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15 de abril de 2013

El jarro de vidrio

Cierto día un motivador experto estaba dando una conferencia sobre gestión de tiempo a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidarán.

De pie frente al auditorio lleno de gente muy exitosa dijo: Quisiera hacerles un pequeño examen...

De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro.



Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio: ¿Está lleno este jarro?
Todos los asistentes dijeron ¡Sí!

Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un balde con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes.

Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: ¿Está lleno este jarro?

Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: “Probablemente no”.

Muy bien contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un balde lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.
Una vez más pregunto al grupo: ¿Está lleno este jarro?
Esta vez varias personas respondieron a coro: ¡No!

Una vez más el expositor dijo: ¡Muy bien! luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó: ¿Cual creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?

Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: La enseñanza es que no importa como de lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas.

¡No! replicó el expositor, esa no es la enseñanza.

La enseñanza es que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento.

Autor: Desconocido.
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Tras leer la enseñanza del conferenciante, ahora hay que saber cuales son esas piedras que consideramos grandes.
Para algunos podrían ser: La familia, la salud, nuestros sueños, los amigos, la persona amada...
Para otros: El poder, el trabajo, el dinero, la opinión de los demás, las preocupaciones...

La elección es tuya y mía... es nuestra.

7 de abril de 2013

Levantando la mirada

¡Cuánto valor nos damos a nosotros mismos!
Lo pongo entre exclamaciones, por que más que una pregunta, es una afirmación de la que cada vez soy más consciente.
Entre las diferentes quejas y dramas que nos metemos en la mochila, dicho metafóricamente, o en la mente dicho psicológicamente. Le sumamos los torpedos que día si y día también nos envían desde el exterior, se genera una "pelota" que impide que miremos algo más allá.

Creo que no solo uno mismo es responsable de cargar con toda esta forma egoísta y orgullosa de ser... Parece o me da la sensación, de que a los del exterior (si, esos "poderosos" que nos gobiernan) no les interesa cultivar valores más empáticos y altruistas.

Tras este ataque de la realidad que veo a diario, no quiero acabar así.
Quiero tener fé en que en estos momentos de incertidumbre que vivimos en los países "desarrollados", (Los otros países estoy seguro que ya lo aplican) son una gran oportunidad para levantar la cabeza y dejar de mirarnos tanto el ombligo.


14 de marzo de 2013

Cuento - Las galletas


Una señora debía viajar en tren. Cuando esta llegó a la estación, le informaron de que su tren se retrasaría aproximadamente una hora. Un poco fastidiada, se compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua. Buscó un banco en el andén central y se sentó, preparada para la espera.

Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. De pronto, sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó un poco; no quería ser grosera pero tampoco hacer de cuenta que nada había pasado. Así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió mirando fijamente al joven.

Como respuesta, el joven tomó otra galleta y, mirando a la señora a los ojos y sonriendo, se la llevó a la boca. Ya enojada, ella cogió otra galleta y, con ostensibles señales de fastidio, se la comió mirándolo fijamente.

El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora estaba cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, ella se dio cuenta de que sólo quedaba una galleta, y pensó: "No podrá ser tan caradura" mientras miraba alternativamente al joven y al paquete. Con mucha calma el joven alargó la mano, tomó la galleta y la partió en dos. Con un gesto amable, le ofreció la mitad a su compañera de banco.

-¡Gracias! -dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta.

-De nada -contestó el joven sonriendo, mientras comía su mitad.

Entonces el tren anunció su partida. La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Desde la ventanilla, vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó: "¡Qué insolente y mal educado! ¡Qué será de nuestro mundo!" De pronto sintió la boca reseca por el disgusto. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó estupefacta cuando encontró allí su paquete de galletas intacto.
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Cuántas veces nuestros prejuicios y decisiones apresuradas nos hacen valorar erróneamente a los demás y cometer graves equivocaciones. Cuántas veces la desconfianza, ya instalada en nosotros, hace que juzguemos arbitrariamente a las personas y las situaciones, encasillándolas en ideas preconcebidas alejadas de la realidad.

"Peleando, juzgando antes de tiempo y alterándose no se consigue jamás lo suficiente; pero siendo justo, cediendo y observando a los demás con una simple cuota de serenidad, se consigue más de lo que se espera". (proverbio)

3 de marzo de 2013

Cuando nadie me ve...

