6 de marzo de 2012

La ciencia reconoce el poder curativo de la mente

La ciencia moderna ha redescubierto que la mente es capaz de operar y sanar el cuerpo. 
Parece que por fin, a la luz de la evidencia, el pensamiento científico acepta que el pensamiento —sin reconocer del todo algo como la “energía psíquica”— es fundamental al moldear los estados físicos que experimentamos.

Iré publicando poco a poco (para poder asimilarlo mejor) dichos "descubrimientos".
Hoy toca:

PENSAMIENTO POSITIVO, OPTIMISMO:

Nunca subestimes el poder del pensamiento positivo, aunque esto pueda parecer una solución demasiado simple o hasta estúpida para un problema (el verdadero problema yace en poder sostener el pensamiento positivo e intencionado por una buena cantidad de tiempo).

Los optimistas se recuperan más rápido de los procedimientos quirúrgicos, tienen sistemas inmunológicos más sanos, viven más en general y en especial cuando padecen enfermedades como el cáncer o falla del riñón (Annals of Behavioral Medicine, vol 39, p 4).

En cambio el pensamiento negativo y la ansiedad son importantes causas de enfermedades. El estrés —expresado como la creencia de que estamos en riesgo— detona vías fisiológicas como la respuesta de correr o pelear. Estas han evolucionado para protegernos en situaciones extremas, pero cuando se encienden por periodos prolongados incrementan el riesgo de padecer diabetes o demencia. Así que tranquilo, nada va a pasar si no crees que va pasar. A menos de que haya un (hambriento) tigre dientes-de-sable sentado a lado de tu escritorio, no te preocupes, no es tan importante lo que estás haciendo. Las chill-pills son gratis y son ubicuas en el espacio como hologramas etéreos fosforescentes que pululan alrededor de tu cabeza si te tomas un minuto para enfocar.

Científicos empiezan a descubrir que las creencias positivas no solo funcionan aplacando el estrés. Sentirse sano y salvo, o creer que las cosas saldrán bien, ayuda al cuerpo a mantenerse y repararse. Un estudio reciente concluyó que los beneficios del pensamiento positivo ocurren de manera independiente de los estados negativos, como el pesimismo y el estrés, y son comparables en magnitud (Psychosomatic Medicine, vol 70, p 741). Así que no sólo no pienses negativo, piensa positivo, si es que estás vivo, porque así te sentirás mejor.

La bondad psicofísica del optimismo se traduce en la reducción de los niveles de inflamación y de hormonas de estrés como el cortisol. También puede estimular el sistema nervioso parasimpático, el cual gobierna la respuesta de “descansar y digerir”, opuesta a “correr y pelear” (a veces traducida como “huir y luchar”).


Tan útil como ver positivo el futuro es verte a ti mismo de manera favorable. Autoaumentarte —en un conjuro de placebo narcisista— hace que se tengan menos respuestas cardiovasculares al estrés, te recuperes más rápido y que tengas niveles más bajos de cortisol (Journal of Personality and Social Psychology, vol 85, p 605).

5 de marzo de 2012

Creer para crear

En el caminar por nuestra vida, en ocasiones nos encontraremos con personas con el rostro o la cara "agria", esa que llamamos 'cara de pocos amigos'.
En otras ocasiones coincidiremos con personas con un semblante risueño, con los ojos abiertos y luminosos, como si estos emitieran luz.
Estos estados de ánimo los experimentamos en cada uno de nosotros, dependen de como el mundo exterior nos trate.

Como he dicho en alguna ocasión, habitamos en un mundo dual, en el que imperan la luz y la sombra, tanto en el mundo exterior como en nuestro personal mundo interior.

En el exterior poco podemos hacer porque depende de muchos factores, además que desde la sociedad de consumo siempre nos inculcan que nuestro bienestar depende de lo que tengamos a nivel económico, es decir, que el que tiene dinero de sobra es más féliz que al que no le llega.
¡Pues no estoy de acuerdo!, porque creo que el estado de felicidad que genera el dinero es muy efímero, se desvanece en el momento de poseer lo que se quiere. _Esto lo traté en otras entradas así que, ¡vayamos al interior!_.

Desde nuestro mundo interior podemos "lidiar" con la dualidad y quedarnos más tiempo en un estado de bienestar (luz) o de malestar (sombra). Solo depende de nosotros mismos y en esta ocasión recomendaré la "herramienta" de la inocencia.
Recordar y recuperar esta herramienta que teníamos todos y todas en nuestra infancia, con la cúal teníamos ilusión y creábamos sueños, nos ayudaría por lo menos a ser más positivos ante la adversidad.

Eso sí, hay que creer en que cada uno de nosotros somos capaces de crear nuestra propia realidad.

No! no me he vuelto loco, muchos científicos avalan lo dicho a través de la mecánica cuántica, de la que  se puede deducir que; Cada uno de nosotros, lo sepamos o no, estamos creando la realidad que vivimos a través de nuestra conciencia manifestada en pensamientos, palabras y actos, que en última instancia son elecciones.

Imagen ilustrativa de la dualidad onda-partícula, en el que se aprecia cómo un mismo fenómeno puede ser percibido de dos modos distintos.

29 de febrero de 2012

La inmensidad del Universo

Este vídeo nos transportará desde nuestro hogar, la Tierra, hasta llegar a los confines del Universo observable o conocido hasta hoy, para después emprender el viaje de vuelta a casa.

Relájate y observa el vídeo... A mí me ha hecho ver lo "insignificantes" que somos ante la inmensidad del Universo.

