Paciente y constante... sin prisas, continua creciendo engordando su tallo y desplegando sus hojas para atrapar la luz. En su particular vida se va forjando, haciéndose más fuerte para soportar las inclemencias del tiempo.
Curiosamente, su semilla comenzó a brotar en el mismo Mes en el qué creé este blog y en la misma época en la qué yo empecé a digamos, ver mi realidad "con otros ojos"... a cambiar mi antigua perspectiva y al igual qué esta pequeña planta, comenzar a forjar mi carácter empezando por enfrentarme, o mejor dicho, reconocer a mis propias sombras... encontrarme y conocerme a mi mismo.
El viaje continúa, es un proceso largo y a veces nada fácil. Habrá ocasiones en la qué saborearé el dulce sabor de la victoria, en otras aprenderé las lecciones qué me ofrecen las derrotas.
Os dejo con unas fotos de mi querido bon (árbol) sai (tiesto).