Cuando un sentimiento de rencor me invade, mi corazón se altera.
Dirijo mi atención hacia este sentimiento y le pregunto; ¿por qué estás aquí?... no me responde. Noto como dicho sentimiento, comienza a alejarse. Mi corazón vuelve a sus pulsaciones habituales.

Cuando un pensamiento perturbador se instala en mi mente, mi corazón se altera.
Entonces pregunto a mi mente; ¿cual será el próximo pensamiento?... no me responde.
Pero siento como el pensamiento se va disolviendo, al igual que una nube en el cielo arrastrada por las corrientes atmosféricas. Mi corazón se relaja, vuelve a latir con normalidad.



No, no me he ido a vivir a los montes del Himalaya con los monjes Tibetanos, ni lo deseo, prefiero seguir experimentando las situaciones que nos brinda la vida.
Solo he querido expresar en pocas palabras una pequeña introspección, enfocándola en el órgano tan importante y escondido dentro de nosotros llamado corazón, o por hacer una metáfora, el motor que hace que la sangre recorra por todo nuestro cuerpo y el que además, como todo motor, también genera energía.

10 de febrero de 2013

Sobre las circunstancias

Ante una situación cualquiera en la que nos encontremos, tendemos a etiquetarla de buena o mala. Normalmente Las circunstancias nos acompañan y nos determinan como personas, por lo que estas situaciones o circunstancias marcan nuestro carácter, es decir, nos sentiremos mejor o peor dependiendo de las circunstancias personales.

Entonces, si dependo de mi circunstancia, soy yo y mi circunstancia... Son dos cosas distintas, por lo que pueden vivir separadas o mejor dicho, vivir juntas y en paz, por que difícilmente es "verse" separado del exterior.

Tras este pequeño "ataque" filosófico que me ha dado, saco en conclusión que o bien me someto a mis circunstancias, o por el contrario las someto yo a estas.
Ante estas dos opciones que se me ofrecen, coincidiréis conmigo en que quedarse con la segunda opción sería lo más inteligente... pues con ella me quedo!! Aunque de vez en cuando jugaré, experimentaré y las sentiré... sin añadirles etiqueta alguna.

"Si llamas experiencias a tus dificultades y recuerdas que cada experiencia te ayuda a madurar, vas a crecer vigoroso y feliz, no importa cuán adversas parezcan las circunstancias." (Miller Henry) 
                                                                                                                        

30 de enero de 2013

Descartes y su yo

Descartes buscaba una verdad indudable y la que encontró (o creyó encontrar) era que su yo existía. Para llegar a esta verdad había utilizado las reglas de su método.

La historieta es más o menos así:
Monsieur Descartes, siguiendo su método, comenzó a dudar de todo, hasta de que 2+2 = 4, hasta llegó a algo de lo que no podía dudar, a saber, de que estaba dudando. ¿Y por qué no dudaba de esto? Muy sencillo, porque entonces estaría dudando de que estaba dudando y de nuevo estaría dudando. De modo que dudar de que estoy dudando me lleva al hecho indudable de que estoy dudando. Descartes no se quedó en ese punto de la reflexión, así que la desarrolló algo más.

Dudar es pensar… al menos en el vocabulario de Descartes. Así que si no puedo dudar de que dudo, no puedo dudar de que pienso. Ahora bien, si hay pensamiento, ha de haber algo que piensa porque, obviamente, los pensamientos no pululan por ahí solos e independientes. Estos han de estar contenidos en las cosas pensantes, de modo que las dudas, los pensamientos, los dolores, los picores, etc... implican la existencia de cosas que dudan, que piensan, que sienten dolor, etc...

Pero mira tú por dónde, continúa Descartes su reflexión, resulta que la cosa que piensa… al menos en este caso, es la misma cosa a la que llamó “yo”… ¡Eureka! ¡La cosa que piensa soy yo! Y así llegó a la gran verdad, una de las máximas formuladas en latín más populares de la historia: “cogito, ergo sum”… “Pienso, luego existo”. Descartes llamó a su yo “cosa que piensa” y dijo que en el mundo se podían distinguir si no nos poníamos excesivamente estrictos, tres tipos de cosas: “la cosa infinita” (Universo, Dios), “la cosa que piensa” (el yo) y “la cosa extensa” (el cuerpo).

