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13 de agosto de 2013

Entrevista al doctor Christian Boukaram; "Nuestros cuerpos interactúan con el universo"

Interesante entrevista realizada a Christian Boukaram, oncólogo y especialista en física nuclear publicada en el diario La vanguardia. En la que entre otras cosas, el doctor afirma que "somos básicamente vacío y que el universo está reflejado en cada una de nuestras células... Nuestros cuerpos interactúan con el Universo".

Ahí va la entrevista tal y como aparece en dicho diario:



Ciencias como la epigenética y la física cuántica sacuden los fundamentos de la vida que creíamos conocer.

Empecemos por analizar lo que somos.
Los átomos forman la totalidad del mundo físico que conocemos, incluyendo cada célula de nuestro cuerpo. El núcleo del átomo lo forman protones y neutrones y a su alrededor giran los electrones.

¿Como un sistema planetario?
Sí, y como en el sistema solar una enorme distancia separa los electrones del núcleo; eso significa que el mundo material se compone principalmente de vacío.

Entonces nosotros también estamos constituidos principalmente de vacío.
Rotundamente sí. Y recientemente se ha descubierto que en el interior del átomo existen otras partículas subatómicas formadas por pequeñas cuerdas de energía que vibran (teoría de las cuerdas), es decir que no estamos formados por partículas físicas: La materia parece ser una ilusión.

Eso nunca lo he entendido.
Ya lo dijo Einstein: el mundo físico no es sino una manifestación del mundo inmaterial. Emociones y pensamientos generan ondas que pueden materializarse en el mundo físico. Piense en los nuevos videojuegos que se controlan con la mente: el casco de electrodos sirve como una interfaz para convertir la información mental en órdenes.

¿Qué nos dice la epigenética?
Que el ADN de las células se adapta al entorno (bioquímico, social, ambiental, emocional, electromagnético...), de manera que podemos modificar nuestro ADN, porque el entorno inmediato de nuestras células somos nosotros mismos.

¿Somos un micromundo?
Vemos nuestra piel como algo sólido que nos separa de lo demás, pero en realidad nuestras células, átomos, piel y cuerpo interactúan con el universo.

Muy poético. ¿Puede explicármelo?
Todo, materia incluida, se compone de haces de energía que vibran. Las vibraciones son información codificada organizada en sistemas. Las moléculas forman la célula, las células, órganos; los órganos, sistemas (locomotor, digestivo, respiratorio), y los sistemas, el ser humano. Los humanos forman poblaciones que componen el planeta, los planetas forman el sistema solar, los diferentes sistemas solares forman galaxias...

¿Como muñecas rusas?
Exacto: cada pieza del universo ya contiene en sí misma el mundo en el que se refleja a pequeña escala. Somos un todo y todo está interconectado. De hecho, la física cuántica ha demostrado que nuestros más pequeños componentes se comunican entre sí con el resto del universo al mismo tiempo. Es el fenómeno del entrelazamiento cuántico.

¿Pero de qué nos sirve comprenderlo?
Los sentidos nos crean la ilusión de que vivimos en un mundo material, y así nos convertimos en prisioneros de ese mundo construido por nosotros mismos y perdemos capacidades esenciales como la de regenerarnos.

Es teoría.
El doctor Meryl Rose injertó en salamandras tumores cancerosos y luego amputó los miembros enfermos. Las extremidades volvieron a crecer a los pocos días y no quedaba ni rastro de células negativas. Hay una fuerza transmitida a través de los nervios que actúa milagrosamente y cura el cáncer.

Hay muchos científicos investigando ese tema, puede que algún día...
Otro fenómeno interesante es la resonancia: cuando se tañe la cuerda de una guitarra las otras vibran con la misma frecuencia sin que nadie las toque. La resonancia es un medio de comunicación instantáneo. Transmitimos nuestros pensamientos a nuestras células por ese principio, y eso afecta a nuestro entorno y a todo nuestro cuerpo, incluido el ADN.

¿Qué otras informaciones debemos incorporar?
La glándula pineal es nuestro reloj interno, nuestro detector de luz: después de haber estado expuestos a la luz, segrega melatonina, la hormona reguladora del sueño. Es decir que lo que regula la producción de la hormona, una molécula, es la luz, lo inmaterial.

El cáncer es una enfermedad multifactorial.
Pero las características determinantes que nos predisponen al cáncer son la desesperación y la represión de las emociones. Para prevenirlo deberíamos aprender a tomarnos las cosas mucho menos en serio. Gestionar la mente es probablemente la mejor protección contra el cáncer.

¿Cuáles son sus conclusiones?
La célula también reacciona al sufrimiento según un modo de supervivencia. El cáncer se produce cuando el equilibrio celular está en peligro. Ahora sabemos que el mundo físico es la punta del iceberg de un mundo esencialmente inmaterial. Pero el ego, que controla el funcionamiento social, nos impide comprenderlo en su amplitud. Fíjese...

Dígame.
Es interesante observar que las células cancerosas, desligadas de su entorno, se comportan de manera similar al ego.

2 de julio de 2013

Un nuevo paradigma se muestra...

"Imagine una cortina de ducha.
Imagine unas gotitas de agua deslizándose por esa cortina.

Viajan por el plano de la cortina, y para las gotitas sólo existen dos dimensiones. Para nosotros, que las vemos, hay tres dimensiones: vemos las gotas desde una tercera dimensión, desconocida para ellas.
Análogamente, si nosotros somos como esas gotas, además de las tres dimensiones que captamos, existen otras"...
Esto afirma la cosmóloga y experta en física cuántica Lisa Randall, en una entrevista que podéis leer aquí.

Un nuevo (o ya no tan nuevo) Paradigma o punto de vista se presenta ante nosotros, aunque como indica Sonia Fernandez en el siguiente vídeo; "hoy puede parecer algo poético e incluso mágico"...  no quita lo que Hace algo más de 100 años un gran genio llamado Albert Einstein, llegó a descubrir y que en estos tiempos a través de una rama de la física llamada, mecánica cuántica, para seguir avanzando en el conocimiento del universo o multiversos, y quizá la posibilidad de ser creadores de nuestra realidad... Entre otras aplicaciones que este aún desconocido y fascinante estudio del todo (por llamarlo de alguna manera) nos ofrece.

Como dice el título, explicación bastante didáctica y comprensible para todos.

8 de marzo de 2013

La nueva realidad - Jordi Pigem

Las crisis del mundo de hoy reflejan una profunda transformación de la conciencia y de la realidad. Se está derrumbando un mundo obsoleto que pone el dinero por delante de las personas y las abstracciones por delante de la vida. Pero al mismo tiempo, una nueva realidad, sigilosamente, está naciendo. En los últimos cien años la física cuántica y otras áreas del saber nos han estado mostrando que el mundo no es como pensábamos. No está hecho de objetos sino de relaciones. Se entiende mejor con el lenguaje de la imaginación, la creatividad y el corazón que con el de las leyes, fórmulas y conceptos. Hoy vivimos entre dos mundos, entre dos realidades. El autor analiza las contradicciones de la economía contemporánea como caso clínico de todo lo que no funciona en el viejo paradigma, en la vieja realidad, y nos conduce a la nueva realidad fascinante que hoy nos revela la física y la neurociencia. Una nueva realidad que no es otra que la que ya entrevieron los sabios de muchas culturas y épocas, y que hoy nos guía hacia una sociedad más justa y una vida más plena.

Doctor en Filosofía, Jordi Pigem se esfuerza en este breve libro en poner de manifiesto lo que él llama una “nueva realidad”, una realidad palpable que, en el marco de la crisis actual, huye de la visión anticuada y a todas luces errónea de la vieja economía, para abrazar lo que se denomina “conciencia cuántica”, un concepto que se apoya en las nuevas revelaciones de la física y la neurociencia.

En un mundo hasta ahora dominado por el dinero y protagonizado por conciencias dudosas, la Humanidad se está dando cuenta, poco a poco, de que la realidad que nos envuelve es distinta a lo que habíamos creído, por lo que requiere un cambio drástico en nuestra forma de afrontarla. Pigem cree que la realidad economicista ha dejado de sostenerse y que debemos abrir los ojos hacia lo que nos revelan las últimas investigaciones sobre el cerebro humano y la física cuántica, que proporcionan claves sobre cómo relacionarnos de una forma más justa y satisfactoria desde el punto de vista emocional y colectivo.

