi opinión, no viene mal conocer algunas sabias frases de "El despierto" (más conocido como Buda), que en base a su conocimiento y experiencias nos legó.
A modo de decálogo muestro la exquisitez de su sabio conocimiento:

. El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.

. Todo lo que somos es fruto de lo que pensamos.

. La verdad es aquello que produce resultados.

. La enseñanza es como una balsa. Sirve para hacer una travesía pero no hay que atarse a ella.

. Todos los estados mentales perjudiciales tienen sus raíces en la ignorancia y convergen en la ignorancia. Al abolir la ignorancia, todos los demás estados perjudiciales serán también abolidos.

. Así como una sólida roca no se mueve con el viento, así el sabio permanece imperturbable ante la calumnia y el halago.

. Conquista al hombre airado mediante el amor; conquista al hombre de mala voluntad mediante la bondad; conquista al avaro mediante la generosidad; conquista al mentiroso mediante la verdad.

. Hay un apego sumamente peligroso: el apego a las opiniones.

. El pasado es un sueño. El futuro un espejismo. El presente una nube que pasa.

. No hay otra felicidad que la paz interior.


"Piedras caballeras" Sierra de la Pedriza (Madrid)

8 de agosto de 2015

La creación de las Perlas. Cuento

Un maestro le explicaba a su alumno más aplicado cuál es el origen de las perlas:

_"Son uno de los objetos más bellos de la naturaleza pero, paradójicamente, son fruto del dolor, de la herida causada en su interior por la entrada de una sustancia extraña. Solo hace falta que un diminuto grano de arena se introduzca en la concha para que las células del nácar que las recubre por dentro comiencen a hacer su lento trabajo cubriendo, capa tras capa, el cuerpo invasor para proteger la parte indefensa de la ostra. El resultado de esa “herida cicatrizada” será la perla"._

_"A los humanos nos sucede algo muy parecido"_ continuó el profesor ante la cara de extrañeza de su alumno. _"Hay gente que puede decirnos palabras ofensivas. En otras ocasiones, nos acusarán de haber dicho cosas que jamás salieron de nuestra boca. Incluso podemos ser objeto de otra forma de rechazo, la indiferencia. Todo eso son heridas que nos producirán mucho dolor"._

_"¿Y qué debemos hacer nosotros para protegernos?"_, le preguntó el muchacho.
A lo que el sabio maestro respondió:
_"Lo que debes hacer es fabricar tu propia perla. Cubriendo cada una de tus heridas de amor, perdonando y comprendiendo, transformarás ese dolor en algo muy valioso".
Autor: Anónimo


7 de agosto de 2015

El "juego" del ego

Muchos de nosotros vivimos con la certeza de, en lo que a relaciones se refiere, unos nos dan y otros nos quitan. O sea que unos nos mantienen o proporcionan bienestar y otros todo lo contrario; nos lo arrebatan con su forma de ser, de hablar, de gritar...
Y con esta certeza nada podrá cambiar la manera de ver la realidad de quienes así la ven.

Sin embargo, la manera de ver esa "realidad" la podemos cambiar si somos conscientes de que todos los demás seres (incluidos los animales y las plantas) siempre tienen algo que aportar.
Con los animales y las plantas es fácil relacionarse, ya que estos carecen de cuerdas vocales.
Pero a lo que voy es a las relaciones entre personas, ya que estas son las encargadas de alterar nuestro estado de ánimo.

¿Qué nos aporta un grito o un insulto?
Nos aporta una oportunidad de aprender a controlarnos, a madurar y a crecer como personas.
Sé que los problemas que vamos acumulando no ayudan a que "veamos" lo que hay oculto tras esa soberbia, y por tanto, se corre el riego de entrar en la típica y milenaria "lucha de egos". Entonces es cuando creemos que esa persona no nos aporta nada, y así no acabaremos de salir del ciclo que nos impide crecer como personas, ya que cuando entramos en ese juego, difícilmente lograremos aprender... y lo que es peor!!: Aunque te alejes de esa persona que te altera, más pronto que tarde aparecerá otra que también te alterará. Y así se repetirá una y otra vez el ciclo, hasta que aprovechemos la oportunidad de aprender para lograr salir de dicho ciclo repetitivo.

Lo que he ido aprendiendo, lo he estado publicando desde hace cuatro años en entradas anteriores.
Espero seguir asimilando y aprendiendo, para seguir compartiendo.



30 de julio de 2015

Viaje a Itaca

Ulises, atado al mástil, escucha el canto de las sirenas.
Cuando emprendas tu viaje a Itaca 
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.            
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya que significan las Itacas.
(C. P. Cavafis. Antología poética. )

Mientras vivimos nos ocurren cosas, interactuamos con otros que en principio nos da la impresión de que nos ayudan, o por contra, nos ponen trabas en nuestro viaje... Cuando en realidad, el mejor y peor amigo puede ser uno mismo. Aunque aún no conseguimos eso que creíamos que iba a suceder (Itaca), la aventura será más enriquecedora si observamos las cosas (circunstancias, emociones, relaciones, etc...) con serenidad. Con esta actitud aprendemos de nosotros mismos, de nuestras experiencias, aprendemos a tomar decisiones respecto a nuestra vida de las que no nos arrepentiremos... Y hasta es posible, mientras viajamos hacia nuestra "isla", que nos demos cuenta de cosas que antes se nos pasaban por alto.

P.D. Mucho se puede sacar de este sabio poema... Espero que lo leáis con mucha serenidad y saquéis mucho de él ;)