En definitiva, la cosa a la que Descartes llamaba "yo", era una entidad que pensaba pero que no era corpórea, porque había otra cosa a la que llamaba “mi cuerpo” y que distinguía, según aseguraba, de la cosa a la que llamaba “yo”. Este “yo”, pensaba Descartes, podría existir sin su cuerpo… aunque nunca aclaró como.

Y como este genial filósofo, nadie nos aclara nada o mejor dicho, nadie nos lo confirma.
Nos queda agarrarnos a la fé (lejos del clero si lo prefieres) o a la experiencia para algunos afortunados, para "ver" a los pensamientos como entidades independientes de la conciencia particular de un individuo.


19 de enero de 2013

Sobre el drama

La mayor parte de los trastornos emocionales (depresión, ansiedad, estrés...) son el resultado de la tendencia a calificar de terribles cosas que no lo son.
Anticipamos las desgracias y nos tomamos a la tremenda adversidades con las que deberíamos contar. Los seres humanos tenemos unas 20.000 pequeñas adversidades a lo largo de la vida (te tuerces el tobillo, pierdes las llaves, te roban...).

O aceptas la realidad y dejas de exigirle a la vida, o te conviertes en un cascarrabias. Imaginarse muerto es una buena medida preventiva de las ansiedades cotidianas. Dígame, en esta vida tan corta y de la que desconocemos su sentido, ¿es tan importante esta desgracia que le está ocurriendo?

Hay que ser realista, con eso basta. Estamos llenos de creencias irracionales del tipo: "Si me despiden, es el acabose". El "debo hacerlo todo bien", "deberían tratarme con consideración y justicia" y "las cosas me deben ser favorables" son exigencias infantiles. La persona madura es la que no exige, sino que prefiere: "Me gustaría hacerlo todo bien, pero no lo necesito para disfrutar del día".
          Texto de: Rafael Santandreu.


Según las estadísticas, en estos últimos años se ha incrementado las visitas a profesionales de salud mental. Debido sobre todo, a la alteración del status (nivel económico y social) de la persona.

El autor del anterior texto lanza una pregunta... centraros en el día de hoy, porque el día de mañana ya vendrá, es decir, no existe ahora.

En vez de dramatizar una mala situación, (por cierto, hay personas que viven en un drama permanente) sea cual sea, creo lo que mejor sería que la asumiéramos o aceptáramos, para a continuación enfrentarla (sin lucha) y finalmente vivirla... Si, he dicho vivirla... puede que ese drama, con el tiempo se convierta en comedia.



Nunca está de más el recordar su origen:
El drama es un aprendizaje psicosocial que nos enseñan muchas fuentes de "información", es decir, una conducta típicamente aprendida. No innata.

12 de enero de 2013

La casa

Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para retirarse a disfrutar su pensión de jubilación. Le contó a su jefe acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera.

El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacia. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.

Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo. Es un regalo para ti".
                                       ___________________________________

Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. Ahora tendría que vivir en la casa deficiente que había construido.

Si en nuestra particular vida actuáramos como si estuviéramos "construyendo nuestra casa":
Tu vida, ahora, es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado. 
Tu vida de mañana será el resultado de tus actitudes y elecciones de hoy.

¿Cúal será el resultado final?

27 de diciembre de 2012

Recapitulando.

Cuando creemos que tenemos algo bien agarrado y damos por sentado que es para siempre, en algún momento aparece algo o alguna situación empeñada y destinada a joder (con perdón, no encontré otra expresión más acertada) esa seguridad y tranquilidad que poco a poco nos fuimos forjando.

Supongo que ya me entendéis, a partir de aquí cada cual lo aplicaremos a cualquier relación familiar, sentimental, laboral, etc...

Añadiré un ejemplo:

Recordad el momento en el que nos fue regalada nuestra primera bicicleta (también se vale los patines).
Hasta que se consigue dominar a este aparato con ruedas, antes  pasamos por un proceso de aprendizaje y algún que otro golpe en rodillas y codos.
Una vez superado este proceso en el que ya le quitamos los ruedines traseros, nos sentíamos libres, veloces y seguros encima de nuestra bici... todo el sufrimiento pasado se disolvió, no queremos acordarnos de lo  que nos costó llegar hasta ahí. Tan solo queremos disfrutar de las sensaciones descritas.

Pero la historia continúa; Imaginad que un "buen" día, dejamos a nuestra aliada y querida bici desamparada mientras nos encontramos comprando unas "chuches".
Salimos del local y vemos en medio de la carretera a la bici hecha un desastre... por la razón que se os  ocurra, le había pasado un camión por encima de ella.

Total, que todo el bienestar que teníamos se desmorona como un castillo de naipes al verla desguazada. Enrabietados buscamos culpables para desahogarnos y al menos, sentirnos mejor.
Hasta aquí, el ejemplo más o menos común.

Recapitulando sobre lo ocurrido en este año a punto de terminar, soy consciente de que más de un camión ha pasado por encima de lo que consideraba mío. Este apego que normalmente sentimos hacia las cosas o personas, tarde o temprano y lo queramos o no, se desapegan.
Porque en este año si algo he aprendido es, a aceptar que nada es para siempre.


...y viceversa.

18 de diciembre de 2012

El principio del fin...

Nos encontramos a escasas horas de la famosa fecha del fin del calendario Maya.
Me ha llamado la atención la gran cantidad de personas que relacionan al próximo día 21/12/2012 con el fin del mundo...¡¡Tela marinera!!. Sobre todo, gentes que residen en Norteamérica.



Tal es la preocupación de las autoridades de EEUU. Por los que creen que un cataclismo o una catástrofe natural acabe con nuestro querido planeta, que la NASA ha publicado un vídeo para "tumbar" las teorías catastrofistas, entre otras cosas, para intentar evitar suicidios masivos entre la población.

Los Mayas no pretendieron indicar el fin de los tiempos con su calendario, puede, que lo que pretendieran es simplemente indicar un cambio, un nuevo ciclo que se repite cada cinco mil y pico de años, y que coincide con dicha fecha. Esto es bastante curioso, porque esta misteriosa cultura acertó con el máximo de la actual actividad solar (llamaradas solares) que según la ciencia, será a primeros de 2013. Para después volver a la mínima actividad solar (al que los mayas lo llamaron "nuevo Sol"), es decir, que gracias a su sabiduría astronómica, grandiosa en aquellos tiempos, nos quisieron avisar de un nuevo ciclo que se repite a lo largo de la historia.

Si nos quisieron avisar de algo más... sigue siendo un misterio hasta que no se demuestre lo contrario.

Lo que personalmente espero y deseo, es que este 21/12 sea el principio del fin, de un mundo al que hoy más que nunca, necesita un cambio de rumbo. Un rumbo con destino hacia valores más éticos y alejado de la avaricia y consumismo que tanto nos ha caracterizado en estos últimos tiempos.

5 de diciembre de 2012

Causa y efecto

¿Recordáis la ley física, causa y efecto? la que afirma que toda causa tiene su efecto y viceversa, todo efecto tiene su causa.
Pues esta ley la podemos aplicar a nivel micro-cósmico y cósmico.
La mayoría de las teorías del origen del Universo, atribuyen la disposición de los astros y planetas a un cierto desorden provocado a partir de una gran explosión primigenia (la más aceptada; teoría del Big - Bang) y que por cierto, estas afirman que todo en el Universo continua hoy en expansión a raíz de dicha explosión.

Decir que todo lo que nos rodea arriba y abajo, es por causa de un cierto desorden o caos, es como atribuírselo al simple azar... claro, como no se puede demostrar lo contrario, pues eso, la ciencia se queda solo con evidencias científicas.

Me estoy metiendo en "aguas densas"... mejor me salgo, no vaya a ser que me ahogue.

Dejando que de lo anterior se ocupen los científicos, continuaré con la manera en como nos afecta a nosotros la ley causa - efecto.

La línea central es la persona, el resto de líneas las causas.


Lo que todos/as creo comprendemos, es que si nos dedicamos a dar patadas a los demás, (causa) estas volverán a nosotros por los demás (efecto).
Pero a mi me gusta ir más allá de lo físico, porque somos algo más ¿o nó?... A partir de aquí, cada cual en base a su educación, creencias y experiencias, que saque sus propias conclusiones.

