Viajando en transporte público normalmente nos encontramos con gente pidiendo ayuda (dinero), son personas con alguna clase de problema personal o laboral.
Los que yo me encuentro habitualmente suelen ser músicos, la mayoría inmigrantes que no han tenido suerte en este país, otros con alguna clase de adicción, enfermos que han entrado en un "pozo profundo", los cuales sin ayuda profesional es difícil de que salgan.
Dirigiéndome hoy hacia mi puesto de trabajo, ha aparecido una persona pidiendo ayuda distinta a las anteriores. Dirigiéndose a los viajeros nos dijo: -... soy mecánico industral debido a una operación quirúrgica dejé de trabajar un tiempo, por ello el banco me ha embargado mi negocio... pido lo que buenamente puedan ofrecerme para mí y para mi familia...-.
Después de oirle me he "puesto en su lugar" pensando en qué sería de mí si perdiera mi puesto de trabajo, entonces mi conciencia me "obligó" a prestarle ayuda y así hice ofreciéndole algunas monedas, el me lo agradeció llevando su mano hasta su corazón.
La vida a menudo pone a prueba nuestra conciencia, por ello tenemos que estar alertas para así no tener los típicos remordimientos de conciencia.
Con esto no quiero decir que ayudemos a todo el que nos pide, ¡ójala pudiéramos!, sinó que si "escuchamos" a nuestra conciencia en la cual habita nuestro Ser interior, este nos dirá quién verdaderamente nos necesita y así evolucionar como verdaderos seres humanos.
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Los que yo me encuentro habitualmente suelen ser músicos, la mayoría inmigrantes que no han tenido suerte en este país, otros con alguna clase de adicción, enfermos que han entrado en un "pozo profundo", los cuales sin ayuda profesional es difícil de que salgan.
Dirigiéndome hoy hacia mi puesto de trabajo, ha aparecido una persona pidiendo ayuda distinta a las anteriores. Dirigiéndose a los viajeros nos dijo: -... soy mecánico industral debido a una operación quirúrgica dejé de trabajar un tiempo, por ello el banco me ha embargado mi negocio... pido lo que buenamente puedan ofrecerme para mí y para mi familia...-.
Después de oirle me he "puesto en su lugar" pensando en qué sería de mí si perdiera mi puesto de trabajo, entonces mi conciencia me "obligó" a prestarle ayuda y así hice ofreciéndole algunas monedas, el me lo agradeció llevando su mano hasta su corazón.
La vida a menudo pone a prueba nuestra conciencia, por ello tenemos que estar alertas para así no tener los típicos remordimientos de conciencia.
Con esto no quiero decir que ayudemos a todo el que nos pide, ¡ójala pudiéramos!, sinó que si "escuchamos" a nuestra conciencia en la cual habita nuestro Ser interior, este nos dirá quién verdaderamente nos necesita y así evolucionar como verdaderos seres humanos.
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