7 de diciembre de 2017

Cuestión de percepción

¿Es mejor estar sentado o estar de pie?
¿Es mejor estar despierto o estar dormido?
¿Es mejor estar hablando o estar callado?
La respuesta sería; Depende.

Depende del momento en el que te encuentres. Pero en el momento en el que anhelamos o deseamos estar en la opción contraria dejaremos de ser "libres", estando "presos" del pasado o del futuro. O sea, que no disfrutaremos de ese momento o del tan mencionado presente.

¿Y esto a que viene después de tanto tiempo? _diréis algunos_
Pues viene a partir de cierta situación y en un momento en el que se me pasó por la cabeza que estaría mejor en la opción contraria. Así que me puse a respirar y a reflexionar y me di cuenta de que yo no me encontraba mal... Era mi mente que "andaba" por los diferentes estados del espacio/tiempo, saltándose el momento real... Si, olvidé disfrutar el presente.

24 de septiembre de 2017

Recordando

He estado leyendo alguna de las entradas antiguas de este blog, o sea, de lo que en su momento escribí o compartí de otros autores. Y así "a voz de pronto" he visto mi proceso de madurez o de crecimiento personal.

Fueron momentos pasados en los que puedo apreciar el estado de ánimo que tuve; De alegría y de esperanza unos... De fustración y de cabreo otros.
Ahora pensando, no sabría decir lo que me llevó a escribir y a compartir las distintas reflexiones publicadas.
En verdad, en un principio creé el blog para ganar algo de dinero extra a través de la publicidad que aparece en este. Después el objetivo monetario pasó a segundo plano.

Lo que si sabría decir es que escribir fué un verdadero desahogo... Una manera de expulsar lo que llevaba dentro. Poco a poco, fueron llegando los comentarios a mis publis... y yo flipaba!! Me emocionaba como supongo que nos pasará a todos.
Tras esto y visto con la perspectiva del paso del tiempo, puedo decir que me "atrapó" la vanidad (Un veneno como dirían en el Tibet)

Hoy día ya no escribo tan a menudo por aquí. Y no quiero dar al botón de "eliminar este blog" porque lo dicho, en este espacio están mis escritos pasados y creo que de nuestro pasado nunca deberíamos renegar, ocultar o intentar borrarlo. Mejor utilizarle como "trampolín" para subir al siguiente nivel.

21 de junio de 2017

La aventura de vivir

La vida cambia, las circunstancias cambian, los estados de ánimo cambian... Todo cambia.
Teniendo en cuenta esto, tanto si ahora te encuentras arriba o abajo, hay que ser conscientes de que la situación cambiará.
No para mejor o para peor, más bien y mejor para uno mismo sería tomársela como más dura o menos dura. Y es a lo que voy... a tomarnos la vida como una aventura, en la que en los momentos duros deberíamos aprovecharlos para hacernos más fuertes a nivel mental y en los menos duros o fáciles de llevar no relajarnos, mejor sería seguir "luchando" para mantener dicha situación.

Luchar es un concepto muy amplio.
Las pelis de guerreros nos lo presenta como acabar con los enemigos... son metáforas. Yo las entiendo como la evolución que hace un ser humano, en la que los enemigos o monstruos a los que se enfrenta son símbolos de las sombras del guerrero o guerrera. Y durante su viaje o aventura va superando sus sombras o traumas para llegar a convertirse en un héroe o heroína.

La verdadera aventura de vivir es llegar a superar nuestros miedos, prejuicios, vicios, traumas...
Y aunque la vida cambie (Ley inevitable) tu no cambiarás, tu interior no cambiará. Te mantendrás en un estado intermedio en el que los conceptos bueno y malo estarán muy lejos de tu estado.
Es muy posible que en alguna ocasión transites por alguno de dichos extremos, pero ya sabrás el camino que te lleva de vuelta al equilibrio.


21 de abril de 2017

Al fin me he dado cuenta...

De que el cambio no va a venir del exterior, de algo o de alguien.
De que la paciencia es clave y una gran virtud.
De que la palabra confunde y el silencio aclara.
De que los demás no son culpables del dolor o de la alegría que podamos sentir.

El cambio llega cuando tu lo decides y no es cuestión de tiempo. Es cuestión de procurar que tus sentidos no se enturbien con demasiada frecuencia.
La paciencia no hay que confundirla con pasotismo o con indiferencia, sino entenderla como una capacidad de comprender lo que ocurre a tu alrededor... contra menos juicios y etiquetas, mejor.
Las palabras son necesarias para comunicarnos, para entendernos, para desahogarnos... Actúan a nivel intelectual o mental. En el silencio encontrarás cierta coherencia entre la mente y el corazón.
No eres el único que sientes rencor hacia alguien que te dañó. Dañar es un "poder oscuro" que tenemos todos. Ser conscientes de esto nos ayudará a ocuparnos de nuestros sentimientos... El error es preocuparnos de las palabras o acciones de los demás.

Cuando observamos un riachuelo con sus aguas tranquilas y cristalinas, nos evoca a un estado de paz y confianza. Procura no prestar tu atención, o la justa si hay más remedio, a las aguas turbias y bravas.

Río Manzanares

27 de noviembre de 2016

Principios para la construcción y el desarrollo

Para que un edificio se sostenga en el tiempo hacen falta unos principios básicos, que al no ser ni arquitecto ni aparejador, los diré a mi manera. Estos serían:
Primero, preparar un terreno firme. Segundo, la introducción de pilares en dicho terreno. Y tercero, la unión de los pilares mediante vigas... Y a partir de aquí se utilizarán distintos materiales para dar forma a la construcción.

Los humanos no solo somos construcciones materiales y orgánicas... por ahí dentro hay algo más ¿A qué si?
¡Y tanto que las hay! -diréis-
Pues si, hay sentimientos y emociones que nos van "construyendo" y nos hacen actuar y ser como somos.

En nuestro caso existe un "terreno firme" en el que nos establecemos al nacer; Nuestros padres.
Al ir creciendo vamos construyendo "pilares" que podrían ser; pareja, hijos, amigos, sobrinos, etc...
Y las "vigas" serían las relaciones personales entre los distintos "pilares".

Ya habéis visto la analogía que he querido expresar entre un edificio y una persona, y lo que hace la diferencia entre un edificio o una persona el encontrarse en buen, o no tan buen estado... Si, la colocación y conservación de esos principios básicos.

Es raro o poco habitual, que con el paso del tiempo, en un edificio o en una persona no se manifieste alguna que otra grieta... síntoma de la debilitación de la estructura.
Pero, mientras el edificio y la persona siga en pié, cualquier grieta se puede reparar.
En el caso del edificio, bastaría con algo de yeso u hormigón.
En el caso de las personas, con algo de agradecimiento o perdón.

En esta foto que sacó mi hijo, quiero ver ( será porque soy su padre :) ) la firme estructura que simboliza su sombra. La sombra más gruesa es la de una construcción natural. El del fondo soy yo reparando la cadena de la bici.


25 de septiembre de 2016

Para escuchar

Selección de música muy personal, que invita (al menos a mi persona) a sentir, a imaginar, a "volar"...
P.D. El orden de los vídeos no es casual.

23 de julio de 2016

Génesis. Animación

Con esta animación del Génesis, el artista Philat Matveev, nos lleva a un viaje épico a través de la Creación, según la Biblia, pero vista desde una perspectiva abstracta y cósmica, siendo la luz el poder divino, el Fiat Lux.

Vemos el grandilocuente descenso del Logos del macrocosmos al microcosmos, en una procesión geométrica que recuerda también la visión platónica de la Creación, evocada por la frase "dios geometriza". La gota de luz atraviesa las revoluciones astrales y las órbitas planetarias, toda una especie de maquinaria, de fina relojería y cae en el abismo dando a luz a la Tierra a ese Jardín ansiado en la memoria. La impresión que deja es que la Creación material ante todo una idea en la mente divina, un plan arquitectónico que vincula al espíritu con la materia.

Matveev describe su obra como "un viaje de fantasía entre el microcosmos y el macrocosmos”, la cual muestra "la escala que sobrepone el rayo de luz, para encontrar el lugar adecuado, para desarrollar el mundo de las ideas en la continuidad de nuestro mundo", sugiriendo que la creatividad humana es una continuación de la creación cósmica.

Fuente: pijamasurf

17 de julio de 2016

Esperanza y curiosidad

Un día albergué esperanza en que el ser humano, nosotros, en estos tiempos íbamos encaminados hacia una inevitable evolución. En el sentido de que al mundo materialista le fuésemos prestando menos atención, y más a otros que nos llevaran a trascender ciertos límites, en ocasiones impuestos y en otras, autoimpuestos.

En verdad, la esperanza no la he perdido, pero sí la ilusión...
Y es que viendo a otros seres y las vivencias con estos, no puedo decir que los humanos estemos dando un gran salto evolutivo.
Al contrario, me dá la sensación de que al igual que nuestros amigos los mamíferos y demás animales, continuamente andamos buscando refugio. En nuestro caso, tras distintas y variadas distracciones y vicios, que, como bien indican estas palabras; Atrae la atención y la aparta de lo demás.

Aún así, quisiera terminar estas líneas diciendo que, a pesar de que conozco a pocos valientes que estén dispuestos a trascender lo que nos imponen y lo que nos autoimponemos, quizá porque valores como el coraje, el honor y la perseverancia, entre otros, no están de moda en estos tiempos. Lo dicho, la esperanza es lo último que deberíamos perder.
Y la curiosidad por descubrir y aventurarse hacia "otros mundos" es lo que nos mantiene vivos (con mayúsculas)... A ti, a mi y a todos los demás seres vivos.



22 de mayo de 2016

"Arriba y abajo"

Cuando nos encontremos arriba donde, en general, todo es más cómodo y luminoso. Sería recomendable que de vez en cuando fuésemos bajando hacia lugares menos cómodos y menos luminosos.

Cuando nos encontremos abajo donde, la incomodidad, la incertidumbre y la oscuridad nos amenaza a diario. En esta situación es bueno ser consciente (porque saber, ya lo sabemos) de que existen lugares algo más cómodos que podemos conquistar.



A lo largo de una vida, la mayoría de las personas subimos y bajamos de cualquiera de los niveles y aspectos que te puedas imaginar.
Vivir atentos, con valentía, honradez y honestidad durante nuestro día a día. Nos ofrece la oportunidad de que, gracias a estos valores que nos fuimos forjando, se pueden conquistar lugares alejados de la incomodidad, la incertidumbre y la oscuridad.
Una vez allí, no hay que olvidarse de esos lúgubres lugares que una o varias veces transitamos en el pasado... Estar alerta, más que nada, para estar preparados y "armados" por si en alguna ocasión se nos ocurre volver a los "bajos fondos".


