El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacia. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.
Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo. Es un regalo para ti".
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Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. Ahora tendría que vivir en la casa deficiente que había construido.
Si en nuestra particular vida actuáramos como si estuviéramos "construyendo nuestra casa":
Tu vida, ahora, es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado.
Tu vida de mañana será el resultado de tus actitudes y elecciones de hoy.
¿Cúal será el resultado final? |
Pues... para pensar bien la respuesta. La chimenea creo que yo la construí torcida.
ResponderEliminarMuy instructiva la historia.
Siempre hay tiempo para enderezar esa chimenea :)
EliminarSaludos!!
Un ejemplo muy claro.
ResponderEliminarY muy constructivo ;)
EliminarEl albañil, precisamente por ser su última casa, debería haber puesto todo el alma en la obra. Siempre hay que despedir nuestras acciones haciéndolas lo mejor que sabemos.
ResponderEliminarTuvo su merecido.
Un abrazo.
Tu lo has dicho, tuvo su merecido. Distinto resultado hubiera sido, si le hubiera puesto un poco de ganas, y de corazón sobre todo.
EliminarUn abrazo!!
Habrá que reflexionar....
ResponderEliminarInteresante Manu
Un abrazo
Un abrazo, Sofya!!
EliminarMuy instructiva e interesante la historia!
ResponderEliminarla verdad es que me ha gustado mucho, y saco como conclusión que siempre hay que estar en el presente haciendo con Amor aquello en lo que estemos, y atraeremos los mejores resultados.
Un abrazo Manu :)
Me gusta tu conclusión, Angélica.
EliminarUn abrazo!!
Hola Manu!! Cuánto tiempo, eh?? Me resulta muy sorprendente volver a tu blog tras tanto tiempo y encontrarme con esta entrada, precisamente yo que acabo de mudarme a mi propia construcción, en la que sin duda he puesto todo mi amor. ¿Habría hecho lo mismo si fuera para otra persona? Lo dudo, y la entrada me ha hecho reflexionar seriamente al respecto. Te lo agradezco.
ResponderEliminarUn abrazoooo
Que hay Vilu!! Me alegra que ya estés asentado en tu nueva casa, y si le has puesto todo tu amor, estoy seguro que tendrás buenas experiencias en ella.
EliminarGracias a ti... Un abrazo!!
Eso nos demuestra el poco amor que ponemos a los demás, que es lo que nos damos a nosotros mismos. Un ABRAZO
ResponderEliminarAsi es... o al contrario. Si no se quiere uno mismo, difícilmente podremos demostrar aprecio hacia los demás.
EliminarUn abrazo, yosueño!!
hay que poner esfuerzo y ganas en todo lo que hacemos, y dar gracias por poder hacerlo.
ResponderEliminarCierto, Silvia... Saludos!!
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