Aunque lo evitemos, le demos la espalda, no lo queramos. La mayoría de nosotros lo sentimos, lo hemos sentido, o lo sentiremos algún día.
Me refiero al sufrimiento que por supuesto no lo buscamos, pero viene a nosotros sin que le "abramos la puerta" a este sentimiento.
Las formas en las que se materializa el sufrimiento en nosotros son muchas y variadas, pero no debemos de "luchar" contra él sino aceptarlo tal y como se presenta.
Si nos revelamos y no lo aceptamos, este volverá a nosotros una y otra vez hasta que hallamos comprendido la verdadera función de este, la cual es ayudarnos a evolucionar como seres humanos.
Según la tradición Tibetana, existen dos caminos para aprender a caminar por la vida:
1-El camino de la comprensión. (aceptar)
2-El camino del dolor. (sufrir)
En nuestra mano está el camino a elegir.
Me refiero al sufrimiento que por supuesto no lo buscamos, pero viene a nosotros sin que le "abramos la puerta" a este sentimiento.
Las formas en las que se materializa el sufrimiento en nosotros son muchas y variadas, pero no debemos de "luchar" contra él sino aceptarlo tal y como se presenta.
Si nos revelamos y no lo aceptamos, este volverá a nosotros una y otra vez hasta que hallamos comprendido la verdadera función de este, la cual es ayudarnos a evolucionar como seres humanos.
Según la tradición Tibetana, existen dos caminos para aprender a caminar por la vida:
1-El camino de la comprensión. (aceptar)
2-El camino del dolor. (sufrir)
En nuestra mano está el camino a elegir.