Al principio de los tiempos se reunieron varios demonios para hacer una travesura. Uno propuso:
-Tendríamos que robar algo a los hombres. El problema es: ¿qué les robamos?.
Tras pensarlo mucho, uno dijo:
-¡Ya lo sé! Les robaremos la felicidad. Pero el problema está en dónde esconderla para que no la puedan recuperar….
Uno opinó:
- Podríamos esconderla en la cumbre de la montaña más alta.
Pero inmediatamente, otro replicó:
- ¡No! Recuerda que tienen fuerza. Alguna vez alguien puede subir y encontrarla. Si uno la encuentra, enseguida todos sabrán dónde está….
Inmediatamente otro propuso:- Vamos a esconderla en el fondo del mar….
Pero acto seguido le replicaron:
- ¡No! Recuerda que son curiosos. Alguna vez alguien llegará a construir un aparato para poder bajar y la podrá encontrar….
Y otro dijo.
- Escondámosla en un planeta bien alejado de la Tierra.
Y le respondieron todos:- ¡No! Recuerda que son inteligentes, y cualquier día habrá alguien que construirá una nave que pueda viajar y descubrirla. Y entonces, todos tendrán la felicidad…
El último de ellos era un demonio que hasta aquel momento había estado callado escuchando atentamente cada una de las propuestas. Tras hacer un análisis de cada una, propuso:
- Creo saber dónde ponerla para que realmente nadie nunca la encuentre.
Los demás, sorprendidos, le dijeron a coro:
- ¿Dónde?.
El demonio respondió:
- La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.
Todos reconocieron que tenía razón y estuvieron de acuerdo. Y, desde entonces, así ha sido: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad por todas partes sin darse cuenta que la lleva escondida dentro de sí mismo.
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Mucho tiempo hace desde qué nuestros antepasados descubrieron el escondrijo del estado de bienestar llamado felicidad. Hoy parece qué otra clase de demonios, nos están intentando desconcertar de nuevo creando incertidumbres, crisis, sistemas para someternos, etc... para desviar nuestra atención.
Aún así no se ha movido de sitio, aquí sigue, dentro de cada uno/a, así qué vayamos donde vayamos, siempre estará con nosotros.