Cuando un sentimiento de rencor me invade, mi corazón se altera.
Dirijo mi atención hacia este sentimiento y le pregunto; ¿por qué estás aquí?... no me responde. Noto como dicho sentimiento, comienza a alejarse. Mi corazón vuelve a sus pulsaciones habituales.
Cuando un pensamiento perturbador se instala en mi mente, mi corazón se altera.
Entonces pregunto a mi mente; ¿cual será el próximo pensamiento?... no me responde.
Pero siento como el pensamiento se va disolviendo, al igual que una nube en el cielo arrastrada por las corrientes atmosféricas. Mi corazón se relaja, vuelve a latir con normalidad.
No, no me he ido a vivir a los montes del Himalaya con los monjes Tibetanos, ni lo deseo, prefiero seguir experimentando las situaciones que nos brinda la vida.
Solo he querido expresar en pocas palabras una pequeña introspección, enfocándola en el órgano tan importante y escondido dentro de nosotros llamado corazón, o por hacer una metáfora, el motor que hace que la sangre recorra por todo nuestro cuerpo y el que además, como todo motor, también genera energía.
Dirijo mi atención hacia este sentimiento y le pregunto; ¿por qué estás aquí?... no me responde. Noto como dicho sentimiento, comienza a alejarse. Mi corazón vuelve a sus pulsaciones habituales.
Cuando un pensamiento perturbador se instala en mi mente, mi corazón se altera.
Entonces pregunto a mi mente; ¿cual será el próximo pensamiento?... no me responde.
Pero siento como el pensamiento se va disolviendo, al igual que una nube en el cielo arrastrada por las corrientes atmosféricas. Mi corazón se relaja, vuelve a latir con normalidad.
No, no me he ido a vivir a los montes del Himalaya con los monjes Tibetanos, ni lo deseo, prefiero seguir experimentando las situaciones que nos brinda la vida.
Solo he querido expresar en pocas palabras una pequeña introspección, enfocándola en el órgano tan importante y escondido dentro de nosotros llamado corazón, o por hacer una metáfora, el motor que hace que la sangre recorra por todo nuestro cuerpo y el que además, como todo motor, también genera energía.
El título empieza como una canción de Alejandro Sanz
ResponderEliminarCuando nadie me ve, puedo ser o no ser...
Y, a seguir generando energía pero positiva, siempre positiva.
Quizá sea una casualidad?... ahí lo dejo ;)
ResponderEliminarEn ello estoy, espero que al igual que tu, Eva.
Reflexión profunda Manu!!!
ResponderEliminarrealmente yo creo que somos muy necesarios en el mundo personas que se muevan por el corazón,o sea nuestra intención al menos y en el día a día dando ejemplo más que aislados del mundo aunque el papel de todos sea necesario.
En cuanto a lo demás que expones, creo que has sorprendido a tu propia mente con esas preguntas, y al verse "cazada", pues directamente se calla y con ello se van las emociones. Buena técnica!!!
Un Abrazo :)
Gracias Angélica!!!
ResponderEliminarUn abrazo desde el corazón!! ;)
Sugerencia para un próximo post, que nos enseñes a acallar esa mente compulsiva y volver a relajar el corazón como nos dices. Enhorabuena Manu!
ResponderEliminarTengo en cuenta tu sugerencia Vilu. Un truco; Hay que verse como separado de la mente, es decir, eres tu y tu mente... a partir de ahí, cuando se logra que tu (o yo) eres más que tu mente, se puede lograr acallar a esos dichosos pensamientos compulsivos.
ResponderEliminarGracias, Vilu. Un abrazo!!
Bueno, hay personas que saben cómo bajarse las pulsaciones del corazón y se las escuchan y todo. Eso tiene que ser la leche! jaja.
ResponderEliminarMuy relajante, Manu.