Personalmente, puedo afirmar en base a lo dicho, que cuando vibro en el amor (con mayúsculas), más tarde, este vuelve a mí de diversas formas.
Cuando vibro o vibraba (ahora intento no hacerlo) en el rencor, la ira, o el odio, igualmente estos volvían a mí.

No pretendo dictar mis creencias, ni mucho menos que os las creáis.
Solo puedo expresar que tanto a nivel físico como espiritual, lo que he dado he recibido, o lo que sembré en el pasado, estoy cosechando en el presente.


1 de diciembre de 2012

Alcanzar objetivos

Hay días en los que navegamos por aguas tranquilas, con el Sol iluminando y templando la temperatura de nuestro cuerpo y por lo tanto, nuestros ciclos vitales.
Pero lamentablemente no todos son así. Vinieron y vendrán días tormentosos que harán peligrar la embarcación.

Es ley de vida, está en la naturaleza y esta nos lo muestra a través de sus ciclos estacionales... Poco o nada podemos hacer para cambiar lo que Es.



Lo que si podemos, es utilizar herramientas para sobrellevar los días tormentosos.
Es sabido por muchos, que practicar meditación o introspección a través de diversas técnicas, es una excelente herramienta para encontrar armonía en dichos días. Esto lo confirma y avala la ciencia, además de diversas culturas.
Sobre esto publiqué varias entradas en su día.

Hoy me centraré sobre los objetivos y metas, para ello volveré al símil de la embarcación navegando por mares y/u océanos.

Nada que decir si nos toca una racha como la de las primeras líneas de este post... simplemente disfrutar y aprovechar de esa jornada tranquila y soleada, que con suerte o sin ella, nos acompañarán algunos maravillosos delfines con sus entradas y salidas en el agua, armonizando todavía más el día a día.

En días grises y tormentosos, los qué harán a nuestra nave zozobrar, lo mejor y más sensato será que marquemos un objetivo hacia tierra firme, poniendo rumbo hacia esa Isla o meta, a la que más tarde o más temprano llegaremos...Porque lo dicho, es ley de vida, no podemos luchar contra lo que Es. Mucho menos vencer.

Una vez alcanzado el objetivo, nuestro estado interior se equilibra. Aprovecharemos esa Isla para descansar y secar nuestras ropas.
En esta meta alcanzada y fijada anteriormente, encontraremos a personas que nos ayudarán, nos proveerán de nuevas provisiones para nuestra particular nave.
Otras gentes por el contrario, intentarán desanimarnos e incluso intentarán hurtar las pocas provisiones existentes en la nave.

En esta parada y en las que han de venir, lo mejor es estar alerta para elegir bien a las personas con quién nos relacionamos y así continuar el viaje lo más plenos o seguros, en esta aventura que es la vida.

Buen y tranquilo viaje para todos/as.


15 de noviembre de 2012

El 14N desde mi perspectiva

Los qué habitualmente leéis por aquí, sabéis qué he sido tocado por la actual crisis económica (entre otras), y por lo visto y vivido ayer por las calles de Madrid, somos muchos  los qué de una manera u otra nos sentimos "heridos".

No milito en ningún partido político ni en ningún grupo sindical, tampoco simpatizo con ninguno de ellos.
Dicho esto, lo qué ayer me empujó para salir a manifestarme fué;
Primero para desahogarme, segundo para protestar y tercero para despertar conciencias.

Lo primero lo conseguí, entre todos/as se creó un ambiente bastante empático.
Protestar... solo con el simple hecho de salir por cualquier calle del centro, ya se lograba. Aunque no se grite o chille, se siente el espíritu de lucha y de protesta... lo conseguí.
Lo tercero quiero creer qué sí se consiguió, porque nunca había visto a tantas personas juntas, incluso más qué el día en el qué se celebró la victoria de la selección de fútbol española en los mundiales... así lo afirmo porque normalmente y desde el día qué nací, me muevo por dichas calles.

Hubo personas manifestándose de todo tipo, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos. Cada cúal con sus particulares demandas, pero con una en común... ¡todos fuimos uno!, al pedir o solicitar un cambio (con mayúsculas).




