Hay que distinguir entre los naturales; el comer, el beber e incluso el sexual. Estos no nos crearán problemas siempre que los utilicemos inteligentemente. Los que si podría generarnos sufrimiento, son los llamados lejanos o inaccesibles, porque se encuentran en un futuro que no existe y nos llevarán inevitablemente a los planes de futuro.
Empezamos a desear desde muy pequeños diciendo palabras como; quiero esto, quiero aquello... es normal, sobre todo para los que habitamos en una sociedad de consumo, pero bueno, este es otro tema.
Desear a alguien, a algo o alguna situación, también es de lo más normal, el problema viene cuando no es satisfecho o alcanzado dicho deseo, esto nos provocaría un conflicto interno e incluso obsesión dolorosa.
Como todo problema, también tiene su solución. Es difícil, siempre me lo recordáis, para mi también lo es, pero hay que buscar la fórmula y desarrollarla para solucionar este problema... ¿o es que queréis seguir sufriendo?, yo no, ya estoy harto y cansado de lidiar con el deseo y mi correspondiente sufrimiento, por lo que hace tiempo me puse a buscar y aplicar el antídoto adecuado... ¿cúal fué?; ocuparme del día de hoy y a veces y como mucho del día de mañana... pasado mañana me ocuparé de lo que haya preparado para dicho día y de lo que pueda surgir, para el resto de días, semanas y meses (solo de escribirlo me crea ansiedad) ya tendrán mi atención en su momento, ¡si llego!.
Que alivio para el porteador que ha caminado mucho tiempo por el mundo del sufrimiento, dejar en el suelo su pesado e inútil fardo. (Longchen Rabjam).
Y dónde queda aquello de "no desearás a la mujer de tu vecino"? En el término de desear a alguien prohibido, por ejemplo? Y es que cuanto más te prohiben algo, más lo deseas. Somos así de caprichosos, por más que nos empecinemos en luchar, nuestro subconsciente lo quiere, lo ansia, se lo imagina, etc...
ResponderEliminarY tú? Has sido alguna vez objeto de deseo inapropiado? jajajaja. Ay! La primavera!
Te has enfocado directamente hacia el deseo carnal!!... bueno, como digo en la entrada, es un deseo natural que usado inteligentemente no tendría por qué conducirnos al sufrimiento, pero si deseamos a la pareja del vecin@ sufriremos y haremos sufrir seguro.
EliminarMuchos habremos sido y seremos objeto de deseo, en este caso el que tiene el problema y por lo tanto sufre, es el otro o la otra.
P.D. Anda! que te has salido del tema principal :)
Como decía aquel spot publicitario, "no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita"... o el que menos desea, en este caso.
ResponderEliminarLo cierto es que, sin apenas darnos cuenta, somos víctimas de un sistema perverso que desde nuestros primeros años de vida nos inculca una serie de necesidades estériles. Cobramos sueldos miserables para comprar cosas que no nos hacen falta, y encima "necesitamos" más al tiempo que sigue sorprendiéndonos esas sonrisas enormes y eternas de "los que menos tienen".
¿De verdad es tan difícil desmarcarse de todo esto?
Definitivamente, no hay quien nos entienda.
Un abnrazo.
Es verdad, has detallado bastante bien lo que precisamente yo he intentado evitar; el sistema corrupto.
EliminarUn abrazo.
Si luchar por un deseo lejano, es cuanto menos una perdida del momento presente que es to que tenemos, porque no sería la primera vez que cuando llega, termina siendo una carga que ya no deseamos y nos impide disfrutar de lo que tenemos en cada momento.
ResponderEliminarEso es Oliva, el deseo lejano es lo que nos aparta de lo que verdaderamente existe.
EliminarSorry, sorry, Manu. La primavera me confunde...jajaja
ResponderEliminarSi Ana... la primavera la sangre altera y me alegro que te sientas así... ¡con tanta vitalidad!.
EliminarTampoco debemos obviar la parte positiva de un deseo, aquella que nos hace movernos, avanzar, luchar por un objetivo (a veces banal, lo sé), mirar el horizonte, esforzarnos por ser mejores cada día... Aunque es dífícil preveer el efecto que nos puede producir desear algo, según qué sea y en qué medida.
ResponderEliminarComo digo en la entrada: Desear es de lo más normal, el problema viene cuando no es satisfecho o alcanzado dicho deseo, esto nos provocaría un conflicto interno e incluso obsesión dolorosa.
EliminarPor la poca experiencia que estoy adquiriendo en este tema me voy a aventurar a decir que, al margen de si consigues o no el objeto, persona, meta o lo que sea que deseas, puedes sentirte feliz si te hace ser mejor persona. No importa conseguirlo o no. Al final importa cómo te ha cambiado y si ha sido para mejor, si has aprendido algo bueno. Y sobretodo, si eres capaz de aplicarlo en tu día a día. Ya sé que quizá esto no sea muy inteligible para quien lo lea. O tal vez sí.
ResponderEliminar...Que no llege a superarnos, utilizarlo o gestionarlo (al deseo) inteligentemente, ¿verdad?.
EliminarLa búsqueda del bienestar, muchas veces nos lleva erroneamente a querer encontrarla en el placer.