El autor traza un rápido camino hacia sus conclusiones, indicándonos dónde estamos, quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, desgranando en cada uno de estos apartados conceptos tales como la ciega lógica del sistema, la mente calculadora, el individualismo como método, o el cambio final de rumbo.

Así pues, si el mundo ya no debería regirse por la simple teoría económica, es necesario que pongamos en marcha modos de luchar contra las diversas crisis que nos afectan (económica, ética, ecológica y epistémica), y que aprovechemos la circunstancia para poner en duda antiguas certezas, como hizo la física cuántica en su campo, evitando encontrar soluciones rápidas que sólo creen nuevos problemas en el futuro. El paradigma, en este sentido, debe cambiar.

De la misma manera que la física cuántica, que afirma que la realidad está entrelazada, habría que alcanzar una conciencia cuántica, donde se hable más de relaciones que de objetos.

18 de febrero de 2013

Demuestran que el principio de incertidumbre funciona en objetos macroscópicos

-El principio de incertidumbre:

Como una definición simple, podemos señalar que se trata de un concepto que describe que el acto mismo de observar cambia lo que se está observando.
En 1927, el físico alemán Werner Heisenberg se dio cuenta de que las reglas de la probabilidad que gobiernan las partículas subatómicas nacen de la paradoja de que dos propiedades relacionadas de una partícula no pueden ser medidas exactamente al mismo tiempo. Por ejemplo, un observador puede determinar o bien la posición exacta de una partícula en el espacio o su momento (el producto de la velocidad por la masa) exacto, pero nunca ambas cosas simultáneamente. Cualquier intento de medir ambos resultados conlleva a imprecisiones.

Cuando un fotón emitido por una fuente de luz colisiona con un electrón (turquesa), el impacto señala la posición del electrón. En el proceso, sin embargo, la colisión cambia la velocidad del electrón. Sin una velocidad exacta, el impulso del electrón en el momento de la colisión es imposible de medir.

Artículo publicado en la web: Abc
Un equipo de físicos de la Universidad de Colorado ha conseguido ver por primera vez a la mecánica clásica y a la cuántica operando al mismo tiempo

Un equipo de físicos de la Universidad de Colorado ha conseguido demostrar que el principio de incertidumbre, una de las reglas más conocidas de la física cuántica, también funciona en los objetos macroscópicos (los que son visibles sin necesidad de un microscopio).

El principio de incertidumbre, descrito por el físico Werner Heisenberg hace casi un siglo, establece que el mero hecho de observar una partícula subatómica, como un electrón, altera su estado natural y no nos permite, por lo tanto, averiguar todas sus características. En otras palabras, si tratamos de saber dónde se encuentra esa partícula, nos resultará imposible conocer su «momento», es decir, su cantidad de movimiento lineal, y si medimos su momento, no podremos saber dónde se encuentra.

En teoría, el principio es válido para cualquier tipo de objeto, sin importar su tamaño, pero resulta medible solo en la escala subatómica, donde las reglas de la mecánica cuántica son más evidentes y decisivas. Ahora, en un artículo que publica esta semana la revista Science, los físicos de la Universidad de Colorado afirman que han conseguido detectar los efectos del principio de incertidumbre en un objeto macroscópico, en conreto, en un pequeño tambor de medio milímetro de longitud.

El principio de incertidumbre asegura que el mero hecho de observar una partícula la modifica sin remedio. Por ejemplo, si utilizamos un fotón (una partícula de luz) para observar en un microscopio a un electrón, ambos chocarán y el momento del electrón se alterará para siempre. Es como si la única forma de observar un coche en movimiento fuera lanzando otro contra él. Al producirse la colisión sabríamos exactamente dónde está el coche, pero nos sería imposible saber de dónde venía ni a qué velocidad iba.

Según explica Tom Purdy, autor principal del experimento, cuanto mayor sea un objeto, más pequeño será el efecto que provoca un fotón cuando choca contra él, haciendo que el principio de incertidumbre sea menos relevante cuanto mayor sea el tamaño de lo que queremos observar. La visión humana es posible precisamente porque nuestra retina recibe el impacto de los fotones que rebotan sobre los objetos que estamos observando.

En los últimos años, sin embargo, los físicos han logrado ir aumentando el tamaño de los objetos en los que el principio de incertidumbre se hace evidente. Pero nunca lo habían conseguido con un objeto visible a ojo desnudo. Purdy y su equipo construyeron un pequeño tambor de medio milímetro a base de nitruro de silicio, un material cerámico que se usa en la construcción de naves espaciales, y rodeado por un pequeño marco de silicio.

Después colocaron el pequeño tambor entre dos espejos y enfocaron sobre el un haz de luz láser. En esencia, la medición del tambor se produce cuando los fotones de luz rebotan sobre él y se reflejan en los espejos. Si se aumenta el número de fotones, los espejos empiezan a vibrar, reduciendo la precisión de la observación. Cuantos más fotones se lancen contra el tambor, mayor será la vibración de los espejos. Y es esa vibración, precisamente, la prueba del principio de incertidumbre en acción.

El hallazgo puede resultar de gran utilidad, por ejemplo, en la caza de «ondas gravitacionales», predichas por la relatividad general de Einstein pero nunca detectadas hasta ahora. El experimento de Purdy y sus colegas ha permitido, por primera vez, ver a la mecánica clasica y a la cuántica operando al mismo tiempo y en la misma escala.

13 de octubre de 2012

La realidad; Un universo de información

Lo que llamamos realidad podría ser realmente el resultado de un programa que se ejecuta en un equipo cuántico de tamaño cósmico.


Independientemente del tipo de realidad que creas que estás viviendo, seguramente estarás equivocado. El universo es un ordenador, y todo lo que pasa en él se puede explicar en términos de procesamiento de información.

Todos los procesos en el universo puede ser reducidos a las interacciones entre partículas que dan lugar a respuestas binarias: sí o no, aquí o allá, arriba o abajo. Eso significa que la naturaleza, en su nivel más fundamental, es simplemente un dar la vuelta a los dígitos binarios o bits, igual que un ordenador. un reordenamiento y una interacción de átomos, en otras palabras, la realidad.

Según Ed Fredkin del Instituto de Tecnología de Massachusetts, si pudiéramos profundizar en este proceso nos encontraríamos con que el universo sigue una sola ley, una sola regla de procesamiento de información que es todo lo que necesita para construir el cosmos. Según Fredkin, sería algo así como el procedimiento "si - entonces", que es el tipo de regla que se utiliza en la informática tradicional para manipular los bits que contienen los transistores de un chip y operar con puertas lógicas, pero esta vez aplicado a los bits del universo.

otros piensan que es un poco más complejo que eso. Porque podemos reducir todo en el universo a entidades que siguen las leyes de la física cuántica, el universo debe ser un ordenador cuántico en vez del tipo clásico que conocemos. "La física cuántica es casi parafrasear en términos de procesamiento de información", diceVlatko Vedral, de la Universidad de Oxford. "Es sugerente encontrar el procesamiento de información en la base de todo".

Uno de los atractivos de esta idea es dar una respuesta a la pregunta "¿por qué hay algo en lugar de nada?". La aleatoriedad inherente a la mecánica cuántica significa que la información cuántica, y por extensión, el universo, puede llegar a ser de manera espontánea, señala Vedral.

Con todas estas ideas teóricas, probar que el universo es un ordenador cuántico no es tarea fácil. Aun así, hay una observación que apoya la idea de que el universo se compone fundamentalmente de información. En 2008, el detector de ondas gravitacionales GEO 600 de Hannover, Alemania, recogió una señal anómala sugiriendo que el espacio-tiempo está pixelado. Esto es exactamente lo que cabría esperar de un universo "holográfico", donde la realidad 3D es en realidad una proyección de la información codificada en la superficie bidimensional de las fronteras del universo (New Scientist, 17 enero 2009, p 24).

Esta extraña idea surgió de una discusión sobre los agujeros negros. Uno de los principios fundamentales de la física es que la información no puede ser destruida, pero un agujero negro parece violar esto, tragándose las cosas que contienen información para más tarde evaporarse progresivamente. Lo que sucede con esa información fue objeto de un largo debate entre Stephen Hawking y varios de sus colegas. Al final, Hawking perdió el debate, reconociendo que la información queda impresa en el horizonte de eventos que define el límite del agujero negro, y se escapa como el agujero negro se evapora. Esto llevó a los físicos teóricos Leonard Susskind y Gerard't Hooft a proponer que el universo entero podría conservar la información en sus límites, con la consecuencia de que nuestra realidad podría ser la proyección de esa información en el espacio dentro del límite. Si esta conjetura es cierta, la realidad es como la imagen de la princesa Leia proyectada por R2D2 en Star Wars: un holograma.
Fuente: New scientist

Para entender todo esto, creo qué algunos tendríamos qué someternos a un cambio de paradigma... o nó, total cada cúal en base a sus creencias, emociones, experiencias, educación, etc.. crea su propia realidad.

5 de marzo de 2012

Creer para crear

En el caminar por nuestra vida, en ocasiones nos encontraremos con personas con el rostro o la cara "agria", esa que llamamos 'cara de pocos amigos'.
En otras ocasiones coincidiremos con personas con un semblante risueño, con los ojos abiertos y luminosos, como si estos emitieran luz.
Estos estados de ánimo los experimentamos en cada uno de nosotros, dependen de como el mundo exterior nos trate.

Como he dicho en alguna ocasión, habitamos en un mundo dual, en el que imperan la luz y la sombra, tanto en el mundo exterior como en nuestro personal mundo interior.

En el exterior poco podemos hacer porque depende de muchos factores, además que desde la sociedad de consumo siempre nos inculcan que nuestro bienestar depende de lo que tengamos a nivel económico, es decir, que el que tiene dinero de sobra es más féliz que al que no le llega.
¡Pues no estoy de acuerdo!, porque creo que el estado de felicidad que genera el dinero es muy efímero, se desvanece en el momento de poseer lo que se quiere. _Esto lo traté en otras entradas así que, ¡vayamos al interior!_.

Desde nuestro mundo interior podemos "lidiar" con la dualidad y quedarnos más tiempo en un estado de bienestar (luz) o de malestar (sombra). Solo depende de nosotros mismos y en esta ocasión recomendaré la "herramienta" de la inocencia.
Recordar y recuperar esta herramienta que teníamos todos y todas en nuestra infancia, con la cúal teníamos ilusión y creábamos sueños, nos ayudaría por lo menos a ser más positivos ante la adversidad.

Eso sí, hay que creer en que cada uno de nosotros somos capaces de crear nuestra propia realidad.

No! no me he vuelto loco, muchos científicos avalan lo dicho a través de la mecánica cuántica, de la que  se puede deducir que; Cada uno de nosotros, lo sepamos o no, estamos creando la realidad que vivimos a través de nuestra conciencia manifestada en pensamientos, palabras y actos, que en última instancia son elecciones.

Imagen ilustrativa de la dualidad onda-partícula, en el que se aprecia cómo un mismo fenómeno puede ser percibido de dos modos distintos.

4 de enero de 2012

La cosmóloga y física cuántica Lisa Randall nos informa sobre las dimensiones ocultas




La cosmóloga y física cuántica Lisa Randall, ofreció una entrevista al diario la vanguardia, en la que afirma Que "El Cosmos tiene dimensiones ocultas que influyen en nosotros".

Cree usted en partículas invisibles e intangibles.
No creo: sé que existen.
¿Cómo lo sabe?
Indicios, modelos teóricos, proyecciones matemáticas…
¿Y a qué conclusiones llega?
Existen universos ocultos.
¿Dónde?
Aquí.
¿Otros mundos, pero dentro de este?
Es un modo poético de decirlo.
Dígamelo a su modo.
El cosmos tiene dimensiones extras.
¿Qué entiende por dimensiones extras?
Otras dimensiones más allá de las tres que experimentamos cada día.
¿Desde cuándo lo sabe?
Se planteó tal posibilidad hace casi un siglo, y trabajos de los últimos años nos lo confirman.
¿Qué trabajos?
Los que buscan unificar todas las fuerzas de la física, la teoría de cuerdas, las branas…
¿Qué son las branas?
Otros planos de la realidad, otras dimensiones.
Explíquemelo para que se entienda.
Imagine una cortina de ducha.
Bien.
Imagine unas gotitas de agua deslizándose por esa cortina.
De acuerdo.
Viajan por el plano de la cortina, y para las gotitas sólo existen dos dimensiones.
Sí.
Para nosotros, que las vemos, hay tres dimensiones: vemos las gotas desde una tercera dimensión, desconocida para ellas.
Entendido.
Análogamente, si nosotros somos como esas gotas, además de las tres dimensiones que captamos, existen otras.
¿Cuántas?
No se sabe. Quizá nueve o diez dimensiones más, según la teoría de cuerdas…
¿Cómo son?
Algunas son muy pequeñas, otras son muy grandes. Están enrolladas, o arqueadas… Me interesan las que son lo bastante grandes como para que detectemos su influjo.
¿Qué influjo?
En la fuerza de gravedad, para lo que no hay explicación satisfactoria… si no consideramos el influjo de otra dimensión. Es lo mismo para otros fenómenos raros del cosmos.
¿Qué le fascina más de lo que investiga?
¡Todo! Me resulta fascinante la posibilidad de entender el universo, de conocer los elementos que lo constituyen: he llegado a la conclusión de que hay una dimensión extra infinita.
¿Infinita?
Es la única solución coherente para encajar ciertos efectos físicos que resultaban inexplicables de otro modo.
¿La estética de una solución puede cegar a un científico?
La belleza no es garantía de nada, pero anima a continuar indagando.
¿Puede una ecuación ser tan bella como un poema?
La creatividad es tan determinante en matemáticas como en poesía.
Las ideas, los sueños… ¿guardan alguna relación con esas dimensiones extras?
No tengo respuesta para eso.
¿Qué partícula es la más elemental del universo?
Los quarks y los leptones son los constituyentes fundamentales de la materia visible. Pero es probable que haya más cosas.
¿Qué quiere decir?
Afinando la tecnología actual, podríamos descubrir nuevas partículas elementales. Con el colisionador de partículas de Ginebra hallaremos –calculo que en menos de un año– partículas que confirmen las dimensiones extras del cosmos.
¿Confirmarán que los neutrinos son más rápidos que la luz?
Hay que seguir contrastando esos experimentos. Si fueran correctos, evidenciarían una teoría subyacente a la de Einstein, sin invalidarla por ello.
¿Qué le ilusionaría encontrar?
Algo sobre la naturaleza de la materia oscura. La materia oscura interactúa con la gravedad, pero no con la luz.
¿Qué es la materia oscura?
Sólo el 4% del universo es materia: las estrellas, el Sol, los planetas, usted y yo… El 23% del universo es materia oscura.
¿Y el 73% restante?
Energía oscura, la energía del vacío, un campo que ocupa todo el espacio…
Me pierdo…
Además, para cada partícula hay una antipartícula, íntimamente relacionadas ambas: hay materia y antimateria.
¿Cuál es su partícula favorita?
De los seis tipos de quark que conocemos, me interesa especialmente el top, que es el quark más pesado, con más masa.
¿Aparecerá Dios en el colisionador?
Es bastante improbable.
¿No hay riesgo de que el colisionador cree un agujero negro y un cataclismo?
Un agujero negro aparecería y desaparecería a gran velocidad. No hay ningún peligro, ja, ja… De hecho, el centro de nuestra galaxia, en uno de cuyos brazos estamos, es un agujero negro.
Glups.
No se preocupe por eso: ¡deberíamos preocuparnos más de otras cosas!
¿De qué?
Del futuro de la democracia, por ejemplo.
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Os dejo un vídeo para entender algo más, sobre los posibles "otros planos de la realidad", u otras dimensiones.