27 de febrero de 2012

¿Cúal es el origen de la tristeza?

 - Eduard Punset responde:

Punset, en 'excusas para no pensar'
Me gustaría decirle a la gente las dos o tres cosas que he aprendido y me han servido a lo largo de muchos años. Lo primero es que es cierto que más de un veinte por ciento de las personas están aquejadas por una tristeza inexplicable. Se levantan con la cara compungida por un mal sueño; no saben qué hacer ellos solos durante horas en casa viendo la tele; no les quedan ganas de atisbar en otros países la posibilidad de una ida sin retorno.


Se nos dice, con razón, que la profusión de las redes sociales puede ayudar sobremanera. Yo mismo digo que es mejor la compañía de un buen amigo que un fármaco. Pero no quisiera compartir la tristeza profunda que puede seguir corroyendo el ánimo después de haber probado y conseguido aumentar los contactos en las redes sociales o de haber sustituido un fármaco por la compañía de un buen amigo, sin que los niveles de tristeza hayan descendido.

Lo que hemos aprendido después de tantos años de espera es que la tristeza no es la expresión de que nadie nos quiera, sino el impacto negativo de no quererse uno mismo; en la adolescencia y en la mayoría de edad, la tristeza es el resultado de odiarse a sí mismo sin saberlo, y no la falta de cariño de los demás. Estamos tristes y sin ganas de hablar porque los demás no comprenden lo que nos pasa por dentro, no entienden nada de lo que queremos decir; cuando les decimos algo es para acosarlos, intimidarlos, asustarlos y reprocharles, en definitiva, que no nos entienden, no nos quieren y que en el fondo nos odian o desprecian.

Lo que hemos descubierto es, sencillamente, que el origen de nuestra tristeza no es el odio de los demás, sino el desprecio de uno mismo; no nos queremos nada, nos despreciamos; eso es lo que nos pasa. La gran suerte es que ahora hemos descubierto el motivo de esos sentimientos autodestructivos.

En la mayoría de los casos, el origen de este mundo atormentado hay que buscarlo en la ausencia de cuidado, de afecto y de amor en los primeros años de nuestra vida. Basta con dar un paseo por la calle para ver ejemplos de situaciones radicalmente opuestas: es fascinante ver la cantidad de amor y sonrisas derrochados sobre los pequeños para que en ellos arrecie la autoestima necesaria, para consolidar en el futuro su curiosidad. La curiosidad suficiente para proseguir en la aventura del amor a los demás.
Arruga los sentimientos y destroza el corazón, en cambio, contemplar los ejemplos interminables de gritos, esperas sin resultado, abandono en el mejor de los casos y palizas inmerecidas a niños violentados, sin que hayan tenido tiempo ni ganas de cometer un delito. Hoy sabemos que la mala gestión de las emociones durante la infancia es el germen abonado para la droga y el comportamiento desvariado durante la juventud.

Lo extraño es que los sabedores de que esto ocurre no se manifiesten en la calle para reclamar que se aplique una solución. La existencia del problema está comprobada. Se ha investigado durante años con acierto la solución. Se ha experimentado en muestras piloto para que los gobernantes y los educadores pudieran enterarse. Pero están o parece que están todos ocupados en asuntos, supuestamente, más importantes.

Una mayoría desconcertante de los centros de decisión en nuestras sociedades no acaba de creerse uno de los descubrimientos más importantes de la neurología moderna. Hasta ayer mismo teníamos el debate infructuoso entre los partidarios de que los genes determinaban la conducta del promedio y aquellos que, por el contrario, creían que solo la experiencia individual contaba. Ahora se sabe que "estamos programados", es cierto, pero para ser únicos».

Fuente: Xl semanal

25 de febrero de 2012

Ataduras emocionales


Mucho han cambiado desde generaciones anteriores las relaciones sentimentales y de pareja.
Ya sea por ideologías y convicciones políticas o religiosas a las que se "sometieron" nuestros antepasados, desde hace varias décadas podemos decir que estamos evolucionando en el sentido de encontrar el equilíbrio hombre-mujer y viceversa... Aunque todavía nos queda...

Todavía nos queda porque aunque ese temor que nos metían en el inconsciente dichas ideologías y convicciones está desapareciendo, aún en la mente de algunos se mantiene (no sé si por genética o por idiotez) el egoísmo de poseer al otro mediante ataduras emocionales, no dejándole ser un "Ser libre".
Esta forma de pensar se puede definir con una sola palabra: Miedo.

Como antes he indicado, el miedo que nos inculcaban nuestros "queridos" gobernantes, lo estamos superando, o siendo optimista lo hemos superado.
Ahora nos queda superarnos a nosotros mismos acabando o liquidando a nuestro miedo interior, que es el encargado de generar emociones tan negativas como; Los celos, las envidias, el egoismo... Tan dañinas para los demás como para nosotros mismos.

Lo natural es nacer libre y sin apegos emocionales, ¿por qué no permitirnos seguir así?.

23 de febrero de 2012

Mensaje a la humanidad

Gran vídeo que me he "obligado" a publicar  por su gran mensaje.
'La sombra de la maldad y de la codicia, poco a poco se está trasmutando en la luz de la bondad y del altruismo'.

22 de febrero de 2012

Albert Einstein. Crisis

Albert Einstein  (1879 - 1955)
Albert Einstein, físico de origen Alemán considerado como el científico más importante del siglo XX, nos dejó frases para reflexionar en tiempo de crisis, como estas:

"No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos". 
"La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado".
"Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia". 
"El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos".
"Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla".