21 de febrero de 2013

Bonsai de limonero XI

Onceava publicación en la que el pequeño "bonsi" (así lo llamo) ha cumplido 30 Meses, o lo que es lo mismo, 2 años y medio.

Continúa creciendo... Desde hace 4 meses ha estado evolucionando la ramificación de la derecha, saliendo de su todavía joven tronco, del cúal también he apreciado que aumenta su grosor.






18 de febrero de 2013

Demuestran que el principio de incertidumbre funciona en objetos macroscópicos

-El principio de incertidumbre:

Como una definición simple, podemos señalar que se trata de un concepto que describe que el acto mismo de observar cambia lo que se está observando.
En 1927, el físico alemán Werner Heisenberg se dio cuenta de que las reglas de la probabilidad que gobiernan las partículas subatómicas nacen de la paradoja de que dos propiedades relacionadas de una partícula no pueden ser medidas exactamente al mismo tiempo. Por ejemplo, un observador puede determinar o bien la posición exacta de una partícula en el espacio o su momento (el producto de la velocidad por la masa) exacto, pero nunca ambas cosas simultáneamente. Cualquier intento de medir ambos resultados conlleva a imprecisiones.

Cuando un fotón emitido por una fuente de luz colisiona con un electrón (turquesa), el impacto señala la posición del electrón. En el proceso, sin embargo, la colisión cambia la velocidad del electrón. Sin una velocidad exacta, el impulso del electrón en el momento de la colisión es imposible de medir.

Artículo publicado en la web: Abc
Un equipo de físicos de la Universidad de Colorado ha conseguido ver por primera vez a la mecánica clásica y a la cuántica operando al mismo tiempo

Un equipo de físicos de la Universidad de Colorado ha conseguido demostrar que el principio de incertidumbre, una de las reglas más conocidas de la física cuántica, también funciona en los objetos macroscópicos (los que son visibles sin necesidad de un microscopio).

El principio de incertidumbre, descrito por el físico Werner Heisenberg hace casi un siglo, establece que el mero hecho de observar una partícula subatómica, como un electrón, altera su estado natural y no nos permite, por lo tanto, averiguar todas sus características. En otras palabras, si tratamos de saber dónde se encuentra esa partícula, nos resultará imposible conocer su «momento», es decir, su cantidad de movimiento lineal, y si medimos su momento, no podremos saber dónde se encuentra.

En teoría, el principio es válido para cualquier tipo de objeto, sin importar su tamaño, pero resulta medible solo en la escala subatómica, donde las reglas de la mecánica cuántica son más evidentes y decisivas. Ahora, en un artículo que publica esta semana la revista Science, los físicos de la Universidad de Colorado afirman que han conseguido detectar los efectos del principio de incertidumbre en un objeto macroscópico, en conreto, en un pequeño tambor de medio milímetro de longitud.

El principio de incertidumbre asegura que el mero hecho de observar una partícula la modifica sin remedio. Por ejemplo, si utilizamos un fotón (una partícula de luz) para observar en un microscopio a un electrón, ambos chocarán y el momento del electrón se alterará para siempre. Es como si la única forma de observar un coche en movimiento fuera lanzando otro contra él. Al producirse la colisión sabríamos exactamente dónde está el coche, pero nos sería imposible saber de dónde venía ni a qué velocidad iba.

Según explica Tom Purdy, autor principal del experimento, cuanto mayor sea un objeto, más pequeño será el efecto que provoca un fotón cuando choca contra él, haciendo que el principio de incertidumbre sea menos relevante cuanto mayor sea el tamaño de lo que queremos observar. La visión humana es posible precisamente porque nuestra retina recibe el impacto de los fotones que rebotan sobre los objetos que estamos observando.

En los últimos años, sin embargo, los físicos han logrado ir aumentando el tamaño de los objetos en los que el principio de incertidumbre se hace evidente. Pero nunca lo habían conseguido con un objeto visible a ojo desnudo. Purdy y su equipo construyeron un pequeño tambor de medio milímetro a base de nitruro de silicio, un material cerámico que se usa en la construcción de naves espaciales, y rodeado por un pequeño marco de silicio.

Después colocaron el pequeño tambor entre dos espejos y enfocaron sobre el un haz de luz láser. En esencia, la medición del tambor se produce cuando los fotones de luz rebotan sobre él y se reflejan en los espejos. Si se aumenta el número de fotones, los espejos empiezan a vibrar, reduciendo la precisión de la observación. Cuantos más fotones se lancen contra el tambor, mayor será la vibración de los espejos. Y es esa vibración, precisamente, la prueba del principio de incertidumbre en acción.

El hallazgo puede resultar de gran utilidad, por ejemplo, en la caza de «ondas gravitacionales», predichas por la relatividad general de Einstein pero nunca detectadas hasta ahora. El experimento de Purdy y sus colegas ha permitido, por primera vez, ver a la mecánica clasica y a la cuántica operando al mismo tiempo y en la misma escala.

15 de febrero de 2013

Técnica china para evitar el envejecimiento prematuro

Ejercicio de la cultura china simple y eficaz para evitar el envejecimiento y la demencia senil.
La esencia está en que tus ojos deben estar cerrados cuando estés practicando el Jin Ji Du Li.

Aquí está el ejercicio:
Párese sobre una pierna, mientras que sus ojos están cerrados. Eso es todo.
Haga la prueba ahora mismo, póngase de pie, cierre los ojos y trate de mantenerse parado en un solo pie.
Si usted no es capaz de permanecer por lo menos 10 segundos, significa que su cuerpo ha degenerado hasta el nivel 60 a 70 años de edad. En otras palabras, es posible que sólo tenga 40 años de edad, pero su cuerpo ha envejecido mucho más rápido.

Zhong Li Ba Ren afirmó que la mayoría de las personas no pueden pararse sobre un pie con los ojos cerrados por 5 segundos, pero más tarde, ya que lo practican a diario, son capaces de hacerlo por más de 2 minutos.
A medida que adquiera capacidad de permanecer por más tiempo, la sensación de pesadez desaparece.
Al practicar Jin Ji Du Li, usted notará que la calidad del sueño es mejor, la mente se aclara y mejora significativamente la memoria.
Lo más importante es que si practica Jin Ji Du Li con los ojos cerrados durante 1 minuto cada día, no sufrirá de demencia senil (significa que el cerebro se mantendrá saludable).

Zhong Li Ba Ren explicó que hay seis meridianos importantes que pasan por las piernas. Cuando usted está parado sobre una sola pierna, sentirá dolor debido al ejercicio, y cuando esto ocurre, los órganos correspondientes de estos meridianos y sus formas comienzan a recibir el ajuste necesario. Este método puede enfocar o concentrar la conciencia y el canal del cuerpo hasta los pies.

Los efectos benéficos de la práctica de Jin Ji Du Li en varias enfermedades asociadas con la hipertensión, diabetes, enfermedades del cuello y la columna vertebral se empezarán a sentir rápidamente, también puede prevenir la gota.

Es la cura básica para la enfermedad de “Cold Feet” y también puede reforzar la inmunidad del cuerpo.
Usted no tiene que esperar hasta que tenga alguna enfermedad para comenzar a practicar Jin Ji Du Li. Es recomendable para casi cualquier tipo de persona y especialmente benéfico en los jóvenes, si lo practican a diario mientras están sanos la probabilidad de adquirir problemas propios de la vejez, será menor.
No es recomendado para las personas cuyas piernas están debilitadas y no pueden permanecer de pie por períodos largos.

“Es la mente la que crea el mundo que nos rodea y aún cuando nos encontramos juntos, parados en la misma pradera, mis ojos nunca verán lo que los tuyos contemplan y mi corazón nunca se agitará con las emociones que conmueven al tuyo”.

Fuente: lunanueva

10 de febrero de 2013

Sobre las circunstancias

Ante una situación cualquiera en la que nos encontremos, tendemos a etiquetarla de buena o mala. Normalmente Las circunstancias nos acompañan y nos determinan como personas, por lo que estas situaciones o circunstancias marcan nuestro carácter, es decir, nos sentiremos mejor o peor dependiendo de las circunstancias personales.

Entonces, si dependo de mi circunstancia, soy yo y mi circunstancia... Son dos cosas distintas, por lo que pueden vivir separadas o mejor dicho, vivir juntas y en paz, por que difícilmente es "verse" separado del exterior.

Tras este pequeño "ataque" filosófico que me ha dado, saco en conclusión que o bien me someto a mis circunstancias, o por el contrario las someto yo a estas.
Ante estas dos opciones que se me ofrecen, coincidiréis conmigo en que quedarse con la segunda opción sería lo más inteligente... pues con ella me quedo!! Aunque de vez en cuando jugaré, experimentaré y las sentiré... sin añadirles etiqueta alguna.

"Si llamas experiencias a tus dificultades y recuerdas que cada experiencia te ayuda a madurar, vas a crecer vigoroso y feliz, no importa cuán adversas parezcan las circunstancias." (Miller Henry) 
                                                                                                                        

8 de febrero de 2013

¿Y si el dinero no importara?

¿Qué te gustaría ser si el dinero no fuera el objetivo?
Gran cuestión con sencilla respuesta. Pero precisamente es el dinero, el que nos impone limitaciones, barreras, fronteras... a lo que verdaderamente queremos ser y hacer.

3 de febrero de 2013

El vendedor de bocadillos

Un hombre  vivía cerca de un importante cruce de caminos. Todos los días a primera hora de la mañana llegaba hasta allí donde instalaba un puesto en el cual vendía bocadillos que él mismo horneaba.