P.D. Dar las gracias (de corazón) a lo que quieras o creas, cuando nos encontremos en cualquiera de las situaciones, ayuda a mantener esa conciencia de atención.
"Es de bien nacido ser agradecido" dice el el viejo refrán.
Hoy en día yo diría; "Ser agradecido, es de inteligentes y de valientes"... aunque no rime, así lo veo.

15 de mayo de 2016

Los beneficios de reconectar con lo natural

Somos los lugares que habitamos. Porque el entorno determina nuestra forma de ser. Así lo sostiene la psicología ambiental, en la que los urbanitas desencantados buscamos una disculpa teórica para huir a la naturaleza en cuanto podemos, sin complejo de domingueros. La vuelta a los paisajes naturales es una necesidad. Y no tiene nada que ver con esa idealización del campo que preconizaba el locus amoenus de nuestros antepasados renacentistas.

“Con la llegada de la sociedad moderna, la ciudad representaba seguridad frente a las agresiones potenciales de la naturaleza”, explica José Antonio Corraliza, catedrático de Psicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid. “Hoy esa actitud nos resulta errónea, e incluso nos permitimos hablar del trastorno por déficit de naturaleza: incremento de la obesidad, enfermedades respiratorias, falta de vitamina D, estrés… La ciudad nos aporta protección y confort, pero nuestro sistema nervioso no se ha adaptado y echa de menos esa estimulación natural que nos ha dado la supervivencia como especie”. Por más que nuestros genes conserven esa información, no resulta fácil para los urbanitas reincidentes reconectar con la naturaleza. “Hemos caído en un analfabetismo natural, hemos perdido la memoria de reconocer los estímulos que proceden de ella”, asegura Corraliza.
El “verde que te quiero verde” lorquiano podría convertirse hoy en el eslogan de esa llamada hacia el escenario que vio nacer a la humanidad y que cura cuerpo y mente. Los sistemas sanitarios de algunos países comienzan a prescribirlo en las consultas médicas. En Japón, por ejemplo, es habitual recetar shinrin-yoku (baños de bosque), porque se sabe que pasear entre árboles reduce la presión sanguínea, el estrés y la glucosa, fortalece el sistema nervioso y hace que los linfocitos aumenten, evitando enfermedades y tumores. Y el Gobierno nipón, a través de su Agencia Forestal, acerca a los ciudadanos a los bosques, poniendo a su disposición coaches que les enseñan, in situ, cómo respirar, qué paso llevar o cómo vivir la experiencia de manera consciente.



Sí, convertir una escapada al campo o a la montaña en algo terapéutico es posible… siempre que estemos dispuestos a “asilvestrarnos”. ¡Abstenerse quienes sacan las sillas plegables del coche y se apoltronan entre pinos! “Se trata de ir con actitud de paseo, prestando atención, fijándose en los sonidos, los colores, las texturas, los olores…”, propone el profesor Corraliza. “Solo hay que dejarse impresionar por ellos y recuperar nuestra memoria atávica”. Que la sanidad pública española tome ejemplo de Japón no parece muy probable, al menos a corto plazo. Por eso, si necesitamos ayuda para redescubrir el paraíso verde, podemos apuntarnos a un taller de arbolterapia como los que imparte el terapeuta gestalt Michel Abriel, cuya iniciativa Encuentro con los Árboles nos permite conocer el mundo vegetal desde diversas perspectivas para mostrarnos lo que aporta a nuestro beneficio físico y emocional.

¿Y qué hacer si no podemos escapar al bosque? “La ciudad no tiene por qué aislarte de la naturaleza: los parques tienen una función igualmente terapéutica”, asegura José Antonio Corraliza. Y una última recomendación de Abriel: “Sabemos que entre las macetas que cuidamos y nosotros se crea un vínculo afectivo, así que tener plantas cerca es altamente positivo. Y tengamos en cuenta que la aromaterapia, los aceites esenciales e incluso las infusiones son una forma de relacionarnos con lo natural sin movernos de casa”. Naturaleza de bolsillo… ¡sin insectos ni agujetas!

Fuente: El país semanal. elpaís.com

24 de abril de 2016

El pensamiento de Baruch Spinoza

Partiendo de la innegable influencia de Descartes, creó un sistema muy original, con mezcla de elementos propiamente judíos, escolásticos y estoicos. En lo que se refiere a Descartes, este había considerado la existencia de tres sustancias: el pensamiento, la extensión y Dios. Spinoza reduce estas tres sustancias a una sola: sustancia divina infinita, que según la perspectiva que se adopte, se identifica bien con Dios,o bien con la Naturaleza (ambos términos llegan a ser equivalentes para él, según su célebre expresión; Deus sive Natura).
Mas info: Wikipedia

"He contemplado los afectos humanos, como son el amor, el odio, la ira, la envidia, la misericordia y las demás afecciones del alma, no como vicios de la naturaleza humana, sino como propiedades que le pertenecen como el calor, el frío, la tempestad, el trueno y otras cosas por el estilo a la naturaleza del aire"



El Dios o Naturaleza de Spinoza hubiera dicho:

¡Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.

- Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

- Deja ya de ir a esos templos lúgubres, oscuros y fríos que tu mismo construiste y que dices que son mi casa.

- Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas... Ahí es donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

- Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había algo mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.

- El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría... Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.

- Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito... ¡No me encontrarás en ningún libro!

- Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mi como hacer mi trabajo?

- Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

- Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

- Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.

- Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mi, quiero que me sientas en ti cuando besas, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar...

- Me aburre que me alaben, que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tus relaciones, del mundo.Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

- No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en tí.