Un guerrero de la luz, antes de entrar en un combate importante, se pregunta a sí mismo: "¿Hasta qué punto desarrollé mi habilidad?"
El sabe qué las batallas qué trabó en el pasado, siempre terminan por enseñar algo. No obstante, muchas de estas enseñanzas le hicieron sufrir más de lo necesario. Más de una vez perdió su tiempo luchando por causa de una mentira y sufrió por personas qué no estaban a la altura de su amor.
Los victoriosos no repiten el mismo error. Por eso el guerrero solo arriesga su corazón por algo qué vale la pena. (Paulo Coelho)


Grabado en una de entre las muchas manifestaciones qué se dirigían a la plaza de Colón y a la qué tuve la oportunidad de asistir, este vídeo muestra el ambiente creado por los qué megáfono en mano, animaban a la multitud.



6 de noviembre de 2012

El escondite



Al principio de los tiempos se reunieron varios demonios para hacer una travesura. Uno propuso:

-Tendríamos que robar algo a los hombres. El problema es: ¿qué les robamos?.

Tras pensarlo mucho, uno dijo:

-¡Ya lo sé! Les robaremos la felicidad. Pero el problema está en dónde esconderla para que no la puedan recuperar….

Uno opinó:

- Podríamos esconderla en la cumbre de la montaña más alta.

Pero inmediatamente, otro replicó:

- ¡No! Recuerda que tienen fuerza. Alguna vez alguien puede subir y encontrarla. Si uno la encuentra, enseguida todos sabrán dónde está….

Inmediatamente otro propuso:- Vamos a esconderla en el fondo del mar….

Pero acto seguido le replicaron:

- ¡No! Recuerda que son curiosos. Alguna vez alguien llegará a construir un aparato para poder bajar y la podrá encontrar….

Y otro dijo.

- Escondámosla en un planeta bien alejado de la Tierra.

Y le respondieron todos:- ¡No! Recuerda que son inteligentes, y cualquier día habrá alguien que construirá una nave que pueda viajar y descubrirla. Y entonces, todos tendrán la felicidad…

El último de ellos era un demonio que hasta aquel momento había estado callado escuchando atentamente cada una de las propuestas. Tras hacer un análisis de cada una, propuso:

- Creo saber dónde ponerla para que realmente nadie nunca la encuentre.

Los demás, sorprendidos, le dijeron a coro:

- ¿Dónde?.

El demonio respondió:

- La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.

Todos reconocieron que tenía razón y estuvieron de acuerdo. Y, desde entonces, así ha sido: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad por todas partes sin darse cuenta que la lleva escondida dentro de sí mismo.
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Mucho tiempo hace desde qué nuestros antepasados descubrieron el escondrijo del estado de bienestar llamado felicidad. Hoy parece qué otra clase de demonios, nos están intentando desconcertar de nuevo creando incertidumbres, crisis, sistemas para someternos, etc... para desviar nuestra atención.

Aún así no se ha movido de sitio, aquí sigue, dentro de cada uno/a, así qué vayamos donde vayamos, siempre estará con nosotros. 

3 de noviembre de 2012

Faltar a la verdad.

Mucho más de lo qué quisiera, coincido con personas qué me demuestran una falta de seguridad por su parte. Denotan una baja autoestima al utilizar en muchas ocasiones la mentira, bién para autoafirmarse, o bién para intentar hacer daño.

Voy creciendo y hoy lo veo así, aunque normalmente me considero una persona demasiado sincera (por cierto, una gran responsabilidad), en alguna ocasión, he utilizado a la mentira como escudo y otras veces como, digamos, para propinar a otro/a un "navajazo por la espalda".
Por ello hoy en día puedo hablar sobre esto, porque antes de "policía he sido ladrón". Y porque supongo, qué he puesto y pongo interés en aprender.

Considero qué aparte de lo dicho, ser un mentiroso también se utiliza como una herramienta de supervivencia, quizá porque no hemos desarrollado otras herramientas para encajar en este mundo.

¿Ser así nos convierte en malas personas?
Más bién yo creo y simplificando, qué son personas poco evolucionadas aún ancladas en el miedo.