Como padecía sordera y su vista no era muy buena, no leía la prensa ni veía la televisión pero eso si… vendía exquisitos bocadillos.

Meses después alquiló un terreno, levantó un gran letrero de colores y personalmente seguía pregonando su mercancía, gritando a todo pulmón: ¡Compre deliciosos bocadillos calientes! Y la gente compraba cada día más y más.

Aumentó la compra de materia prima, alquiló un terreno más grande y mejor ubicado y sus ventas se incrementaron día a día. Su fama aumentaba y su trabajo era tanto que decidió llamar a su hijo, un importante empresario de una gran ciudad, para que lo ayudara a llevar el negocio.

A la llamada del padre su hijo respondió: ¿Pero papá, no escuchas la radio, ni lees los periódicos, ni ves la televisión? Este país está atravesando una gran crisis, la situación es muy mala, no podría ser peor.

El padre pensó: ¡Mi hijo trabaja en una gran ciudad lee los periódicos y escucha la radio, tiene contactos importantes… debe saber de lo que habla!

Así que revisó sus costos, compró menos pan y disminuyó la compra de cada uno de los ingredientes, dejando de promocionar su producto.
Su fama y sus ventas comenzaron a caer semana a semana.

Tiempo después desmontó el letrero y devolvió el terreno.
Aquella mañana llamó a su hijo y le dijo:
-¡Tenías mucha razón, verdaderamente estamos atravesando una gran crisis!
                             .........................................................................
Hoy no añadiré ninguna moraleja. Mejor unas palabras del periodista Miguel Blanco:

"...Tratemos de huir de lo que se nos cuenta en los informativos, para no caer en la desazón, que parecen querer inculcarnos, con tanto drama y tanta crisis. Las cosas están complicadas, lo sabemos, cada día tenemos compañeros que se nos acercan para pedir ayuda.
Y quizás sea esa la oportunidad. Ayudar a los que tenemos alrededor, que se han visto golpeados por esta maniobra de miedo que quieren seguir manteniendo los poderosos. 
No nos dejemos angustiar. Es, al parecer lo que pretenden, lo hacen duro y sin pausa. Miremos un poco mas allá de nuestro ombligo..."

30 de enero de 2013

Descartes y su yo

Descartes buscaba una verdad indudable y la que encontró (o creyó encontrar) era que su yo existía. Para llegar a esta verdad había utilizado las reglas de su método.

La historieta es más o menos así:
Monsieur Descartes, siguiendo su método, comenzó a dudar de todo, hasta de que 2+2 = 4, hasta llegó a algo de lo que no podía dudar, a saber, de que estaba dudando. ¿Y por qué no dudaba de esto? Muy sencillo, porque entonces estaría dudando de que estaba dudando y de nuevo estaría dudando. De modo que dudar de que estoy dudando me lleva al hecho indudable de que estoy dudando. Descartes no se quedó en ese punto de la reflexión, así que la desarrolló algo más.

Dudar es pensar… al menos en el vocabulario de Descartes. Así que si no puedo dudar de que dudo, no puedo dudar de que pienso. Ahora bien, si hay pensamiento, ha de haber algo que piensa porque, obviamente, los pensamientos no pululan por ahí solos e independientes. Estos han de estar contenidos en las cosas pensantes, de modo que las dudas, los pensamientos, los dolores, los picores, etc... implican la existencia de cosas que dudan, que piensan, que sienten dolor, etc...

Pero mira tú por dónde, continúa Descartes su reflexión, resulta que la cosa que piensa… al menos en este caso, es la misma cosa a la que llamó “yo”… ¡Eureka! ¡La cosa que piensa soy yo! Y así llegó a la gran verdad, una de las máximas formuladas en latín más populares de la historia: “cogito, ergo sum”… “Pienso, luego existo”. Descartes llamó a su yo “cosa que piensa” y dijo que en el mundo se podían distinguir si no nos poníamos excesivamente estrictos, tres tipos de cosas: “la cosa infinita” (Universo, Dios), “la cosa que piensa” (el yo) y “la cosa extensa” (el cuerpo).

En definitiva, la cosa a la que Descartes llamaba "yo", era una entidad que pensaba pero que no era corpórea, porque había otra cosa a la que llamaba “mi cuerpo” y que distinguía, según aseguraba, de la cosa a la que llamaba “yo”. Este “yo”, pensaba Descartes, podría existir sin su cuerpo… aunque nunca aclaró como.

Y como este genial filósofo, nadie nos aclara nada o mejor dicho, nadie nos lo confirma.
Nos queda agarrarnos a la fé (lejos del clero si lo prefieres) o a la experiencia para algunos afortunados, para "ver" a los pensamientos como entidades independientes de la conciencia particular de un individuo.