Fuente: Creer o saber; De Pilar Turégano y María Vico.

19 de marzo de 2016

"Reescribir"

Cada experiencia vivida nos marca. Deja una huella impresa que, aunque la queramos borrar y no seamos conscientes de alguna que otra experiencia, esta queda grabada en el subconsciente o inconsciente de cada escritor que en su día lo escribió.

Hablando claro:
El pasado, lo queramos ver o no, influye en la personalidad de cada cuál hoy día, y suele determinar la forma de ser y el carácter.
Todos queremos vivir experiencias alegres, placenteras y que nos aporten cierta paz. Pero... no todas fueron así ¿verdad?.
Lamentablemente, muchas experiencias "se enquistan" en el interior y hacen que actuemos como verdugos o, como víctimas. O simplemente, al relacionarnos con algún familiar, amigo, pareja... notamos como se acelera el corazón, se nos remueve algo por dentro... nos encontramos mal.

Empecé con el símil de la palabra impresa; por lo que continuaré diciendo que, aunque el pasado quede "grabado e impreso", También lo podemos "editar".

Eliminar rencores y llegar a perdonar son, para muchos, tareas complicadas de llevar a cabo. Pero si utilizamos la inteligencia mental y la emocional, nos llevará a la conclusión de que; actuar como verdugo o, como víctima, añade más peso a nuestro interior.
Es mucho más inteligente y liberador, lograr encontrar cierto equilibrio entre lo agresivo y lo débil.



8 de marzo de 2016

Con el paso del tiempo

El tiempo, junto a lo vivido o experimentado durante el paso de ese tiempo, es un gran maestro del cual aprendemos.
Podemos leer, ver y escuchar durante mucho tiempo cualquier tema del que estemos interesados en aprender. Pero si durante ese tiempo dedicado a cualquier tarea no nos paramos de vez en cuando a sacarle el jugo de lo experimentado, poco o nada de zumo entrará para el cuerpo, o sea; de poco o nada nos servirá.

¿Servir para qué?

Si te has hecho esta pregunta; siento decirte, que poco has aprovechado tu tiempo.
Si sabes como eres, te das cuenta de por que y para que lo has hecho o, has actuado de tal manera... La anterior pregunta no te la harás.


30 de enero de 2016

Práctica

Siéntate en silencio. Inspira y expira durante unos momentos para calmarte.
Una vez en calma, pon tu atención en la respiración. Al inspirar, te sientes bien; al expirar te sientes féliz.

Y... nada más que añadir. Practica esto durante unos pocos minutos y luego me cuentas :)


7 de diciembre de 2015

Cuando la ira te inunda. Cuento

Cuentan que un hombre sufría a menudo ataques de ira y cólera, así que un día decidió solucionar este problema. Para ello, le pidió ayuda a un viejo sabio que tenía fama de conocer la naturaleza humana. Cuando llegó, le dijo:

- Señor, quiero que me ayudes, tengo fuertes arranques de ira que están arruinando mi vida. Sé que soy así, pero también sé que puedo mejorar.

- Lo que me cuentas es muy interesante - dijo el anciano. De todas formas, para poder tratar tu problema, necesito que me muestres tu ira. Solo así podré descubrir su naturaleza.

- Pero ahora no estoy enfadado - argumentó el hombre.

- Bien - contestó en anciano. - En ese caso, la próxima vez que la ira te invada, ven lo más rápido que puedas a enseñármela.

El hombre estuvo de acuerdo y regresó a su casa. A los pocos días sufrió un ataque de cólera y marchó rápidamente a ver al anciano. Sin embargo, el sabio vivía en lo más alto de una colina muy alejada, así que cuando alcanzó la cima y se presentó al sabio…

- Señor, estoy aquí de nuevo.

-Estupendo, muéstrame tu ira.

Pero al pobre hombre se le había pasado el enojo durante el camino.

- Es posible que no hayas venido lo suficientemente rápido - dijo el anciano. - La próxima vez corre más deprisa y así llegarás todavía enfadado.

Pasados unos días, al hombre le asaltó otro fuerte ataque de cólera y, recordando la recomendación del sabio, comenzó a correr cuesta arriba. Cuando media hora después llegó completamente agotado a casa del viejo, este le reprendió:

- Esto no puede continuar así, otra vez llegas sin ira. Creo que debes esforzarte más y subir la cuesta mucho más rápido. De otro modo no voy a poder ayudarte.

El hombre se fue entristecido, jurándose a sí mismo que la próxima vez correría con todas sus fuerzas para llegar a tiempo de mostrar su ira.

Pero no ocurrió así. Una y otra vez subía la cuesta, y cada vez llegaba más fatigado y sin rastro de ira.

Un día que llegó especialmente extenuado, el maestro, por fin le dijo:

- Creo que me has engañado. Si la ira formara parte de ti, podrías enseñármela. Has subido veinte veces y nunca has sido capaz de mostrarla. Esa ira no te pertenece. No es tuya. Te atrapa en cualquier lugar y con cualquier motivo, pero luego te abandona. Por tanto, la solución es fácil: la próxima vez que quiera llegar a ti, no la recojas.
(Anónimo)
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La ira es un mecanismo de defensa que, básicamente, se activa cuando la percibimos en otra persona en medio de una discusión, un desencuentro, etc...
Pero también es una emoción (como todas) que nos invade, o sea, no nos pertenece.



15 de noviembre de 2015

Conocer y aprender del pasado. Salir del círculo

El abatimiento y la pena que me generó los ataques del pasado Viernes 13 en París, hoy me lleva a reflexionar sobre lo poco que aprenden del pasado los gobernantes del "mundo civilizado", o sea, de occidente.

Los que planearon tal masacre y enviaron a tales asesinos/suicidas, se excusan diciendo que lo hicieron como venganza a la presencia de Francia y sus misiles en el conflicto de Siria. Por lo que, aplicaron la "fórmula" ancestral del; "ojo por ojo, diente por diente".
Se justifican aplicando esa "fórmula" que ya se utilizaba en los conflictos internos (entre tribus rivales) hace miles de años... cuando en el ser humano abundaba el pelo por todo su cuerpo.

Una frase en la que creo, tanto a nivel interno como externo, es la siguiente; "Quién no conoce su pasado, está condenado a repetirlo" o, "Aquel que no aprende de su historia, está condenado a repetir sus errores".
Es decir, si se continúa en ese círculo de; tu me atacas, yo te ataco. Lamentablemente se continuará en esa "pescadilla que se muerde la cola".

Ignorante que es uno, me pregunto si no habrá otras vías para deshacer el nudo o quitarle la cola de la boca a la pescadilla, para salir de estos ciclos que cada cierto tiempo se repiten.

De juegos de guerra y de reuniones o de consejos de gobernantes mundiales no entiendo, ni quiero entender.
Lo que si recuerdo es que la humanidad ya ha pasado una primera y una segunda guerra mundial. Y entiendo las terribles consecuencias y los daños colaterales que sufrieron nuestros, no tan lejanos, antepasados.


8 de noviembre de 2015

Tal armero, tal arma. Cuento

"El sable es el alma del samurai", nos dice una de las más antiguas máximas del Bushidô, la vía del guerrero. Símbolo de virilidad, lealtad y coraje, el sable es el arma favorita del samurai.
El sable, en la tradición japonesa, es algo más que un instrumento temible, algo mas que un símbolo filosófico. Es un arma mágica, que puede ser benéfica o maléfica, según la personalidad del forjador y del propietario.

El sable es la prolongación de los que lo manipulan, y se impregna misteriosamente de las vibraciones que emanan de sus seres.

Los antiguos japoneses, inspirados por la religión shinto, conciben la fabricación de un sable como un trabajo de alquimia en el que la armonía interior del forjador es mas importante que sus capacidades técnicas. Antes de forjar una hoja, el maestro armero pasaba varios días meditando y después se purificaba practicando abluciones en agua fría. después, vestido con hábitos blancos, ponía manos a la obra en las mejores condiciones interiores para crear un arma de gran calidad.

Masamune y Murasama eran dos hábiles armeros que vivieron a principios del siglo XIV. Los dos fabricaron unos sables de gran calidad. Murasama, de carácter violento, era un personaje taciturno e inquieto. Tenia la siniestra reputación de fabricar hojas temibles que empujaban a sus propietarios a entablar combates sangrientos o que, a veces, herían a quienes las manipulaban. Por el contrario, Masamune era un forjador de una gran serenidad que practicaba el ritual de la purificación para forjar sus hojas. Aún hoy en día, son consideradas como las mejores del País.

Un hombre que quería averiguar la diferencia de calidad que existía entre ambas formas de fabricación, introdujo un sable de Murasama en el cauce de un río, con el filo orientado contra la corriente. Todas las hojas que pasaban flotando y tocaba el sable se cortaban en dos. A continuación introdujo el sable fabricado por Masamune. Las hojas se deslizaban intactas bordeando el filo del sable como si este no quisiera hacerles daño. Ninguna de ellas fue cortada.

El hombre dio entonces su veredicto; "La Murasama es terrible, la Masamune es humana".
(cuento zen)
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Según nos dice (de manera metafórica) el relato; El sable es el alma del guerrero.
Y yo digo; El forjador del "sable" es tu mente, por lo que, así como la utilicemos y la "alimentemos", así serán nuestras acciones.

Entrada relacionada: Forjando el carácter



27 de octubre de 2015

Esas maneras de ser que no aceptas...

La “Teoría de los Yos” explica que nuestra personalidad está compuesta por una multiplicidad de yos que toman el mando según sea necesario, para protegernos de los peligros, garantizar nuestra supervivencia y lograr que seamos menos vulnerables.

Básicamente, somos una mezcla de patrones energéticos o “yos”. Algunas de esas energías nos resultan familiares y nos sentimos cómodos con ellas pero otras pueden ser extrañas o incluso francamente desagradables. En ese caso, se hace referencia a los “yos repudiados”.

Haz una pausa y piensa en alguien que te resulta muy desagradable. ¿Cuáles son los rasgos que más te desagradan? ¿Por qué desprecias a esa persona? Determina cuáles son las cualidades que te repelen.

Acabas de descubrir tu primer yo repudiado. Esos rasgos que tanto te irritan reflejan un patrón energético que se encuentra dentro de ti y que, bajo ninguna circunstancia quieres integrar en tu vida.

De hecho, podemos detectar fácilmente los yos repudiados debido a la intensa reacción emocional que tenemos cuando apreciamos esas características en los demás. Por ejemplo, una persona profundamente espiritual puede llegar a sentir un profundo desprecio por alguien exitoso que ha acumulado riquezas a lo largo de su vida. Una persona que ha tenido que labrarse a sí misma, trabajando duro, puede sentir una profunda repulsión por la “gente débil” y quejica.

Estos ejemplos transmiten de forma muy clara las intensas reacciones que provoca el yo repudiado cuando lo descubrimos en otra persona. Esas reacciones no son más que el resultado de un patrón energético que escondemos, y de la energía que utilizamos para mantenerlo oculto a nuestra conciencia.



"Abrazar" los yos repudiados


El primer paso es reconocer cuándo un yo repudiado está operando. Para lograrlo suele ser suficiente con que te mantengas atento a tus reacciones emocionales. Cuando los comportamientos de una persona te resulten realmente desagradables, hasta el punto de ser casi insoportables, es porque son un reflejo de un yo repudiado.

En este punto te darás cuenta de que no necesitas “enderezar” o “corregir” a esa persona, sino mirar dentro de ti. 

El segundo paso consiste en descubrir esas cualidades con las que te sobreidentificas, esas de las que te sientes particularmente orgulloso, como ser muy exigente o mostrarse siempre amable. Esas cualidades te hacen sentir especial y es probable que no quieras perderlas. Sin embargo, debes pensar que también te están limitando, a pesar de que consideres que son positivas.

Las cualidades con las que te has sobreidentificado te pueden convertir en una persona intolerante e inflexible, que no se puede relajar ni acepta que existan otras facetas en su personalidad. Esas cualidades te llevan a juzgar a los demás con tu propia vara y harán que siempre te mantengas en tu zona de confort, sin descubrir todo el potencial que llevas dentro de ti.

El tercer y último paso es el más divertido. Una vez que te hayas formado la idea de cómo es ese yo repudiado, intenta ponerte en su lugar y hablar con él. Imagina cómo dirigiría y asumiría diferentes situaciones si tuviera el mando de tu vida. 

Muy pronto sentirás que te recorre una energía diferente. Puedes aprovecharla para ver el mundo y tus problemas bajo una nueva perspectiva. Esos yos repudiados suelen ser una increíble fuente de nuevas ideas, soluciones e inspiraciones.

Por supuesto, no se trata de que le des el mando, no tienes que convertirte en ese yo repudiado, se trata simplemente de que aceptes esa parte que hay en ti y, de vez en cuando, escuches lo que tiene que decir.

"No nos molestan aquellos defectos que nosotros no tenemos" (Miguel de Unamuno)

Fuentes: Jennifer Delgado Y Stone, H. & Stone, S. L. (2014) Manual del Diálogo de Voces. 

20 de octubre de 2015

Redescubrirte. Jeff Foster

Me he "sentido obligado" a compartir el siguiente texto, por lo bien que expresa su autor esos conceptos de; enfrentarse a uno mismo y hacer frente a las sombras:


A veces, incluso con la mejor de las intenciones y el gran esfuerzo, tu vida no resulta como habías esperado, planeado o soñado.

Tu corazón está roto. Lloras de decepción. Hay un crudo e inquietante sentimiento en la barriga. Un viejo sentimiento de temor llega de visita, un sentido familiar de abandono cósmico.

En medio de tu dolor, te sientes tentado a volverte contra el mundo. Culpar a alguien. Atacar a alguien. Buscar represalia, venganza, o atacarte a ti mismo con algún comportamiento adictivo. Rápido, adormecer el dolor. Beber algo, comer algo, comprar algo, hacer el intento de no sentir nada.

Te etiquetas a ti mismo como "malo" o "equivocado" o "estropeado." Te llamas a ti mismo "fracaso," un desperdicio de espacio, palabras que aprendiste cuando eras joven. Y después tu mente empieza a darle vueltas al futuro. No sólo un día de fracaso, hoy, sino años de fracaso por venir. Toda una vida de fracaso, terminando en la muerte.

Abandonaste el momento presente y te sentiste atraído por una narrativa dualista de pasado y futuro, éxito y fracaso, correcto y equivocado, bien y mal.

Pero las palabras no son la cosa. Así es que aquí hay una invitación. Baja tu ritmo. Sé curioso.

Invita a la abierta y curiosa atención a caer en el momento presente. ¿Podrías permitirte sentirte fascinado con el sentimiento presente de fracaso? ¿Cómo sabes que esto es fracaso? ¿En qué parte del cuerpo lo sientes? Regresa al inquieto crudo sentimiento, al dolor visceral que está vivo en este momento. Regresa a la nausea, a la pesadez, a la presión, a la penetrante sensación en la barriga. Sólo por un momento, no huyas o trates de adormecerte ante estos movimientos. Siéntete curioso por las sensaciones que hay aquí. Dales espacio; permíteles danzar, moverse. No te distraigas de esta preciosa parte de ti. Ella simplemente anhela una amorosa atención en este momento.

Estás abandonando la pesada historia de "yo y mi fracaso." Te estás exponiendo a la vida; conectándote contigo mismo en un momento en el que necesitas tu propia ternura, más que nunca.

Y de entre los escombros y las expectativas destrozadas, una vida nueva y diferente puede crecer. Podrías sentirte inquieto, destrozado; tu corazón podría estar sensible y en carne viva; tus certezas puede que se hayan convertido en polvo, pero estás vivo, y dispuesto a sentir lo que necesita ser sentido. Y tu mayor fracaso podría llegar a ser tu mejor comienzo, el momento en el que aprendiste más sobre ti, la escena de la película donde descubriste la humildad, el coraje, y el amor propio más radical. 

(Jeff Foster)





11 de octubre de 2015

La justa importancia

He escuchado a varias personas decir algo así como que; "los problemas que uno tiene, siempre son los más importantes". Y claro, al decirlo actúas, vives en consecuencia y te lo crees... Te creas una "nube negra" que no te deja ver más allá de esta.
Sobre como eliminar un problema, en su día publiqué una fábula aquí

Este vídeo nos muestra nuestro lugar físico. Y si tras verlo nos paramos a pensar, la importancia (valor, interés o influencia de una cosa) que normalmente nos damos, dejará de ser tán importante.


5 de octubre de 2015

La Nasa observando al Sol durante 5 años. Vídeo

El Sol, ese astro que a simple vista no se deja ver. La estrella que nos aporta luz y calor.

La NASA durante los últimos cinco años, lo ha filmado y fotografiado. El resultado es el siguiente alucinante vídeo.

2 de octubre de 2015

Sobre el "Despertar"

Si ya has despertado y ves como duermen los demás a tu alrededor, entonces camina de puntillas, respeta su sueño y descubre la perfección de sus propios tiempos, así como fueron perfectos los tuyos. Cuando ellos abran sus ojos, el fulgor de tu brillo les ayudará a despertar sin necesidad de que hagas nada. Si aún duermes, relájate y disfruta tu sueño, estás siendo mecido y cuidado.



Despertar no es un acto de magia, aunque llena de magia tu vida.

Despertar no tiene nada que ver con el mundo externo, aunque todo lo que te rodea parece tener un nuevo brillo.

Despertar no cambia tu vida, si bien sientes que todo ha cambiado.

Despertar no borra tu pasado, pero al mirar atrás lo percibes como la historia de alguien muy querido que aprendió muchas cosas, pero sientes que ese alguien ya no eres tú.

Despertar no despierta a tus seres queridos, pero ellos se ven más divinos ante tus ojos.

Despertar no sana todas tus heridas, pero ellas dejan de gobernarte.

Despertar no te hace más popular, pero ya no volverás a sentirte solo. Despertar no te embellece ante los demás, pero te hace perfecto ante tu propia mirada.

Despertar no te da más poder, pero descubres el poder que tienes.

Despertar puede que no disuelva los barrotes de tus cárceles, pero te da la libertad de ser tú mismo.

Despertar no cambiará el mundo, al menos de repente, pero te cambiará a ti.

Despertar no te quita responsabilidad, muy por el contrario, te da conciencia de las consecuencias de tus actos y elecciones.

Despertar no te hace tener siempre la razón, más bien ya no sientes la necesidad de tenerla.

Despertar es amarte a ti mismo, con tus límites y con tus experiencias, es amar al otro como parte de tu ser y es amar a la existencia.

Permítete disfrutar de la experiencia de ser ese Ser maravilloso que ya eres.

Fuente: Mindalia.com 

19 de septiembre de 2015

Arte: "El niño interior"

"Burning Man" es un festival anual que tiene lugar en el desierto de Nevada. El evento reúne a una serie de personas de varios países a quienes les une, el arte, la libre expresión, la autosuficiencia, el intercambio...

Una de las más llamativas piezas de arte en este año, es la escultura realizada por el artista ucraniano, Alexandr Milov, en la que dos adultos, sentados y cabizbajos, se dan la espalda entre sí... sin embargo, un niño en el interior de cada uno de ellos, parece como si quisieran conectar y comunicarse.







Cuando llega la noche, los niños comienzan a brillar, lo que representa un símbolo de pureza y sinceridad que une a la gente... incluso en los momentos más oscuros.













Fuente: http://www.collective-evolution.com/

12 de septiembre de 2015

10 minutos de conciencia

"No podemos cambiar lo que nos sucede en la vida, pero podemos cambiar la forma en como lo experimentamos". En el siguiente vídeo, Andi puddicombe nos cuenta de manera divertida y didáctica, una sana técnica para destensar la tensión que vamos acumulando a lo largo de día... Esa tensión que muchas veces se aloja en uno, y de la que uno mismo no es consciente.


18 de agosto de 2015

La naturaleza como ejemplo. El ritmo

La naturaleza, lo natural, siempre ha sido y se ha tomado como ejemplo para el desarrollo y el avance humano.
El vuelo y el batir de las alas de las libélulas sirvió de inspiración para la fabricación de helicópteros.
En la manera en como las aves hacen sus nidos combinando barro y ramas, también se fijó el ser humano para la construcción de sus hogares. Son solo dos ejemplos que me han venido a la cabeza, los que si se busca información, seguro que nos encontraremos con cientos de ellos.

El mundo natural nos ha ayudado, nos ayuda y nos seguirá ayudando a evolucionar como especie, sin embargo en muchas ocasiones se nos pasa por alto o no somos conscientes de lo básico... Su ritmo.
El reino vegetal necesita su tiempo para desarrollarse y crecer. Si se fuerza a una planta para que desarrolle su flor antes de tiempo, probablemente morirá. Claro, si se utiliza elementos químicos vivirá, pero se habrá alterado su ritmo.

El ser humano, nosotros, tenemos un ritmo natural que nos marca, entre otros, el corazón. El que a lo largo del día alteramos por diferentes circunstancias.
Los que hacen deporte, sobre todo cardiovascular, alteran sus pulsaciones, pero saben que luego deben de ir bajando su ritmo poco a poco hasta llegar a su estado natural.
La persona que tiene que preparar un informe con fecha y hora de entrega, altera su ritmo para terminar de redactarlo... sobre todo si le avisan con escaso margen de tiempo, o peor aún, si le toca corregir o volver a redactar dicho informe.