Concluyendo... La verdad y la mentira son polos opuestos, por lo qué según el principio de polaridad; lo uno sin lo otro no podría existir.
Las consecuencias qué nos generaría el inclinarnos hacia uno de los polos... creo qué ya las sabéis, sinó, qué "tire la primera piedra" el qué no haya pasado por estas situaciones.
La clave; Ser sinceros con nosotros mismos... las demás personas lo notarán.


30 de octubre de 2012

Sumisión vs. Libertad

Dos niños - uno rico y el otro pobre - regresaban a casa desde el mercado.
El niño rico compró galletas cubiertas de miel y el pobre, un pedazo de pan duro. "Voy a dejarte comer de mis galletas si juegas a qué eres mi perro", dijo el niño rico.

El  muchacho pobre aceptó poniéndose a cuatro patas sobre el suelo y empezó a comer la galletas del niño rico.
Un adulto que observaba la escena, se dijo: "Si este pobre chico tuviera un poco de dignidad, buscaría una forma de ganar dinero, pero él prefiere convertirse en el perro del niño rico para comer sus galletas.
Mañana, cuando sea grande va a hacer lo mismo para un cargo público, e incluso será capaz de traicionarse a si mismo por una bolsa de oro".

Este antiguo cuento árabe es claro ejemplo del sometimiento al qué desde siempre ha estado expuesto gran parte de la humanidad, bueno, desde hace años hemos evolucionado los qué vivimos en una democracia... ¿gobierno del pueblo?, sí, este es el significado de democracia, y lo pongo entre signos de interrogación porque entre otras cosas, así lo he decidido y me apetece.

El siguiente vídeo no os lo toméis "al pié de la letra", por suerte hoy por hoy, la manera en la qué se trata a los insubordinados o a los anti-sistema establecido,  ha cambiado.


25 de octubre de 2012

La conquista de la felicidad; Bertrand Russell

En demasiadas ocasiones parece qué nuestra forma de actuar vaya en contra de nuestros deseos, porque en esto estaremos de acuerdo; queremos ser felices.
Así que parece necesario averiguar qué es aquello que nos lleva a alejarnos de la felicidad. No ya, por decirlo de alguna manera, el mal ajeno que no podemos controlar, sino el que provocamos nosotros mismos.
Al igual qué la felicidad, su contrario la infelicidad, depende en gran parte de uno mismo.

Bertrand Russell  en su libro "la conquista de la felicidad", navega por las aguas de la conciencia humana, tratando de determinar qué es lo que hacemos para llegar a ser felices. Y sobre todo, qué es lo que inconscientemente no hacemos.

Para no alargarme demasiado plasmaré tres aspectos, aunque B. Russell  referencia alguno más en su libro.

1. La culpa. Si la convertimos en un tótem que guíe nuestra vida hasta el punto de controlar nuestras vidas; Si nos consideramos incompetentes en el trabajo, malos padres, amigos en los que no se puede confiar… Si el auto-reproche es la moneda corriente en nuestra vida, jamás lograremos ser felices. Es preciso ser conscientes de nuestras capacidades, ponderarlas en su justa medida, saber de nuestras virtudes y defectos, ser capaces de parcelar el tiempo disponible para sentirnos útiles y contentos con nosotros mismos.

2. El miedo al fracaso. Es un hecho evidente que no siempre se puede ganar, en ocasiones fracasaremos. Da igual a la faceta de nuestra vida en que nos fijamos, ya sea laboral, sentimental o cualquier otra. Cuando empezamos algo desconocemos su final, de hecho, es precisamente una de las razones por las que hacemos cosas, por que no sabemos dónde acabaremos. Pero la incertidumbre no puede ser una excusa para la indolencia y la apatía. Tenemos que analizar lo que un fracaso puede aportarnos, sus peligros y bondades. Pero sobre todo, debemos tomar conciencia de que el camino transitado, independiente de su final, tiene una importancia fundamental en nuestro recorrido vital. El bagaje de las cosas hechas es un caudal inagotable de experiencias sumamente útiles para superar el miedo al fracaso fruto de la infelicidad.

