¿Cómo podemos mejorar nuestra salud física y espiritual?
Tenemos la capacidad y la responsabilidad de generar bienestar a los que nos rodean aprendiendo a gestionar nuestras emociones de forma positiva.
El factor emocional es clave en la salud física, mental y espiritual. Una alimentación equilibrada y rica en nutrientes es excepcional para sentirnos bien con nosotros mismos y con los que nos rodean al igual que el ejercicio físico.
Pero igualmente debemos reflexionar sobre algunos hábitos automatizados que nos impiden la gestión satisfactoria de nuestros sentimientos más profundos. En este sentido, generar actitudes proactivas basadas en la reflexión positiva, la amabilidad, las buenas maneras, la asertividad y la espiritualidad, nos permiten activar con la constancia y el tiempo muchas de las funciones y aptitudes que permanecen dormidas en nuestro ADN.
La meditación nos ayuda a relajar los ciclos cerebrales, pero debe ir acompañada de una profunda convicción de nuestro ser como perteneciente a un Universo inteligente del que formamos parte. Es esa aceptación de la trascendencia, la que nos da accceso a la armonía.
Automatizar conductas negativas no es sano, y menos, dejarse abatir por sensaciones de negatividad o decepción. Biofísicamente, tenemos la capacidad de reconciliarnos con nosotros mismos, tomando la responsabilidad activa de la creación que es muchísimo más estimulante y sana.
El Yoga, la música, el contacto con la naturaleza y otras actividades como el deporte, son instrumentos que nos facilitan la comunicación con nuestro ser de luz. Cualquier método nos ayuda en ese sentido, siempre que no olvidemos cuál es el objetivo de nuestra existencia: Alcanzar la felicidad.
Lo que científicamente estamos en condiciones de afirmar, es que existe una clara relación entre la correcta gestión de las emociones, el amor, entendido como servicio al otro y la salud, tanto física como espiritual. El estudio de los patrones de la música, los armónicos, las resonancias y las frecuencias, son claves como herramienta de trabajo.
La Psicología Cuántica Diferencial, tiene por finalidad enseñar al individuo a generar sus propios medios de resonancia con el Universo, reduciendo al máximo su dependencia de agentes externos, adicciones y automatismos insanos. La toma de conciencia del yo reconciliado con su ser de luz y feliz, es la clave de la evolución espiritual y requiere un trabajo personal que conlleva la mayor de las recompensas: La activación plena de la conciencia y la gestión eficiente del ser: Aprender a pensar, aprender a sentir y como consecuencia, aprender a comunicarnos con nosotros mismos, con los que nos rodean y con el Universo.
Tenemos la capacidad y la responsabilidad de generar bienestar a los que nos rodean aprendiendo a gestionar nuestras emociones de forma positiva.
El factor emocional es clave en la salud física, mental y espiritual. Una alimentación equilibrada y rica en nutrientes es excepcional para sentirnos bien con nosotros mismos y con los que nos rodean al igual que el ejercicio físico.
Pero igualmente debemos reflexionar sobre algunos hábitos automatizados que nos impiden la gestión satisfactoria de nuestros sentimientos más profundos. En este sentido, generar actitudes proactivas basadas en la reflexión positiva, la amabilidad, las buenas maneras, la asertividad y la espiritualidad, nos permiten activar con la constancia y el tiempo muchas de las funciones y aptitudes que permanecen dormidas en nuestro ADN.
La meditación nos ayuda a relajar los ciclos cerebrales, pero debe ir acompañada de una profunda convicción de nuestro ser como perteneciente a un Universo inteligente del que formamos parte. Es esa aceptación de la trascendencia, la que nos da accceso a la armonía.
Automatizar conductas negativas no es sano, y menos, dejarse abatir por sensaciones de negatividad o decepción. Biofísicamente, tenemos la capacidad de reconciliarnos con nosotros mismos, tomando la responsabilidad activa de la creación que es muchísimo más estimulante y sana.
El Yoga, la música, el contacto con la naturaleza y otras actividades como el deporte, son instrumentos que nos facilitan la comunicación con nuestro ser de luz. Cualquier método nos ayuda en ese sentido, siempre que no olvidemos cuál es el objetivo de nuestra existencia: Alcanzar la felicidad.
Lo que científicamente estamos en condiciones de afirmar, es que existe una clara relación entre la correcta gestión de las emociones, el amor, entendido como servicio al otro y la salud, tanto física como espiritual. El estudio de los patrones de la música, los armónicos, las resonancias y las frecuencias, son claves como herramienta de trabajo.
La Psicología Cuántica Diferencial, tiene por finalidad enseñar al individuo a generar sus propios medios de resonancia con el Universo, reduciendo al máximo su dependencia de agentes externos, adicciones y automatismos insanos. La toma de conciencia del yo reconciliado con su ser de luz y feliz, es la clave de la evolución espiritual y requiere un trabajo personal que conlleva la mayor de las recompensas: La activación plena de la conciencia y la gestión eficiente del ser: Aprender a pensar, aprender a sentir y como consecuencia, aprender a comunicarnos con nosotros mismos, con los que nos rodean y con el Universo.
Autor: Dr.Rafael López-Guerrero.