Es inevitable, el ritmo de vida impuesto y en otras, autoimpuesto, nos "obliga" a subir y bajar nuestro ritmo natural, pero siendo conscientes de volver a recuperarlo cuando sea posible, nos ahorrará muchos conflictos (discusiones, enfados...) y muchos problemas de salud física y psíquica.

Y es que en demasiadas ocasiones, va más rápida nuestra mente que nuestro cuerpo.


Escultura de Olga Ziemska; Su obra se inspira en el ritmo y la simetría de la naturaleza, intenta crear orden a partir del caos.

14 de agosto de 2015

Transcender al síndrome de Solomon y a la envidia

Se dice que padecemos el síndrome de Solomon cuando tomamos decisiones o adoptamos comportamientos para evitar sobresalir, destacar o brillar en un grupo social determinado. Y también cuando nos boicoteamos para no salir del camino trillado por el que transita la mayoría.
De forma inconsciente, muchos tememos llamar la atención en exceso, e incluso triunfar, por miedo a que nuestras virtudes y nuestros logros ofendan a los demás. Esta es la razón por la que en general sentimos un pánico atroz a hablar en público. No en vano, por unos instantes nos convertimos en el centro de atención. Y al exponernos abiertamente, quedamos a merced de lo que la gente pueda pensar de nosotros, dejándonos en una posición de vulnerabilidad.

El síndrome de Solomon pone de manifiesto el lado oscuro de nuestra condición humana. Por una parte, revela nuestra falta de autoestima y de confianza en nosotros mismos, creyendo que nuestro valor como personas depende de lo mucho o lo poco que la gente nos valore. Y por otra, constata una verdad incómoda: que seguimos formando parte de una sociedad en la que se tiende a condenar el talento y el éxito ajenos. Aunque nadie hable de ello, en un plano más profundo está mal visto que nos vayan bien las cosas. Y más ahora, en plena crisis económica, con la precaria situación que padecen millones de ciudadanos.

Detrás de este tipo de conductas se esconde un virus tan escurridizo como letal, que no solo nos enferma, sino que paraliza el progreso de la sociedad: la envidia. La Real Academia Española define esta emoción como "deseo de algo que no se posee", lo que provoca "tristeza o desdicha al observar el bien ajeno". La envidia surge cuando nos comparamos con otra persona y concluimos que tiene algo que nosotros anhelamos. Es decir, que nos lleva a poner el foco en nuestras carencias, las cuales se acentúan en la medida en que pensamos en ellas. Así es como se crea el complejo de inferioridad; de pronto sentimos que somos menos porque otros tienen más.

Bajo el embrujo de la envidia somos incapaces de alegrarnos de las alegrías ajenas. De forma casi inevitable, estas actúan como un espejo donde solemos ver reflejadas nuestras propias frustraciones. Sin embargo, reconocer nuestro complejo de inferioridad es tan doloroso, que necesitamos canalizar nuestra insatisfacción juzgando a la persona que ha conseguido eso que envidiamos. Solo hace falta un poco de imaginación para encontrar motivos para criticar a alguien.

El primer paso para superar el complejo de Solomon consiste en comprender la futilidad de perturbarnos por lo que opine la gente de nosotros. Si lo pensamos detenidamente, tememos destacar por miedo a lo que ciertas personas –movidas por la desazón que les genera su complejo de inferioridad– puedan decir de nosotros para compensar sus carencias y sentirse mejor consigo mismas.

¿Y qué hay de la envidia? ¿Cómo se trasciende? Muy simple: dejando de demonizar el éxito ajeno para comenzar a admirar y aprender de las cualidades y las fortalezas que han permitido a otros alcanzar sus sueños. Si bien lo que codiciamos nos destruye, lo que admiramos nos construye. Esencialmente porque aquello que admiramos en los demás empezamos a cultivarlo en nuestro interior. Por ello, la envidia es un maestro que nos revela los dones y talentos innatos que todavía tenemos por desarrollar. En vez de luchar contra lo externo, utilicémosla para construirnos por dentro. Y en el momento en que superemos colectivamente el complejo de Solomon, posibilitaremos que cada uno aporte (de forma individual) lo mejor de sí mismo a la sociedad.

Autor: Borja villaseca

12 de agosto de 2015

Frases de un despierto

En momentos de confusión y pérdida de referentes. Esos que cuando nos ocurre algo "malo" no tenemos donde agarrarnos y por tanto, alargamos nuestro malestar. En mi opinión, no viene mal conocer algunas sabias frases de "El despierto" (más conocido como Buda), que en base a su conocimiento y experiencias nos legó.
A modo de decálogo muestro la exquisitez de su sabio conocimiento:

. El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.

. Todo lo que somos es fruto de lo que pensamos.

. La verdad es aquello que produce resultados.

. La enseñanza es como una balsa. Sirve para hacer una travesía pero no hay que atarse a ella.

. Todos los estados mentales perjudiciales tienen sus raíces en la ignorancia y convergen en la ignorancia. Al abolir la ignorancia, todos los demás estados perjudiciales serán también abolidos.

. Así como una sólida roca no se mueve con el viento, así el sabio permanece imperturbable ante la calumnia y el halago.

. Conquista al hombre airado mediante el amor; conquista al hombre de mala voluntad mediante la bondad; conquista al avaro mediante la generosidad; conquista al mentiroso mediante la verdad.

. Hay un apego sumamente peligroso: el apego a las opiniones.

. El pasado es un sueño. El futuro un espejismo. El presente una nube que pasa.

. No hay otra felicidad que la paz interior.


"Piedras caballeras" Sierra de la Pedriza (Madrid)