3. El narcisismo. Considerarse el centro de atención, necesitar que los que nos rodean nos vean tal como nosotros queremos que nos vean, sin defectos, inmaculados… Es una de las principales fuentes que nos alejarán de la felicidad. La complacencia en nosotros mismos, nos llevará a querer sentirnos admirados y adulados en todo momento. Pero, no nos engañemos, para los demás no somos el centro de atención, lo cual no quiere decir que no seamos queridos. Pero el amor no supone adoración. El amor es de ida-vuelta, es recíproco.

Finalmente, el filósofo británico nos recuerda una máxima que debemos fijar en nuestra mente... en nuestra búsqueda de la felicidad: "una parte indispensable de la felicidad es carecer de algunas de las cosas que se desean".

Fuente: "La conquista de la felicidad"; Bertrand Russell



19 de octubre de 2012

Bonsai de limonero X

26 meses han pasado desde qué planté dos semillas de limón, dos plantas brotaron y hoy solo me queda este proyecto de bonsai, el otro duró lo qué tuvo qué durar.

Paciente y constante... sin prisas, continua creciendo engordando su tallo y desplegando sus hojas para atrapar la luz. En su particular vida se va forjando, haciéndose más fuerte para soportar las inclemencias del tiempo.

Curiosamente, su semilla comenzó a brotar en el mismo Mes en el qué creé este blog y en la misma época en la qué yo empecé a digamos, ver mi realidad "con otros ojos"... a cambiar mi antigua perspectiva y al igual qué esta pequeña planta, comenzar a forjar mi carácter empezando por enfrentarme, o mejor dicho, reconocer a mis propias sombras... encontrarme y conocerme a mi mismo.

El viaje continúa, es un proceso largo y a veces nada fácil. Habrá ocasiones en la qué saborearé el dulce sabor de la victoria, en otras aprenderé las lecciones qué me ofrecen las derrotas.

Os dejo con unas fotos de mi querido bon (árbol) sai (tiesto).








6 de octubre de 2012

Homenaje a Steve Jobs


"Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición. Ellos ya saben de algún modo en qué quieres convertirte realmente. Todo lo demás es secundario".   ( Steve Jobs )        
                                                                                                               


Debido al primer aniversario del fallecimiento del revolucionario y genio informático Steve Jobs, he querido rescatar las anteriores frases de una de sus intervenciones más memorables en la Universidad de Stanford, entre otras de las muchas qué nos dejó, para así aportar mi pequeño homenaje.
Además, también me apetece reflexionar sobre ellas.

Nuestro tiempo es limitado, el nuestro y el de todo ser vivo... nacemos para morir, al menos físicamente.
Vivamos nuestra propia vida, ¿por qué preocuparnos por la de los demás? ¿qué sentido tiene lo qué digan o dejen de decir los demás?... Personalmente, hace mucho qué aprendí y puse en práctica el dicho: "No hay mayor desprecio, qué no hacer aprecio". Por supuesto, esto lo aplico ante críticas u opiniones las cuáles, veo venir... Ya me entendéis!!.

Ahora viene lo qué S. Jobs consideraba lo más importante:
Tengamos el valor de escucharnos a nosotros mismos; Para primero creer en uno mismo, segundo para actuar en consecuencia a las ilusiones, objetivos, metas, o simplemente pasar el resto del día sin nada ni nadie qué no queramos qué interfiera en nuestra única y particular vida, y tercero, para saber qué en nuestro interior, se encuentra un gran potencial aún por descubrir... Todo lo demás es secundario.

8 de septiembre de 2012

Aligerar la carga

Emprendemos el día a día con ciertas responsabilidades y problemas por resolver. En mayor o menor medida, todos cargamos con el peso de digamos, esta carga mental.



Un símil de lo anterior sería, como cargar con una mochila en la qué en su interior metemos nuestras responsabilidades y problemas diários, los cuales tenemos qué ir soltando en algún lugar de nuestro caminar por la vida... vamos, como si cargáramos con piedras y estas las tuviéramos qué encajar en el lugar indicado, para así liberarnos de ellas y por lo tanto regresar a casa con la mochila lo más ligera posible.

Habrá personas qué se nieguen o qué pasen de cargar con la mochila... Sí, esto es lo más fácil, pero creo qué no lo más conveniente, porque quizá al día siguiente nos encontremos con más peso y así día tras día manteniendo esta actitud pasota, puede qué llegue el día qué la mochila pese tanto, qué necesitemos ayuda para cargarla y transportarla.