6 de mayo de 2012

"Llamada de la luz" a los gobernantes del mundo.

"Todo lo escrito aquí, no tiene connotaciones ideológicas, ni de izquierdas, ni de derechas, ni religiosas, ni filosóficas. Solo es sentido común para poder vivir todos en paz y en un mundo mejor".

1 de mayo de 2012

Tiempos veloces

¿Os pasa a vosotr@s?... A mí me da la impresión que desde hace algunos meses el tiempo se está acelerando. No me refiero al tiempo del reloj, sino al tiempo psicológico o al "reloj" biológico que se dice todos llevamos dentro.
Aparte del estrés generalizado, tengo la sensación de que todo marcha muy deprisa... no sé, a lo mejor es que me estoy haciendo mayor.

Algunos expertos y científicos independientes defienden que, la frecuencia vibratoria de la Tierra llamada resonancia Schumann, está aumentando porque nuestro sistema solar está atravesando el llamado cinturón de fotones... Todo esto suena a pseudociencia ¿verdad?. Algunos defienden esto como causa de esta sensación de velocidad.

No doy nada por sentado, me gusta contrastar toda clase de información que me llega, para después filtrar dicha información y quedarme con lo que voy experimentando a nivel personal, es decir, que en este caso la sensación que he descrito antes, la estoy sintiendo y es con lo que me quedo.

El por qué de todo esto, no lo sé, lo que si sé es que en estos tiempos al igual que hay mucha información, también existe mucha desinformación, por lo que os animo a que no os creais nada de lo primero que os llegue, ni por supuesto de lo escrito en este "mi pequeño espacio"... Informaros, contrastar, filtrar, sacar vuestras propias conclusiones y quedaros con lo que interiormente sintais o experimenteis.

En tono de humor:
Parece que los gobiernos occidentales en general, también han sido tocados por esta aceleración... si no mirar a qué velocidad están aplicando los recortes.

27 de abril de 2012

Energía libre.

Hoy en día y gracias a internet, generar energía libre, limpia y eficaz no es ningún secreto. Solo hace falta voluntad por parte de los gobernantes y menos especulación... Toda una utopía ¿o no?.

25 de abril de 2012

Atrapar el momento

Si hay algo que no nos deja disfrutar del momento presente... _eso que experimentamos; al "sumergirnos" en la lectura de un buen libro, al escuchar alguna música que nos llega dentro, a los momentos tranquilos de un tan merecido periodo vacacional, etc..._ son los planes de futuro, los cuales generan preocupaciones.

Doy por supuesto que siempre tenemos que organizarnos para el día de mañana o dicho en forma de metáfora, "preparar nuestras armas para la batalla diaria", pero una vez preparadas y listas dejarlas tal cúal, para ocuparnos en su día y en su hora de dicha batalla.

En el camino no podemos ver lo que nos vamos a encontrar antes de girar la siguiente curva, o lo que hay detrás de ese frondoso árbol en mitad del camino. 
Entonces mejor nos irá si:
Disfrutamos del sonido del riachuelo, de la flora que nunca será igual a cada paso que vayamos dando. Por otro lado, ocupémonos de no tropezar y si es necesario quitar de en medio esa roca que nos estorba..., saquemos nuestra espada para desbrozar esos matorrales que nos impide avanzar.

22 de abril de 2012

La felicidad... ¿donde encontrarla?

La felicidad no llega de forma automática, no es una gracia que un destino venturoso puede concedernos y un revés arrebatarnos; depende exclusivamente de nosotros. No se consigue ser feliz de la noche a la mañana, sino a costa de un trabajo paciente, realizado día tras día. La felicidad se construye, lo que exige esfuerzo y tiempo. Para ser feliz hay que saber cambiarse a uno mismo.
                                                                         Luca y Francesco Cavalli-Sforza.


Buscar la felicidad fuera de nosotros, es como esperar el sol en una gruta orientada al norte.
                                                                         Adagio Tibetano.


Los que esperan la felicidad y solo ansían placeres, riquezas, gloria, poder y heroismo son tan ingenuos como el niño que intenta atrapar un arco iris para hacerse una capa.
                                                                          Dilgo Khyentsé Ripomché.


La libertad exterior que alcancemos depende del grado de libertad interior que hayamos adquirido. Si es esa la correcta comprensión de la libertad, nuestro esfuerzo principal debe centrarse en realizar un cambio en nosotros mismos.
                                                                           Mahatma Gandhi.



He seleccionado estos pensamientos o citas porque todos coinciden en que; el estado de ánimo que esperamos tener cada uno de nosotr@s llamado felicidad, la podemos encontrar en el exterior... pero esta sería muy efímera. La felicidad absoluta o verdadera la tenemos que "forjar" en nuestro interior.

20 de abril de 2012

Siempre.

Tema oficial del grupo Mago de Oz, al que considero un gran tema romántico.
"Archivar mi dolor en el doble fondo que hay en mi colchón".



Versión Coral interpretada por niños... Para los menos rockeros:

16 de abril de 2012

La conciencia no está en el cerebro, está en el mundo.


En su teoría de la Conciencia Esparcida, Riccardo Manzotti plantea que la conciencia es un proceso en constante flujo entre el mundo y la percepción del mundo, surge de esta relación y no del cerebro.

Aunque la ciencia establecida acepta que la conciencia es un fenómeno que no ha logrado ser explicado cabalmente, generalmente se asume que esta es el producto de procesos neurales, y como tal se fija en el cerebro. La filosofía oriental por otra parte usualmente considera que la conciencia no puede ubicarse en un sitio, sino que es aquello que soporta la existencia y está diseminada por el universo: la conciencia está en la mente, pero la mente está en todas partes.

Este añejo dilema, actualmente dominado por la visión del racionalismo que separa al mundo de la mente (y el espíritu del cuerpo), tiene un interesante avatar en la teoría de la Conciencia Esparcida (Spread Consciousness) del científico y filósofo italiano Riccardo Manzotti. Manzotti, quien antes ejerció en el campo de la robótica, propone algo radical: “Las personas dicen que un robot almacena imágenes del mundo a través de su cámara digital. No lo hace, almacena datos digitales. No tiene imágenes”. Lo mismo ocurre con nosotros: "Nuestra experiencia visual del mundo es un proceso compartido de visión entre el que ve y lo que es visto".


Para ilustrar esto, Manzotti utiliza el ejemplo de un arcoiris. Para que un arcoiris ocurra es necesaria la luz del sol, gotas de lluvia y un espectador. Al menos de que alguien esté presenciando, desde cierto ángulo, este arco de colores no puede aparecer. Uno de los elementos de los que está compuesto el arcoiris es la percepción: nuestros ojos, nuestro cerebro. No existe como algo independiente en el mundo o cómo una imagen separada de lo que es percibido: la conciencia está difundida entre la luz del sol, la lluvia, el neurocórtex… y genera la unidad transitoria de la experiencia del arcoiris. Es decir, el espectador no ve el mundo; es parte del proceso-mundo. Literalmente somos parte del paisaje.



Se podría objetar que de todas maneras tenemos conciencia cuando nos abstraemos del mundo, cerramos los ojos o soñamos y que entonces el cerebro es suficientemente capaz de sostener la conciencia sin el apoyo del mundo exterior. Pero Manzotti argumenta que la conciencia sigue esparcida entre la mente y el mundo. Por una parte existen percepciones inconscientes que luego surgen –así podemos soñar con un lugar del cual no tenemos memoria consciente que vimos, pero que es el resultado de una o un conjunto de percepciones que tuvimos en algún momento. Es la continuación de un proceso que se inicio quizás hace años (una ventana que apenas vimos con el rabillo del ojo donde había un árbol). Manzotti cree que todo lo que ocurre en la mente tiene un origen en el mundo material y por lo tanto nada es del todo inventado. No cree evidentemente que alguien pueda soñar con algo con lo que no ha tenido algún tipo de contacto previamente. Tal vez aquí podamos diferir, y bajo su propia teoría argumentar que es posible, por ejemplo, soñar con símbolos que nunca hemos visto precisamente porque están en el mundo, de alguna manera codificados o integrados y nos son transmitidos en la conciencia, que es por definición colectiva y que compartimos con todas las cosas. Por ejemplo las visiones arquetípicas que otorgan ciertas plantas pudieran estar presentes en un campo de información compartida que se entrelaza con nuestra red neuronal.

El novelista Tim Parks, quien entrevistó a Manzotti para la revista New Yorker, le sugirió que su teoría es similar a lo que sostiene el budismo (posiblemente a lo que se conoce como Pratītyasamutpāda, un término que hace referencia a que todos los fenómenos emergen conjuntamente en una red interdependiente de causa y efecto) y que la conciencia es la fusión de procesos mentales con los procesos que llamamos objetos en un estado de flujo constante (algo que también recuerda a la obra de Alfred North Whitehead). Manzotti es reacio a estos comparativos, pero la semejanza es notable.

Separar la mente del mundo, al hombre de los procesos de la naturaleza, es una cómoda ilusión, en cierta forma un mecanismo de defensa:

Al localizar la conciencia exclusivamente dentro del cerebro podemos imaginar que el sujeto, yo, en un nivel muy profundo, no está sujeto a la misma ley de cambio constante que evidentemente gobierna los fenómenos a nuestro alrededor. El sujeto asimila y descarta atributos, pero en esencia permanece él mismo. Esto permite la noción de que uno es responsable, incluso de acciones llevadas a cabo años atrás, y por lo tanto genera un universo moral particular; también crea la reconfortante ilusión de que tal vez el ser podría sobrevivir separado del mundo. Detrás de esto yace el deseo de negar los cambios en nosotros, quizás de sobrevivir la muerte. De cualquier forma, ser una entidad fuera del mundo.

Es fascinante y a la vez terrorífico pensar que no somos responsables de nuestros actos porque no estamos separados del mundo y estamos siendo constantemente influenciados por todo lo que ocurre. Algo que, si lo llevamos a última consecuencia, visto de otra manera, significa que en realidad somos responsables de todos los actos que jamás se han realizado ya que más que individuos somos el mundo, el proceso –aunque (aún) no tengamos la conciencia de todas las conciencias en una. Mientras rige el caos, la entropía, el conglomerado de flujos interpenetrados que se suman para generar todo lo particular desde lo universal.

Manzotti no habla de esto, pero me hace pensar en aquella ampliación del adagio hermético “como arriba, es abajo” que dice “como adentro, es afuera”. En realidad porque afuera no existe. Consideramos la piel y el cerebro como una barrera que moldea nuestra unidad independiente, sin embargo las fuerzas físicas no conocen esa barrera: el electromagnetismo o la gravedad lo mismo afectan a nuestra epidermis, que a nuestros órganos y células.

Fuente: Newyorker